La maldición de María Teresa Campos con su casa: el coronavirus echó al traste su último intento de venta
Felipe Rodríguez
Ya se han cumplido tres años desde que María Teresa Campos puso en venta su mansión de más de 1.600 metros cuadrados de Molino de la Hoz, a las afueras de Madrid, y aún no ha conseguido desprenderse de ella. Ni siquiera haciendo una importante rebaja en el precio inicial de la vivienda, que era de 4,3 millones de euros.
Todo estuvo a punto de cambiar antes de que llegara a nuestras vidas el coronavirus, cuando la presentadora encontró a un comprador muy interesado. Según cuenta El Español, esta persona visitó la casa y quedó encantado con ella. Tan convencida estaba la periodista de venderla que ordenó a la inmobiliaria de manera discreta que retirase el cartel de "se vende".
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En días posteriores, María Teresa iba a formalizar la venta, con el documento y la entrega de llaves. La fecha estaba acordada, el precio también y hasta la hora de la cita, pero todo se vino abajo cuando el Gobierno decretó el Estado de Alarma. Meses después, ya en verano y en mitad de la nueva normalidad, el comprador se echó atrás y prefirió no adquirir la mansión. Argumentó que no eran tiempos para invertir, que era muy arriesgado.
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Así las cosas, María Teresa continúa tratando de deshacerse de la vivienda, una enorme casa de más de 1.600 metros cuadrados, en una parcela de otros 6.000. Fue decorada en su día por el prestigioso interiorista Jaime Fierro, hoy fallecido, el mismo que decoró el primer domicilio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar en la calle Ortega y Gasset. Es una propiedad elegante y acogedora, pero demasiado grande para Teresa y más ahora que ya no está con ella Bigote Arrocet.
La intención de Teresa es desde hace tiempo mudarse a un buen piso, pero de dimensiones normales, situado cerca de donde reside su hija Terelu. De hecho, pagó durante meses el alquiler de uno con esas características, dando por sentado que la venta de la suya era un hecho. Pero en vista de que no se materializaba la operación, abandonó la idea y el piso y siguió en la suya. Y ahí sigue hasta el día en que ella misma nos cuente que ha encontrado un comprador de verdad.
Así es la mansión de María Teresa Campos
Entre las numerosas estancias, el chalet tiene un despampanante salón de dos alturas presidido por una elegante chimenea de mármol. Llama especialmente la atención la alfombra persa que decora el centro del salón y los cómodos sofás y cortinas en tonos crudos, muy del gusto de la madre de Terelu Campos y Carmen Borrego. Para relajarse también tiene otras salas de estar y una biblioteca para evadirse de los problemas con la lectura.
En el comedor cuenta con una enorme mesa en la que se da cita en los días más importantes con sus familiares y amigas. Esta estancia ha sido testigo de muchas comidas entre ella y Bigote Arrocet, pues el cómico chileno se instaló en la fortaleza de María Teresa cuando comenzaron su idilio y no se fue hasta que rompió con ella el año pasado mediante un sonado mensaje de Whatsapp.
Este comedor tiene acceso a una terraza, gracias a la que la Campos ha contemplado los amaneceres y atardeceres más bonitos de Las Rozas. La cocina está cerca y en ella predominan los colores blancos. Tiene muy buenas vistas, pues está pegada al jardín y al patio inglés de la casa, uno de los rincones por los que María Teresa perdía los vientos.
Entre las zonas de ocio se encuentran dos porches exteriores, que dan acceso a un comedor de verano; un salón a modo de terraza en el jardín de la mansión; una impresionante piscina a modo de balneario; y un pequeño gimnasio con jacuzzi incluido.