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La separación de Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado, en cifras: así se reparten su fortuna


    Vicky Ballesteros

    Anne Igartiburu (50) está atravesando una complicada situación sentimental tras separarse de su marido, Pablo Heras-Casado (43), después de seis años de relación y cinco de matrimonio. Una semana después de trascender la noticia de la ruptura sentimental, han salido a la luz más informaciones sobre los motivos que propiciaron el distanciamiento. También sobre el reparto de bienes.

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    Desde el entorno de la presentadora aseguran que la separación era lo mejor para ambos: "Es lo mejor que han podido hacer. Apenas se veían por sus agendas y eso termina desgastando mucho", apuntan en El Español.

    Así las cosas, la gran crisis sentimental se desató "desde antes del confinamiento", que pasaron ella en Madrid y él en Granada, su tierra natal. Señalan que los "continuos viajes" de él, principalmente por motivos laborales, causaron verdaderos estragos en su relación. No obstante, antes de dar su relación por pérdida, tuvieron "tiempos de reflexión", que no dieron sus frutos. 

    A pesar de todo, mantienen una relación cordial por el bien de la familia que han formado: "Él entra y sale cuanto quiere. De hecho, son muchos los momentos en los que Anne y él se ven, con sus hijos de por medio. Son una familia, nada ha cambiado. No es una forma de hablar, es una realidad".

    Hay que recordar que en 2016 le dieron la bienvenida a Nicolás, el primer hijo biológico de la vasca. Anne también tiene a Noa, a la que adoptó en 2004 en la India con su ex marido, el bailarín Igor Yebra; y a Carmen, a la que adoptó en Vietnam en 2013.

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    En cuanto a cómo se encuentra la presentadora, para ella no está siendo nada fácil: "Lleva su procesión por dentro, está tocada, como es lógico. Esto pasó hace tiempo, pero no han sido unos meses fáciles y ver cómo cambia tu vida de esta forma no es gusto para nadie", indican las mismas fuentes. 

    Por otra parte, cierto es que no han encontrado complicaciones a la hora de repartir los bienes. Separaron su patrimonio antes de casarse, por lo que cada uno ha continuado con lo suyo sin problemas. La conductora vasca tiene dos empresas. Noaederra S.L. por un lado, que registró pérdidas de 1062 euros en 2019, su último ejercicio presentado. 

    Por otro lado, Triskel Izar S.L, que tiene un activo de 4,3 millones. Con ella facturó 416.384 euros ese mismo año, con pérdidas de 44.454 euros. Esta empresa también participa en Fashion Fruit, que se dedica al comercio al por menor de frutas y hortalizas, de la que la presentadora fue administradora. Por parte de Pablo, tiene varias propiedades en Granada aunque tiene focalizada la mayor parte de su inversión en la capital. 

    Además, Igartiburu se ha quedado en la casa que compartían, al norte de Madrid, que es de su propiedad. Pablo, en cambio, se ha mudado a un piso situado muy cerca del Teatro Real de Madrid, donde trabaja como director de orquesta. 

    Cabe recordar que la ganadora del Premio Ondas a Mejor Presentadora en 2012 es también una de las mejor pagadas de TVE. Según publicó La Razón, la presentadora cobra alrededor de 300.000 euros por temporada en Corazón. Además, se estima que debe ganar por cada aparición en torno a 30.000 euros, cifra que probablemente sobrepase en las Campanadas. 

    El sueldazo anual de Igartiburu se une a su dilatada carrera como presentadora, así como su participación en multitud de galas y de promociones o campañas publicitarias de marcas, lo que podría haberle llevado a acumular un activo de más de 5,4 millones de euros.