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Alba Santana se queda huérfana por partida doble por la nula relación con su padre, al que Mila Ximénez tachaba de "mala persona"


    Martín Alegre

    En un mensaje reciente, Alba Santana le decía a su madre, que no se fuera muy lejos: "Te necesito muchísimo". Pero Mila Ximénez se ha ido y su hija se queda muy sola. Sus tíos, los hermanos de la periodista, han estado muy cerca de madre e hija en este año difícil, en el que el cáncer ha vencido el mayor deseo de Mila, disfrutar de sus nietos y haber recuperado plenamente a su hija. 

    Y es que la relación entre Mila Ximénez y la única niña, que nació de su matrimonio con Manolo Santana, ha sido intermitente, complicada y desigual, para acabar desembocando en los últimos años, en una gran complicidad y amor incuestionables.

    No le fueron bien las cosas a la ex mujer del campeón de tenis cuando rompieron su matrimonio. La pequeña Alba tenía seis años cuando su madre, incapaz de mantenerla y de pagarle un colegio y vivir en un hogar normal, tuvo que dejar que la niña se fuera a vivir con su padre a Marbella, casado entonces con la sueca Otti Glanzielus, que fue cariñosa y atenta con la hija de su marido.

    Aquel sacrificio de Mila fue interpretado por algunos como un abandono de la madre. Otros llegaron más lejos y comentaron que Mila había cedido la custodia de su hija a Santana, a cambio de dinero, que tanto necesitaba. Un disparate.

    Alba era feliz con su padre y su nueva esposa pero también era consciente de que su madre la echaba de menos. A los 10 años volvió a vivir con Mila, pero por poco tiempo. Los problemas económicos y la falta de trabajo de la madre obligaron a que Alba volviera a vivir con su padre dos años después, cuando ya había cumplido los 12. Y con Santana vivió hasta su mayoría de edad, empezó a ir a la Universidad y a tener su propia vida independiente. Una circunstancia que hizo más fácil reencontrarse con su madre.

    La relación entre madre e hija empezó a ser entonces fluida y normal. Alba conoció estudiando en Suiza a quien sería su marido, un holandés de origen judío con quien se casó en 2006 en Marbella. En su boda se reencontraron Mila y Santana, sin cordialidad pero correctamente. Alba tuvo dos hijos, Alexander y Victoria, que hicieron feliz a su abuela, y Mila se recuperó económicamente con su trabajo en televisión y prensa.

    Manolo acompañó a su hija Alba cuando la joven se casó en 2006, una boda que se celebró en el hotel Puente Romano de Marbella. No hay muchas imágenes actuales del campeón con su hija menor.

    Pero justamente cuando todo iba camino de la normalidad familiar para Alba, Manolo Santana empezó una nueva relación, con quien sería su cuarta esposa, la colombiana Claudia Rodríguez. Un matrimonio que alejó al tenista de su hija Alba. Los ataques en público de Mila Ximénez a la nueva mujer de Santana y a quien había sido su marido y las duras respuesta de Claudia a la periodista sevillana no hicieron más que alejar a Manolo Santana de su hija menor.

    En las vacaciones de verano de estos años, incluidas las de 2020, el último que pasaron Mila Ximénez, ya enferma, su hija y sus nietos en un chalé que alquilaron en Marbella, no hubo contacto entre padre e hija. Hasta el punto que los niños de Alba se inscribieron en clases de tenis, en una escuela que no era la que tiene su padre en aquella localidad. Hay gente en Marbella que responsabiliza a Claudia del alejamiento de Manolo Santana, no solo de su propia hija, sino de amigos y personas antes cercanas.

    Claudia ha puesto a gente de su propia familia a cargo del club de tenis de su marido y parece que muchas de las propiedades de Santana están ahora a nombre de los familiares de la colombiana.

    En sus últimas apariciones en público, el campeón de Winbledon aparecía lento de movimientos, ausente y con dificultades para hablar. Mientras su mujer asegura que nada de eso es cierto y afirma que a sus 83 años está en plena forma, otros hablan de una fuerte medicación o hasta de algún tipo de "brujería extraña" para limitar sus capacidades.

    Habladurías. Pero la realidad es que Manolo Santana no tiene apenas relación con la hija que tanto quería y que pasó con él la mayor parte de su infancia y adolescencia. Alba solo tiene ahora a su marido, sus hijos y los hermanos de su madre. En uno de sus más duros ataques a Manolo Santana, cuando se hablaba de sus problemas de salud, Mila Ximénez lanzó este dardo envenenado: "Para mí no es ninguna pena, espero que se muera antes que yo, porque es tan mala persona que todavía me voy yo antes, pero espero que sea al revés". No ha sido así. Mila se ha ido antes que el padre de su hija, dejando a Alba doblemente huérfana.