Actualidad

Carmen Martínez-Bordiú, muy enfadada después de que se publicara que había roto con el australiano Timothy McKeague


    Sabina Miranda

    Tras los rumores de ruptura que se desencadenaron en septiembre, este viernes la periodista Paloma Barrientos decía en Telecinco que Carmen Martínez Bordiú lo había dejado "temporalmente" con su novio australiano, el empresario Timothy McKeague de 34 años.

    Una amiga de Carmen la llamó para preguntarle por los motivos de su presunta ruptura cuando la nieta de Franco le dejó claro que es mentira: "Es falso", les ha dicho a Jaleos la madre de Luis Alfonso de Borbón.

    Carmen, según cuentan, podría haberse puesto en contacto con la propia Barrientos, la contertulia que había dado a conocer la supuesta separación, para pedirle explicaciones. Y conociendo su mal genio nos podemos imaginar el tono de la conversación. Menuda es la señora cuando se le cruzan los cables. La cuestión es que con enfado o sin él, Carmen sigue con su australiano en la localidad portuguesa de Nazaré y, si no cambian las tornas, allí celebrarán las Navidades. O sea que ni cada uno está por su lado, ni hay crisis, ni existe cese temporal, ni Timothy abandona a su novia estas fiestas...

    Cuando afianzaron su relación, la hija de la fallecida Duquesa de Franco compró una casa frente al mar en la citada localidad lusa, una zona idónea por sus grandes olas, para practicar el deporte favorito del coach, el surf.

    Lea tambiénCarmen Martínez-Bordiú podría haber roto con su novio australiano

    La residencia de Carmen es una impresionante villa de más de 600 metros cuadrados, a 50 minutos de Lisboa, una lujosa vivienda en primera línea de playa, piscina climatizada y unas impresionantes vistas al mar. Carmen pagó 1,4 millones de euros por la propiedad. 

    Lea también - Carmen Martínez-Bordiú: día de playa en Portugal con su novio cañón 35 años menor

    Los dos iniciaron su noviazgo en 2016 tras conocerse a bordo del barco. Ella era amiga del dueño de la embarcación y él era el coach y profesor de yoga del propietario. Bordiú dedica ahora sus días en Portugal a desconectar del mundo gracias a sus jornadas en el mar y también a sus rutas de senderismo, actividad que durante estos años se ha convertido en una de sus aficiones favoritas.