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Las redes ponen verde a Melania Trump por el gesto hacia su hijastra Ivanka en la fastuosa nominación de su marido


    Chusa Montalbán

    Este jueves, Donald Trump aceptaba su nominación a la reelección como presidente de Estados Unidos en la Casa Blanca para pelear con Joe Biden, con una fiesta que muchos han comparado con un acto de exaltación impropia de un país democrático. Sin mascarillas y sin respetar las normas de distancia social que impone la pandemia, el presidente utilizó el edificio federal del que es inquilino como Franco usaba el Pazo de Meirás.

    "Trump quiere que la gente vea que la Casa blanca es suya, que la presidencia es suya, y que Biden es un usurpador", dice el periodista del Washington Post Philip Bump en su cuenta de Twitter. "Jamás hubiera imaginado  el jardín de la Casa Blanca transformado en el escenario de una convención política", dice en su crónica Jon Karl, corresponsal de ABC News.

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    La orgía política del presidente ultraconservador se extendió hasta el  obelisco monumento a Washington, sobre el cual dejaron caer los republicanos una lluvia de fuegos artificiales con el mensaje "Trump 2020", al cierre de la fiesta. "Trump profana un monumento público como final a una convención de mentiras", titula este viernes The Washington Post.

    Los cinco hijos de Trump arroparon a su padre, henchido ante la multitud como un faraón. Ivanka Trump, y no Melania Trump, fue la elegida para presentarle: "Esta noche estoy aquí ante vosotros como la orgullosa hija del presidente del pueblo", dijo embutida en un pantalón, a juego con blazer azul y con los hombros al aire, firmado  por Gabriela Hearst.

    La corresponsal de la CNN Kate Bennet, recordaba en su crónica del acontecimiento que Gabriela Hearst (sí, descendiente del editor que inspiró a Orson Welles para Ciudadano Kane), es tan contraria a la política del estrafalario mandatario que cuando Trump llegó al poder diseñó una colección inspirada en mujeres del partido demócrata como Kamala Harris, hoy candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos con Joe Biden.

    Melania Trump eligió llamar la atención como si fuera un cartel de neón, se supone que para estar más presente que su hijastra, con la que se lleva a cara de perro. 

    Para ejecutar su plan, eligió el tono del croma televisivo, literalmente, un modelo crepé plisado en color verde lima y con capa, firmado por Valentino, la misma casa que la vistió cuando visitó a la reina Isabel II en  Buckingham Palace el año pasado.

    Las Redes Sociales no se apiadaron del vestido, una especie de elegante subrayador fosforito, pero tampoco de la diabólica y forzadísima sonrisa que la madrastra Melania dedicó a Ivanka cuando regresaba a su lugar en la tribuna después de presentar a su padre y pasaba por delante. Mejor verlo.