Los efectos colaterales del nuevo y agresivo tratamiento de Mila Ximénez: malestar, pérdida de fuerzas y caída del pelo
Sara Tejada
Mila Ximénez, de 67 años, lucha desde hace ocho meses contra un cáncer de pulmón, derivado en metástasis, algo que no le impidió seguir haciendo su trabajo en la medida de lo posible y afrontar la enfermedad con valentía y serenidad.
Su ausencia prolongada del plató de Sálvame preocupó seriamente a sus compañeros de programa, alarmados porque no conseguían contactar con ella como lo hacían normalmente, temiendo un agravamiento en su estado de salud, como adelantó en primicia Informalia.
El martes 16 de febrero, este portal titulaba Mila Ximénez: de la alegría al desgarro personal de una mujer que se está quedando sin fuerzas, una noticia que, lamentablemente, se ha ido confirmando punto por punto. Ha pasado más de una semana y las revistas recogían, algunas de ellas en portada, las imágenes que dan una idea de la situación.
Nuevo tratamiento
El pasado lunes, este digital avanzaba también que Mila acudía la clínica de Luz en Madrid arropada pòr una de sus hermanas. Allí pasó varias horas, para recibir un nuevo tratamiento, diferente al que llevaba hasta ahora. Parece que se trata de una nueva quimioterapia de solo tres ciclos, ya que es una medicación mucho más agresiva que la anterior. Como consecuencia, también produce efectos colaterales mucho más fuertes, entre otros, profundo malestar, pérdida de fuerzas y probablemente la caída del pelo, algo que no ocurrió con la quimio anterior.
Si hasta hace semanas la ex de Manolo Santana llevaba la situación con optimismo y confianza en sus médicos, ahora su estado de ánimo ha decaído bastante, nos cuenta gente cercana. Es normal en esta situación que se pierdan las fuerzas y el ánimo.
Como recogíamos este miércoles, su gran amigo Jorge Javier Vázquez, asegura que el domingo compartió almuerzo con Mila, después de mucho tiempo sin poder verla, y añade que la encontró bien, "tranquila, lúcida y sosegada. De su boca no sale ni una queja", dice el filólogo. Y es que otras personas que conocen su situación, aseguran que Mila es muy consciente del problema que padece y lo encara con una serenidad admirable.
Amigos, apoyo y ánimos no le faltan. Concha, una de sus hermanas, se ha instalado con ella en su nueva casa de Madrid y la ha acompañado a recibir el nuevo tratamiento. Los otros dos hermanos, Encarna y Manolo, que viven fuera de la capital, se turnan para no dejarla sola. Pero es su única hija, Alba Santana, la mejor compañía para Mila. Aunque vive en Amsterdam con su marido y sus dos hijos, los nietos que Mila adora, vuela a Madrid siempre que puede para estar con su madre.
Sus compañeros de programas de televisión están pendientes de ella, la visitan en casa, se preocupan si no les contesta. Cuenta Jorge Javier que ya está haciendo planes de verano, para pasar con Mila unas vacaciones junto al mar, como han hecho en otras ocasiones. Para brindar por la vida, tirados en la arena. Mila no ve a sus nietos desde el pasado verano a causa de la pandemia. Estar con Alexander y Victoria sería su mejor medicina.