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Jorge Javier Vázquez, sobre la pelea de Rocío Flores y Rocío Carrasco: "Si un hijo o una hija te pega hay que denunciar"


    Luisa Acevedo

    Jorge Javier Vázquez ha vuelto a ofrecer titulares bomba sobre el docudrama de Rocío Carrasco. Una vez más, ha dejado claro que está de lado de la hija de Rocío Jurado. También ha explicado que no comprende a las personas que dudan de su desgarrador testimonio contra Antonio David Flores y ha manifestado que las mujeres maltratadas por sus hijos deberían dar un paso al frente y denunciar por el bien de ambas partes. 

    En primer lugar, el presentador cuenta en su blog semanal de Lecturas cómo fue la experiencia de presentar la histórica entrevista de Rocío Carrasco el pasado miércoles.

    "Canta a piano Blas Cantó Como las alas al viento y me entra una congoja tontísima. Siento que me cuesta reprimir las lágrimas y hago pucheros. Qué tontería tengo en el cuerpo, por favor. Miro de reojo a Carlota y veo que se le escapa una lágrima. Malo. Retiro la mirada inmediatamente para no unirme al llanto y me concentro en no llorar", escribe. 

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    Después, el de Badalona se volvió a emocionar cuando la ex de Antonio David entró llorando a plató: "Lo consigo, pero me vuelven a dar unas ganas tremendas cuando entra en plató Rocío Carrasco hecha un mar de lágrimas. La vemos tan desvalida que morimos de ganas de darle un abrazo pero no podemos. La dichosa distancia de seguridad que tanto daño nos está haciendo en situaciones como esta".

    A continuación, dice que le parece vergonzoso que se cuestione su testimonio: "Se sienta en el plató Rocío en el ecuador de la emisión de su serie documental para resolver dudas y enfrentarse a algunas de las críticas que ha generado su testimonio. Escribo estas líneas y me avergüenza tener que hacerlo porque una mujer maltratada no debería ser cuestionada".

    El comunicador se pregunta el motivo de este desprecio a la hija de Rocío Jurado: "La mayoría de los que nos dedicamos a esta profesión hemos entrevistado a mujeres maltratadas. La mayoría de las veces, anónimas. No recuerdo que jamás se las pusiera en duda. Es más, intentábamos arroparlas y nos estremecíamos con su relato. Con Rocío Carrasco no hemos sido tan generosos. ¿Por qué? Lo ignoro".

    Para él, Rocío Carrasco "está vista para sentencia antes de ser escuchada": "Es una víctima. Nadie lo puede poner ya en duda. No existe la equidistancia en este tema".

    No obstante, considera que seremos conscientes de la magnitud de sus declaraciones dentro de unos años: "Creo que deberán pasar años para entender la importancia del testimonio de Rocío Carrasco. No solo porque se ha dado visibilidad a algo tan desconocido como el maltrato psicológico sino porque se ha puesto sobre la mesa un tema tan espinoso como el de la violencia que los hijos pueden llegar a ejercer sobre los padres".

    Así las cosas, se pone en la piel de Carrasco y entiende lo difícil que tuvo que ser para ella vivir la supuesta agresión de su hija, Rocío Flores, a la que Rociíto no denunció tras la agresión, según explicó: "Si una mujer maltratada por su marido calla durante años por vergüenza, imaginemos lo que debe suponer que la que te maltrate sea tu hija. A la vergüenza se le deben unir sentimientos como el de la protección al ser querido y el miedo a que alguna de tus decisiones pueda hacerle daño. La consigna es clara: si un hijo o una hija te pega no puedes permanecer en silencio. Denunciar, aunque te duela, es lo más sano para ambos".

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    También comprende que Rocío no esté "preparada" para cogerle el teléfono a su hija: "Que después de lo que ha compartido haya gente que todavía diga que Rocío debería acercarse a su hija no es triste. Es desolador. Propio de personas poco empáticas y absolutamente convencidas de que el mundo se debe regir por única y exclusivamente por sus normas de comportamiento".

    No obstante, recuerda las palabras que Rocío Carrasco lanzó para proteger a su hija: "Volver a la casilla de salida, a esos años que provocaron dolor, terror y miedo a una madre desesperada ante la violencia de una hija. Y, por favor: recordemos lo que dijo el miércoles Rocío Carrasco. Que su hija, antes de ser verdugo, también fue víctima".

    Por último, lanza una reflexión contra los colaboradores que se muestran críticos con ella: "Me escandaliza la poca generosidad –por no decir mezquindad– que muestran algunos compañeros con la serie documental de Rocío. No es libertad de expresión la suya. Es rabia, ira. Un egocentrismo llevado a la máxima expresión que les impide aceptar que el foco, por una vez en la vida, no está puesto sobre sus cabezas", sentencia el presentador al respecto.