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La reina Letizia toma el mando ante la ausencia del rey Juan Carlos: los cambios que ha 'implantado' en la Casa Real


    Vicky Ballesteros

    La salida de don Juan Carlos de Zarzuela por "ciertos acontecimientos pasados" no solo puso patas arriba la prensa nacional e internacional, sino que también tambaleó los cimientos de la Casa Real. Su ausencia ha marcado un antes y un después en todos los miembros de la familia real, entre los que no se escapa la reina Letizia, quien a su forma ha tomado las riendas de la familia.

    Tras la polvareda que levantó su marcha, la consorte asturiana ha optado por llevar una vida más discreta, tal y como informa Pilar. "No la vamos a ver en salidas con amigas, ni en viajes secretos a Barcelona, ni hará visitas al cirujano plástico para hacerse refrescadhinas, como decía el añorado Carlos García Calvo, ni siquiera habrá fotos con su hermana, que vive en Madrid y tiene una hija de la edad de las princesas", asegura la periodista en Lecturas.

    Prueba del camino más modesto que está siguiendo lo encontramos en sus apariciones públicas desde que se levantara el Estado de Alarma por el confinamiento. La mujer de Felipe VI ha optado por desempolvar de su armario los  estilismos que ha lucido durante estos años y solo ha estrenado algunas prendas en contadas ocasiones. 

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    Además, la salida del emérito rumbo a Abu Dabi - donde se hospeda en uno de los hoteles más lujosos y donde dicen que "está hasta los huevos" - también ha provocado otros cambios en el funcionamiento interno de la Casa Real.

    "La bodega real, que, según el primo David Rocasolano, estaba recubierta por arena del océano Índico, hace tiempo que no se enriquece con nuevos vinos. Se va a desmantelar el pabellón de caza del emérito, con más de 500 animales muertos, se va a prescindir de la mitad de los 40 coches de lujo que hay en los garajes de Zarzuela y el servicio, incluidos los 60 chóferes, se ha aligerado considerablemente...", sostiene Eyre. 

    Según le cuentan fuentes cercanas a la periodista, Letizia tiene mucho que ver en estos cambios: "Es el apoyo más firme del rey, y es la que sugiere o apoya estos cambios, porque Felipe ha vivido siempre rodeado de comodidades y no advierte lo anacrónicas que algunas resultan". 

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    Además, de sobra es conocido que la reina es la que elige donde hacer acto de presencia, casi siempre inclinándose por causas solidarias como aquellas relacionadas con las enfermedades raras, la salud mental o el cáncer: "Letizia escoge cuidadosamente las causas en las que implicarse y las estudia a fondo". 

    No se habla con el rey emérito

    Pero Letizia va más allá: "Su influencia se deja sentir también en las relaciones con su familia política. Después de muchos años de sentirse ninguneada, Letizia ha decidido establecer un efectivo cortafuegos". Según Pilar, la relación que mantiene con don Juan Carlos es nula, tanto que ni siquiera se dijeron adiós cuando puso rumbo a Abu Dabi: "Con él no se habla desde el funeral de la infanta Pilar (que tuvo lugar el pasado mes de enero), en el que tuvieron unas palabras algo tirantes y el emérito ni siquiera se despidió de ella cuando se fue a Abu Dabi". 

    La relación con sus cuñadas

    Lo mismo le sucede con la infanta Cristina: "Con su cuñada ha cortado toda relación: en el citado funeral se interpuso entre ella y su marido para que no se saludaran". Y algo parecido vive con la infanta Elena: "Sin embargo, sí tiene buena relación con Jaime de Maricharlar. Se sabe que en los tiempos duros el ex duque de Lugo la defendió, y Letizia nunca olvida un agravio ni un favor", asegura de forma sorprendente. 

    Sus asperezas con la reina Sofía

    Sobre la reina Sofía matiza que "nunca ha entendido el carácter de su suegra, capaz de aguantar humillaciones públicas y privadas sin apear su imperturbable sonrisa". La periodista cuenta una anécdota del pasado más frío entre las dos: "Dicen que cuando se fue a vivir con el príncipe antes de la boda, se asombró al ver que sus padres hacían vidas separadas y solo se dirigían la palabra en las ceremonias oficiales. Cuando preguntaba, Felipe contestaba, entre triste y molesto: 'Yo no sé nada, de eso no hablamos'". 

    Letizia impregnó Zarzuela de su carácter desde siempre, pero especialmente desde la llegada al mundo de la heredera al trono. Tanto que incluso la reina Sofía se las veía crudas para ver a su nieta: "La nanny no la dejó pasar porque Letizia había salido y no había dado permiso para que nadie fuera a visitarlas. 'Soy su abuela', protestó Sofía, pero la salus se mantuvo firme: 'La señora me ha dicho que nadie'. Cuando se quejó a Letizia, esta fue inflexible: 'Perdona, pero será mejor que avises antes de venir'". 

    Fue una época difícil para la madre de Felipe VI, tal y como ella misma le habría confesado a un familiar cercano: "El resultado fue que la abuela se pasaba meses enteros sin poder ver a sus nietas, como confesó amargamente a un primo alemán: 'A mí no me dejan verlas y, sin embargo, la abuela Paloma está siempre metida en su casa'", desvela Eyre.