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Donald Trump pagó más en peluqueros que en impuestos: las cifras que crispan en Estados Unidos


    Luisa Acevedo

    El esperado debate electoral celebrado este martes entre Donald Trump y su principal candidato, el demócrata Joe Biden, ha traído mucha cola. El oponente del mandatario desveló públicamente que en 2019 pagó 288.000 dólares en impuestos, lejos de la ínfima cifra que el marido de Melania Trump ha desembolsado en los últimos años.

    Tal y como destapó The New York Times el lunes causando un gran revuelo, el republicano pagó tan solo 750 dólares durante el ejercicio de 2016, cuando se postuló como presidente de la Casa Blanca. La misma cifra de la que se desprendió en 2017, su primer año en el mandato. Además, no habría pagado impuestos por ingresos en diez de los últimos quince años, debido a que alegó perder más dinero del que ganaba. 

    El prestigioso periódico también tuvo acceso a algunas de las facturas de Trump. Llama especialmente la atención la cantidad de dinero que se habría gastado por sus cortes de pelo: nada más y nada menos que 70.000 dólares cuando se encontraba presentando el concurso The Apprentice, que se emitió entre 2004 y 2007 en la NBC.

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    En la peluquería y el maquillaje de su hija Ivanka Trump también se dejó la friolera de 95.000 dólares. Otro dato sorprendente se refleja en los 210.000 dólares que le habría desembolsado a un fotógrafo para retratar las pomposas fiestas que celebraba junto a sus amigos en su residencia veraniega de Mar-a-Lago, en Florida. Además, Melania Trump se llegó a gastar hasta 52.000 dólares en un abrigo de Dolce & Gabanna. 

    En 2019, el patrimonio de Trump se cifró en 3.100 millones de dólares según Forbes. El imperio de él y su esposa se distribuye en lujosos hoteles; 24 edificios de apartamentos en venta y alquiler en Estados Unidos; otros ocho edificios alrededor del mundo; y 18 campos y clubes de golf; entre otros.

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    También posee el castillo de Seven Springs, en Nueva York, que llegó a declarar antes de ser presidente como lugar de trabajo y no de residencia; un ático de tres pisos en la quinta avenida donde vivía antes de mudarse a la Casa Blanca; y otras tantas casas repartidas por Palm Beach, New York y Virginia. 

    Entre sus pertenencias también se encuentran un avión Paul Allen que adquirió en 2019; tres helicópteros; varios coches de Rolls-Royce; un Ferrari; un SLR McLaren; y un Mercedes-Benz 3600. Un patrimonio que podría descender para hacerle frente a sus deudas, que ascienden a 421 millones de dólares, según recoge el mismo diario. Unas deudas que tendrá que solventar en los próximos cuatro años.