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Don Juan Carlos no se habla con su hijo Felipe y cree que su exilio forma parte de un plan de Pedro Sánchez para "acabar con la monarquía"


    Felipe Rodríguez

    El rey Juan Carlos pasa sus horas en la suite del lujoso hotel Emirates Palace de Abu Dabi. Allí permanece atento a todo lo que sucede en España, tierra que añora y a la que desea volver. Si por él fuera, regresaría por Navidad, pero hay dos obstáculos que parecen insalvables en su vuelta: su hijo, Felipe VI, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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    Ambos le prohíben volver, como él deseaba. Incluso su hija, la infanta Elena, se preparaba para recibirle en su casa en Nochebuena, según contó su amigo, el periodista Carlos Herrera. El "no" de Felipe VI empeora aún más la relación con su padre, con quien no mantiene contacto desde que se fue.

    Así se lo cuenta un confidente del emérito a Pilar Eyre, quien publica algunos extractos de su conversación en su blog de Lecturas: "No ha interactuado con su hijo desde que se fue... Es una de las condiciones impuestas", asegura su fuente. En sus conversaciones, don Juan Carlos nunca menciona a Felipe, tal y como asegura la escritora.

    Sánchez y sus socios, los culpables

    Además, don Juan Carlos tiene claro quiénes son los culpables de su exilio. "Le echa la culpa a Sánchez y a sus socios de Gobierno de su situación y de lo que él considera una campaña en su contra. Al parecer, cree que todo responde a un plan para acabar con la monarquía en diez años", explica Eyre.

    Pese a todo, el marido de la reina Sofía no está "hundido" y tiene fuerza suficiente para seguir luchando por volver a España. "El rey es poco sentimental. Es frío y puede ser muy duro y hasta cruel en ocasiones", dice el interlocutor de la periodista.

    Mejoría en su salud y próximo destino

    Pero no hay mal que por bien no venga. Estar alejado y sin el estrés de los últimos años le ha supuesto una gran mejoría. "Su salud ha mejorado, ya que practica ejercicio, dieta muy controlada y no tiene el estrés de sus últimos años. Se ha deshinchado y sigue los mismos tratamientos 'antiaging', con inyecciones de bótox y rellenos de ácido hilaurónico en el rostro, que le practicaban en la Clínica Planas de Barcelona. Lleva la vida de un jubilado de lujo", dice Eyre.

    "Es el mejor sitio en el que puede estar, pero es cierto que le pesa la soledad. No le quedan amigos", alega. Su única compañía es ahora Mansour bin Zayed, hermano menor del jeque, que va cada dos días al hotel con su helicóptero y pasan hablando muchas horas. Mansour es el propietario del Manchester City, club que entrena Pep Guardiola, y tiene muchas atenciones con su huésped real. No obstante, el rey no piensa quedarse allí mucho tiempo más y su próximo destino podría ser Londres, ciudad que le gusta y está más cerca de España.