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Irene Montero concede su entrevista más rosa: "He descubierto lo que es el amor incondicional"


    Vicky Ballesteros

    Irene Montero ha concedido su entrevista más personal hasta la fecha. La periodista Rosa Villacastín la ha entrevistado en una revista del corazón, algo inusual en una política. La ministra de Igualdad se ha abierto en canal a la hora de hablar de sus tres hijos, de su faceta como madre y también de los acosos ciudadanos que vive junto a su marido, Pablo Iglesias.

    La de Podemos tiene claro lo que quiere para sus hijos, los mellizos, Manuel y Leo de 2 años, y la pequeña Aitana de 1: "Que vivan con amor, es lo mejor que puedo dar a mis hijos, que estén con gente que les quiera, a la que quieran y que les hagan valorar la belleza de la vida, las ganas de vivir, la esperanza, porque todo eso tienen también su traducción política. Yo no me habría metido en política si no me hubiesen inculcado valores como la esperanza y el amor por la vida", ha explicado en Diez Minutos. 

    La ministra ha hablado sobre los cambios que ha experimentado como persona tras convertirse en madre: "La maternidad no te hace ser otra persona, pero el día a día cambia mucho, la posibilidad de improvisar, de hacer planes a largo plazo, organizar tu vida, algo que ahora no puedo hacer al estar al frente del Ministerio de Igualdad, porque mis tres hijos tienen unos horarios y una rutina que quiero respetar y compartir".

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    Gracias a ellos ha descubierto el verdadero significado de la palabra 'amor': "He descubierto lo que es el amor incondicional, más que nada porque la primera maternidad no fue fácil. Compatibilizar el amor a mis hijos con el miedo que supone ser madre primeriza me provocó mucha impotencia".

    Montero ha desvelado cómo combina su faceta de madre con la de la política: "No me queda más remedio que organizarme y no dejar paso a la improvisación (...) Tengo la suerte de contar con un equipo que me organiza la agenda y que son de mucha ayuda. Después está el papel fundamental que juegan los abuelos con los que en España tenemos una gran deuda, sobre todo la gente de mi generación porque son nuestro padres y abuelos los que se encargan de sus nietos cuando nosotros no podemos hacerlo".

    Cuando se queda en casa con Pablo

    La ministra ha hablado sobre lo difícil que le es desconectar cuando ella y su marido llegan a su chalet de Galapagar: "A veces lo conseguimos y otras no (...) Los niños ayudan porque te obligan a desconectar. Cuando hay criaturas que quieren jugar, merendar o bañarlos... te centras o no te centras". 

    También ha hablado sobre el acoso que está viviendo junto al vicepresidente por parte de unos ciudadanos violentos. Un acoso por el que además han tenido que interrumpir sus vacaciones en la cuenca minera asturiana: "Mal, se lleva mal porque no están ahí para hacer reivindicación política, están ahí para insultarnos y para  molestar a nuestros hijos. No es una manifestación contra el Gobierno o el Ministerio de Igualdad, no. Vienen a intentar ocupar nuestro espacio de intimidad como es nuestra casa, vienen para que nos sintamos incómodos. Es una situación anómala en una democracia".