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Ana María, la mujer que se hacía pasar por la hija del rey Juan Carlos para estafar 4 millones de euros


    Vicky Ballesteros

    Juan Carlos I se ha vuelto a poner en boca de todos pero esta vez por un escándalo del que no es protagonista. Este miércoles trascendió que la Guardia Civil detuvo a una mujer que se hacía pasar por hija ilegítima del emérito y que estafó 4 millones de euros a compradores de viviendas. Responde al nombre de Ana María B.J., es de Navarra, tiene 50 años y cuenta con todo un historial de antecedentes.

    Ana María, que usa silla de ruedas por una minusvalía, ya había estado en la cárcel por otras estafas. A sus amigos, conocidos y clientes les contaba que era hija ilegítima del emérito y que poseía una gran fortuna para ganarse su confianza. En ocasiones también decía que era hija ilegítima de Franco o nieta. En su día a día tenía empleadas a 15 personas para sus servicios personales.

    Es la líder de una estafa piramidal, que actuaba en las provincias de Madrid, Barcelona, Tarragona y Alicante, donde mantenían su centro de operaciones en el municipio de Guardamar del Segura. También actuaban en algunos países europeos como República Checa o Suecia.

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    Más de 100 personas han resultado perjudicadas de esta estafa. Se han intervenido 60.000 euros en efectivo, piezas de alta joyería valoradas en 50.000 euros, dos vehículos de alta gama y numerosos aparatos tecnológicos.

    Además, las autoridades han intervenido y bloqueado 10 cuentas bancarias a través de las que blanqueaban los beneficios ilícitos que obtenían. Aproximadamente, se estima que han blanqueado 1 millón y medio de euros por transferencia bancaria.

    La operación ha sido nombrada con el nombre de 'Oportunidad 2020'. Actuaban del siguiente modo: buscaban propiedades a la venta por Internet, las ofertaban a potenciales inversores y las presentaban como una gran oportunidad.

    Una vez el cliente se decidía a comprar, los estafadores formalizaban la reserva con la inmobiliaria original y ellos se embolsaban el dinero total que las víctimas pagaban por la propiedad.

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    Así las cosas, la adquisición del inmueble nunca se materializaba y el grupo criminal desaparecía sin devolver al perjudicado su dinero. Montaron un despacho de abogados con letrados reales en nómina, que gestionaban los beneficios ilegales de la banda.

    Cuando Ana María tenía 27 años, también se metió en líos con su tío Ángel, con el que llegó a estafar hasta 30 millones de pesetas. Ángel Pina Chiviteu, que entonces tenía 82 años, era un ex militar mutilado que decía tener un gran conocimiento de la Bolsa. Pedía fondos para lucrarse y nunca devolvía el dinero que había prometido. Por esta época, la navarra ya se hacía pasar por hija del rey o de Franco.

    En 1998 fue detenida y pasó un tiempo en prisión. Al salir continuó con sus estafas. En el año 2000 recibió las denuncias de varios vecinos de la localidad de Castro Urdiales, en Cantabria. Habían sido empleados suyos y les debía hasta 23 millones de pesetas.