Los últimos deseos de Raffaella Carrá: un ataúd sin barnizar y un funeral íntimo
Esther Torres
La carismática artista italiana ha fallecido este lunes a los 78 años tras luchar contra una larga enfermedad. La muerte de Raffaella Carrá ha conmocionado al mundo entero, pues ella misma se aseguró de que nadie conocía su estado de salud. Vivió sus últimos días en la intimidad y transmitió sus últimos deseos a sus más cercanos: quería un ataúd sencillo de madera sin barnizar.
Además, la cantante quería ser incinerada, por lo que también dio instrucciones precisas acerca de la urna en la que descansarán sus cenizas, igualmente muy sencilla. No quería una gran despedida, así que su funeral tan solo reunirá a familiares y amigos más cercanos, tendrá un carácter íntimo. "En sus últimas disposiciones, Raffaella pidió un simple ataúd de madera cruda y una urna para contener sus cenizas", ha desvelado su ex, Sergio Iapino. "En la hora más triste, siempre única e inimitable".
Algunos medios italianos han publicado que Carrá pidió a una conocida abogada feminista que escribiera una carta de despedida para que su familia la leyera en su último adiós.
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Italia está de luto tras la pérdida de Carrà, una de sus grandes divas, autora de éxitos tan inolvidables como Caliente, caliente o Hay que venir al sur. Nacida en Bolonia el 18 de junio de 1943, Raffaella Roberta Pelloni Maria, su verdadero nombre, fue descrita hace unos meses por el medio The Guardian como la "estrella del pop italiano que enseñó a Europa la alegría del sexo".
La artista sufría una enfermedad que, según Iapino, "desde hace algún tiempo atacaba que cuerpo suyo tan diminuto pero tan lleno de energía desbordante. Su fuerza imparable, que la impuso en la cima del sistema estelar mundial, una voluntad de hierro que nunca la abandonó hasta el final, asegurándose de que nada de su profundo sufrimiento se filtrara. Otro gesto más de amor hacia su público y hacia quienes compartían su afecto, para que su calvario personal no perturbara su brillante recuerdo".