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Karelys Rodríguez no logra dañar el matrimonio de Eva González y Cayetano Rivera y en su bufete de abogados ya molesta su presencia en el cuché


    Sabina Miranda

    La ignora totalmente. Ni Karelys Rodríguez ni nadie consiguen, digan lo que digan, desestabilizar el feliz matrimonio de Eva González y Cayetano Rivera. La presentadora ni se inmuta, se ríe cuando le cuentan que la canaria asegura que si ella quisiera Cayetano seguiría viéndola en secreto a espaldas de la madre de su hijo.

    Parecen declaraciones, las de la abogada, de una mujer despechada, ávida de popularidad e incapaz de reconocer que el torero no quiere verla ni en pintura. Su amistad está finiquitada. Eva no va a entrar en enfrentamientos innecesarios con la tertuliana, lo sabemos de buena fuente; es más, le ha salido el tiro por la culata, porque pensaba que sus últimas declaraciones en una revista, menospreciando a Eva, iban a tener respuesta mediática, y no ha sido así.

    Karelys pensaba que sus revelaciones tendrían largo recorrido y le reportarían un buen dinero. Pero ni en el bufete de abogados londinense en el que trabaja, o trabajaba, han visto con buenos ojos que su empleada ocupe portadas en revistas del corazón, ni tampoco se ha hecho un hueco importante en el mundo del famoseo.

    Sabe que está quemada, que no se la toma en serio, que no viene a cuento que ahora reaparezca contando historietas, porque no ha mostrado ni una sola prueba que la asocie sentimentalmente con el hijo de Paquirri.