¿Rocío Carrasco comete un delito al mostrar los informes psicológicos de sus hijos en su docudrama?

En los últimos episodios de Rocío, contar la verdad para seguir viva, Rocío Carrasco desveló los informes psicológicos que le hicieron a ella, a Antonio David Flores y a sus hijos tras la separación. Por mostrar estas pruebas en televisión sin el consentimiento de ellos, ¿Rociito podría meterse en líos judiciales?

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Sobre este tema ha hablado un abogado de Legálitas Asistencia Legal en la revista Semana. "Sus hijos podrían optar por una acción de responsabilidad civil en el caso de que no le hubieran dado un permiso a su madre para mostrarlo públicamente", ha explicado. 

"Sería para la protección jurisdiccional del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. En el caso de que la condenaran podrían pedir una indemnización por daños y perjuicios", ha añadido el letrado. 

Así las cosas, la decisión de demandar o no pasa principalmente por manos de sus hijos: "El fiscal podría intervenir si a día de hoy son menores o si su padre demandara, al ser mayores de edad son ellos los que deberían de iniciar una vía legal si así lo desean".

No obstante, el abogado matiza que "no sería un delito como tal, ya que todo apunta a que no hay dolo", es decir, engaño, fraude o voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud.

Es de suponer que la hija de La más grande no cuente con el permiso de Rocío Flores, ya que desde hace años no mantiene ningún tipo de contacto con ella ni con su otro hijo, David (22). Entre las consecuencias a las que Rociito se podría enfrentar por mostrar estos papeles, se encuentra la de tener que compensar a los dañados con una cantidad económica. También la retirada del contenido difamatorio o estrictamente confidencial, tal y como recoge mencionada publicación. 

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En el último episodio hasta ahora emitido del docudrama, Rocío Carrasco mostró el informe psicológico que le hicieron a su hija tras la separación de ella y Antonio David Flores. Un análisis que fue llevado a cabo por un equipo de profesionales del juzgado, cuando la niña tenía cinco años.  

En este informe se leía que "a juicio de la madre", Rocío Flores era "una niña expresiva y cariñosa que no ha planteado ningún problema (…) a su hermano le coge, le protege y le defiende y está pendiente de él en todos los aspectos. Con su madre se identifica, se siente elegida, segura". Señalaron que había una "imagen materna que atiende, controla, vigila y se ocupa. Seguridad en la relación. Temores de separación con rechazo de figuras sustitutivas".