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Meghan Markle y el príncipe Harry se compran una mansión en Santa Bárbara


    Vicky Ballesteros

    Meghan Markle y el príncipe Harry han dado el paso definitivo para vivir con calma y sosiego en Los Ángeles junto al pequeño Archie. Después de unos meses viviendo de alquiler, los duques de Sussex han encontrado la casa de sus sueños. Se han comprado una mansión de infarto en la localidad californiana de Santa Bárbara y se han mudado a ella en secreto.

    Según Page Six, el nieto de Isabel II y la que fuera actriz de Suits viven en esta casa desde hace nada más y nada menos que seis semanas. Esta información no había trascendido antes a la prensa por la privacidad que impera en esta zona, en la que también viven las presentadores Ellen DeGeneres y Oprah Winfrey. Esta última es una de las grandes amigas de Meghan Markle y uno de los grandes apoyos de los padres de Archie al otro lado del charco. 

    Los duques están muy ilusionados con este nuevo capítulo de sus vidas: "Esta es la primera casa que cualquiera de ellos ha tenido. Ha sido un momento muy especial para ellos como pareja y como familia: tener total privacidad durante seis semanas desde que se mudaron. Tienen la intención de echar raíces en esta casa y en la tranquila comunidad, que tiene una privacidad considerable. Aquí es donde quieren criar a Archie, donde esperan que pueda tener una vida lo más normal posible", declara una fuente cercana al mismo medio.

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    Este hermetismo ha propiciado que por el momento se desconozcan otros detalles acerca del casoplón, como el precio o las acomodadas estancias que tiene. Tampoco han salido imágenes de la vivienda ni se han hecho filtraciones a la prensa sobre su ubicación exacta.

    En este nuevo refugio pretenden librarse de los paparazzis que intentan tomarles fotografías incluso dentro de su propio hogar, tal y como habría sucedido anteriormente cuando unos drones sorprendieron presuntamente a la madre de Meghan, Doria, y el pequeño Archie, mientras daban un paseo por los jardines de la casa donde vivían de alquiler. Un asunto que ya han llevado a los tribunales para evitar a toda cosa que las fotos salgan a la luz. 

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    La casa de alquiler que han dejado atrás pertenece al productor Tyler Perry y se encuentra en la isla de Vancouver. Dieron con ella gracias al incombustible apoyo de Oprah Winfrey, que le facilitó a sus amigos el contacto del productor. En el Reino Unido, cuando todavía eran dos flamantes royals británicos, vivían en Froggmore Cottage, una casa de campo situada en las cercanías del Castillo de Windsor y en la que llevaron a cabo una polémica reforma de 3 millones de libras. Un dineral que tienen que devolver como parte del acuerdo al que llegaron con la reina Isabel II para oficializar su salida del Reino Unido.