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Muere Benjamin de Rothschild: su mujer y sus cuatro hijas, las herederas de un imperio de más de 1.500 millones de dólares
Jesús Manjón
Benjamin de Rothschild murió el pasado viernes de un paro cardíaco a los 57 años en su mansión de Pregny, en Suiza. El barón fue el único hijo del barón Edmon Adolph de Rothschild y 'dirigía' el imperio bancario familiar, el Grupo Edmond de Rothschild, con sede en Ginebra, que administra activos valorados en 160.000 millones de euros (190.000 millones de dólares).
Benjamin, sexta generación de esta familia de banqueros, tenía una fortuna de 1.500 millones de dólares, según la revista Forbes. La familia Rothschild lleva más de 300 años administrando importantes bancos europeos. El apellido siempre ha ido unido al mundo de las finanzas, la banca y el poder.
El fallecido era también un apasionado de la caza de antílopes en África y de su colección de coches de lujo. Disfrutaba poniéndose al volante de sus Ferraris de Fórmula 1. También se evadía de las tensiones del día a día pilotando su helicóptero. Pero ante todo, su gran pasión era el vino, lo que le unió a España. Y es que en 2010 se asoció con Vega Sicilia para crear el vino Macán, uno de los mejores caldos del mundo. Fue presentado en 2017 en un acto al que acudió el mismísimo rey Juan Carlos I, buen amigo de los barones. Ese mismo año, el barón compró el Palacio de Samaniego, situado en la comarca de Rioja Alavesa.
Su mujer, la verdadera jefa del imperio
En todas estas aventuras empresariales le acompañaba su mujer, Ariane Langner, de origen salvadoreño, la gran jefa del imperio desde que el barón decidiera alejarse del día a día y se entregara a sus grandes pasiones. Ella fue clave en la creación del vino Macán y en su posterior expansión. Ahora es quien manda y maneja el imperio de su esposo.
Ariane de Rothschild, apellido que adoptó cuando se casó con Benjamin en 1999, habla cinco idiomas y está más que acostumbrada al estrés y a las extremas tensiones de un puesto de tanta responsabilidad. De hecho, la baronesa fue una de las primeras mujeres 'traders' de Wall Street, un aprendizaje que le ayuda para manejar los negocios con gran solvencia. "Las salas de cambio son una buena formación. Son puro músculo, volcánicas", dijo a Libération en diciembre de 2019.
Ariane también lucha contra las críticas en un mundo liderado tradicionalmente por hombres. Son muchos los que le acusan de manipular a su marido para llegar al poder de una organización financiera tan poderosa como Edmond de Rothschild Group, con presencia en 15 países. Los ataques vienen motivados por las radicales decisiones que ha tomado la baronesa en los últimos años.
Ariane eliminó a los grandes nombres de la gestión patrimonial que habían triunfado en el banco familiar en la década de 2000. Luego llegó el turno de los amigos de la infancia de Benjamín, algunos de los cuales ocupaban puestos envidiables en el sector bancario. Casi todos fueron eliminados del primer círculo y algunos atribuyen su distancia a la influencia de Ariane.
Las cuatro hijas del matrimonio
La ahora viuda de Rothschild compagina su trabajo con el cuidado de sus cuatro hijas, las herederas del imperio familiar. De pequeñas las llevaba a la sede de la empresa en sus cochecitos. También hacía con ellas los deberes. Ahora son adolescentes y forman "la columna vertebral" de la familia, según les definió su propia madre.
Noémie es la mayor. Es especialista en inteligencia artificial y tecnología y trabaja en una empresa de videojuegos en Montreal en una empresa de videojuegos. Eve estudia Biología en Nueva York, mientras que Alice cursa Ciencias Medioambientales en Londres. Olivia, la más joven, continúa en Suiza y aún no sabe a qué dedicarse. Ellas serán las que algún día tomen las riendas de la empresa familiar.