Actualidad

La graciosa faena que revienta la exclusiva de la boda de Anabel Pantoja y su Negro


    J. Moriarty

    Cuando Pepe Del Real desveló en El programa del verano la localización exacta del lugar donde celebrarán Anabel Pantoja y Omar El Negro su boda, temblaron los cimientos del engranaje montado por la pantojita chica para blindar un enlace matrimonial que huele a exclusiva.

    Gracias a la filtración nos enteramos de que esa boda por lo civil tendrá lugar en La Graciosa, una pequeña isla canaria que es casi un paraíso terrenal y a la que parece ser solamente se puede llegar por barco, lo que facilita el control sobre curiosos y paparazzi.

    Pero el secreto mejor guardado por Anabel ha dejado de serlo. Un acontecimiento familiar, con los amigos más íntimos y con muchas ausencias, en la primera semana de octubre. Nada que ver con los planes iniciales, de celebración multitudinaria en una iglesia de Sevilla, la tierra natal de la novia. La pandemia y los desafueros entre su tita  Isabel Pantoja, y su primo Kiko Rivera lo cambiaron todo.

    El dj iba a ser el padrino, pero el enfrentamiento con su madre no propiciaba el reencuentro de ambos en la boda de la sobrinísima. Es evidente que la presencia de la tonadillera y de su hijo elevaría, y mucho, el caché de la exclusiva. Pero eso parece, a día de hoy, un imposible.

    Quizá en un futuro, si El Negro y su chica decidieran casarse por la Iglesia en un templo sevillano, y si los problemas familiares encuentran solución, el sueño de Anabel de reunir a su tía y a su primo bajo el mismo techo podría hacerse realidad.