Actualidad
La enfermedad oculta de Felipe VI: "En el 23-F, su padre le obligó a permanecer junto a él y se quedó dormido"
Vicky Ballesteros
Las enfermedades del rey Felipe VI, o cualquier otro miembro de la familia real, son un misterio que desde palacio prefieren no resolver. Al parecer, el monarca padece dos enfermedades que la Corona nunca ha explicado: onicofagia y narcolepsia.
Lea también: Las dos enfermedades raras que sufre el rey Felipe VI y que esconde Zarzuela
Por muy rara que pueda parecer, la primera la sufren millones de personas en todo el mundo. Se trata del hábito de comerse las uñas compulsivamente que comporta problemas a los dientes, deformaciones en la cutícula, verrugas e infecciones. En muchas imágenes del marido de doña Letizia, se aprecian sus dedos con tiritas o con heridas provocadas por este mal hábito.
Jaime Peñafiel ha hablado de la segunda en varias ocasiones y ha vuelto a dar más detalles esta semana en su blog de república.com. Lo ha hecho con motivo de la marcha de Leonor a Gales, recordando la época del joven Felipe en un internado de Canadá.
"El régimen era muy exigente, estricto y se aplicaba a rajatabla. Como él padecía la enfermedad del sueño, empezó a tener problemas a la hora de despertarse. Aunque su compañero de habitación hacía las veces de despertador, no conseguía que se despertara y se desesperaba por el persistente sueño tan profundo de Felipe", explica.
Cabe destacar que la narcolepsia es una enfermedad que no tiene cura, pero sí es posible controlar los síntomas mediante un tratamiento específico. "Había ocasiones en las que la gobernanta del colegio, Chistina Macintosh, tenía que recurrir a la bolsa de hielo sobre la cara del príncipe. Ni aun así, lograban que se espabilara. Y cuando lo hacía, volvía a dormirse en las aulas durante las clases", recuerda el periodista especializado en la Casa Real.
Incluso esta enfermedad le habría afectado en momentos clave de su vida y también en la de su padre, el rey Juan Carlos: "De todas formas y como lo dejó bien claro Camilo Jose Cela 'no es lo mismo estar dormido que estar durmiendo'. Felipe se quedaba dormido hasta de pie, lo que le creó numerosos problemas durante su época en el internado canadiense y numerosos castigos. También en la noche del 23-F, cuando su padre le obligó a permanecer junto a él, en su despacho y se quedó dormido: '¡¡¡Felipe, no te duermas!!!'".
Al margen de la enfermedad, Peñafiel vuelve a recordar que el hoy rey de España no era buen estudiante: "En el internado, se comportó como era: un niño mal criado por mamá, flojo en los estudios, cierta vagancia y falta de interés en general. Lo que le creó muchos problemas y castigos. No lo digo yo sino el general José Antonio Alcina quien fue, durante diez años, incluida la época que pasó en el internado canadiense, responsable de su educación y el único que conoció muy bien las debilidades y miserias humanas del hoy rey de España", sentencia.