Poli Díaz evita graves peleas de presos en la cárcel canaria del Salto del Negro
J. Moriarty
Poli Díaz (53) se ha convertido en un buen samaritano, en un mediador imprescindible en el recinto del Salto del Negro, la cárcel grancanaria en la que permanece como preso preventivo, a la espera de que salga el juicio en el que su ex novia, Lola, le acusa de malos tratos.
El ex boxeador ya ha frenado tres peleas entre reclusos en las últimas semanas. Y los logros están sorprendiendo a los funcionarios. El ex púgil vallecano de 53 años consigue que las partes en tensión se avengan a razones y calmen sus ímpetus combativos.
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Una persona muy cercana al Potro de Vallecas nos cuenta que "se ha convertido en un preso ejemplar y le están buscando un puesto de confianza, que podría materializarse como profesor de boxeo, con el fin de dirigir cursillos de este deporte, o incluso como ordenanza en una de las dependencias".
Una persona, J.P., que estuvo presa unos meses en el Salto del Negro, hizo buenas migas con Díaz y nos asegura que "Poli es un tipo estupendo, generoso y que ayuda en lo que puede a los demás. Un buen colega. El dice que su novia miente, que no le pegó ninguna paliza, que lo único que quiere es hacerle daño porque no le dio un dinero que le pedía. Que se arrepiente de haber estado con esa mujer que no ha hecho otra cosa que meterle en conflictos. Y que, en cuanto le sea posible, volverá a Madrid para vivir cerca de su familia".
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Pero todo está pendiente de lo que suceda en ese próximo juicio y en otro que tiene pendiente por agresión y robo. El fiscal del primero pide nueve años de cárcel para el ex campeón de Europa. Una situación complicada si la sentencia es tan dura.