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La esposa de Luis Bárcenas es una presidiaria ejemplar en Alcalá Meco


    Sabina Miranda

    Apenas lleva unos días en prisión, desde el domingo ocho de este mes, y ya se está ganando la confianza de los funcionarios. Disciplinada y obediente, Rosalía Iglesias, esposa del también encarcelado Luis Bárcenas, cumple la pena de doce años y once meses dictada por el juez del Caso Gürtel: ha pasado de vivir en un piso de 300 metros a una celda.

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    Una fuente extraoficial de la cárcel madrileña de mujeres de Alcalá Meco, donde se encuentra, desvela a Informalia que "nos hemos encontrado a una mujer muy educada y respetuosa, que intenta adaptarse a este cambio de vida tan radical lo mejor que puede. Ha expresada su deseo de hacer un par de cursos y colabora en las labores de limpieza. Nada más llegar dijo que no tenía la menor intención de meterse en líos. Si continúa en esta línea podrá acogerse dentro de unos años a los beneficios correspondientes".

    Sus íntimos estaban convencidos de que no sería capaz de asumir su nuevo estatus, pero nada más lejos de la realidad. Consciente de que la situación es irreversible se resigna a cumplir la condena sin reparos.

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    A Iglesias se le ve pasear cada día por el patio, de momento no ha hecho 'amigas' y procura pasar lo más inadvertida posible. Otra reclusa se le acercó una mañana para preguntarle si era la esposa de Bárcenas, porque la había visto en la tele, y Rosalía se limitó a asentir con la cabeza sin mediar palabra.

    Ha pasado de vivir en un piso de trescientos metros cuadrados a una pequeña celda, se acabaron los días de vacaciones en Guadalupe una y Baqueira, las visitas a tiendas de lujo y las reuniones con 'aristocráticas' amigas. Cuando salió a la luz el Caso Gürtel y fue implicada junto a su marido, su circulo de amistades disminuyó rápidamente. Rosalía vio como amigas de toda la vida ponían excusas báñales para no quedar con ella. Ese fue el principio de su calvario personal. El colofón es la cárcel.