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Ana Soria, escondida en un hostal a pocos metros de la plaza donde toreaba Enrique Ponce


    Sara Tejada

    El público abarrotaba este domingo la plaza hasta donde las autoridades sanitarias lo permiten en Navas de San Juan. Todas las localidades posibles estaban vendidas y una gran ovación a Enrique Ponce recorrió las gradas de la plaza jienense cuando el diestro se hizo presente en el ruedo. Ana Soria no estaba allí, pero sí muy cerca.

    El alcalde de Navas de San Juan (Jaén), Joaquín Requena, entregó este 2 de agosto a Enrique Ponce, único espada, una placa conmemorativa de sus 30 años de alternativa. Se guardó un minuto de silencio en memoria de todas las víctimas del Covid-19. 

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    Arrancó el festejo con treinta inusuales minutos de retraso. Abrió plaza un toro sin entrega y Ponce, tras un templado inicio por bajo, llevó al astado a media altura y con la planta relajada ligó las dos primeras tandas sobre la diestra.

    Lo hizo al natural, de uno en uno surgieron muletazos de trazo largo y suave en el centro del platillo: puede que el valenciano no esté siendo elegante y exquisito con su mujer, exhibiendo en demasía su pasión por la veinteañera Ana Soria, pero en el albero es un señor como la copa de un pino.

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    Su última tanda al natural fue extraordinaria y arrastró la muleta ante el éxtasis de un público entregado. Ponce jugaba en casa, en plaza de tercera pero a poca distancia de la Finca Cetrina, 900 y pico hectáreas para que Paloma Cuevas llore el amor perdido.

    No anduvo acertado el de Chiva con la espada, pero saludó humilde y una gran ovación tras una leve petición le perdonó todo. El segundo fue devuelto y en su lugar se lidió un sobrero de su ganadería, al que lanceó con suave balanceo y cadencia torera.

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    Ponce va justo de fuerza y empuje, y no lo decimos por su apasionado romance con la estudiante de Derecho, donde derrocha creatividad y energía. En la plaza, al natural resuelve mejor si se le da tiempo. Trasteo y temple, de menos a más, faena larga y terminada en modo genuflexo, a derechazos. La plaza en pie. Tres poncinas ligadas le sirvieron de broche. Mató bien y paseó las dos orejas y el rabo.

    El tercero era de Hermanos Collado Ruiz. Después del rejoneador José Velasco, que clavó buenas banderillas, Ponce presumió con el capote frente al cuarto de la tarde en un quite por chicuelinas de manos bajas rematado con una larga cordobesa. La brega del banderillero Jocho, para enmarcar.

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    Faena de muleta de Ponce, temple y suavidad para un toro no inválido pero sin mucha fuerza. El valenciano, con muletazos anudados y trasteo de catedrático, embelleció el momento. Mató de estocada. Otras dos orejas. El último de la tarde para Ponce colaboró en el alboroto. Tandas sobre la diestra, muletazos de gran nivel. Estocada y dos orejas.

    Ana Soria, castigada en el hostal

    No estuvo en la plaza Ana Soria, aunque se la esperaba. La almeriense no quiso dejarse ver en ninguna de las dos citas de Enrique Ponce  tras el parón del coronavirus y en medio del revuelo mediático por sus amoríos.

    Se daba por hecho que Ana Soria estaría presente en las localidades de Osuna y de Navas de San Juan pero la estudiante no ha aparecido ni un lugar ni en otro. Sin embargo, estaba muy cerca de Ponce, en un hostal de la localidad, cerrado por el valenciano para él y su cuadrilla. de lo que se piensa.

    Ana Soria vio por Internet la corrida de este domingo, refugiada o escondida a poca distancia de la finca Cetrina,  propiedad del diestro que le ha robado el corazón de 21 años y cerca por tanto de donde han pasado el confinamiento Paloma Cuevas, sus hijas y el propio torero, aún casado ante Dios y la Ley con la cordobesa.

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    Cachondeo total en redes

    El programa Viva La Vida de Telecinco contribuyó este sábado a que se encendiera una buena corriente de bromas en las redes sociales por el rótulo que aparecía en pantalla durante un directo sobre Enrique Ponce y su relación con la jovencísima Ana Soria.

    El espacio que presenta de Toñi Moreno sigue los pasos de Ponce y en Osuna  conectaban con la reportera descatacada en la localidad sevillana. En la pantalla se podía leer el siguiente rótulo: "Primera corrida de Enrique sin Paloma". Bastan unos ejemplos para hacerse una idea del cachondeo general por el doble sentido:

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    Hemos sabido que Ana Soria estaba preocupada antes de la corrida, como lo está este domingo, que repite su novio. "Está de los nervios", nos dijo un amigo muy cercano al que no podemos poner nombre, pero que tiene contacto muy cercano con la familia y las amistades de la estudiante de Derecho. "Es taurina y poncista, y tiene cuajo, y valor, pero siente como suyo el peligro de un contratiempo", comenta esta magnífica fuente. No hace falta, no obstante, recurrir a informadores ni confidencias para confirmarlo porque la propia Ana Soria nos lo dice así de claro: "Empieza a torear y lo que a mí me pase a él le afecta", advierte la joven almeriense.

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    "Estamos viviendo el noviazgo", repetía en televisión 24 horas antes de que su novio pise el albero. La novia de Enrique Ponce atendía a la llamada del programa para que respondiera sobre unas imágenes que han emitido sobre un piso que compartió con otros compañeros de universidad. Una Chorrada sobre si era limpia o no por dejar su habitación desordenada, pero suficiente para comprobar que mantenía la voz firme, lo cual no desvelaba la realidad de que su Ponce se enfrente a la muerte. Y es así, aunque duela, porque no hay toros si no hay riesgo, peligro, pasodoble y olor a albero, incluso con la mascarilla puesta.

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    "No voy a vivir justificándome y aclarando tonterías porque sé cómo soy", decía la voz rubia de Soria a micrófono abierto, toreando a los contertulios de Sálvame. "Lo que a mí me pase a él le afecta. No puedo estar con cada cosa que se inventan y cada cosa que se diga de mí todos los días", añadía. De momento estamos viviendo el noviazgo", confesaba. Preguntada por cómo lleva que se hable de ella, y de la diferencia de edad que los separa (Ponce es 26 años mayor que ella), Ana va asumiendo las críticas: "Me voy a acostumbrando y me voy mentalizando. Hay gente mala que se aburre mucho, yo solamente quiero ser feliz, vivir mi vida y ya pasará".

    Sobre Paloma Cuevas, la mujer que este domingo sufrió también cuando Ponce estaba frente a los toros de su propia ganadería, Ana dijo esto: "No la conozco, no he hablado con ella nunca". "Lo del divorcio es la vida personal de cada uno, no todo lo que se cuenta es verdad, solamente ellos tienen la verdad", aclaraba. "No me pongáis en más aprietos y más preguntas", rogaba.

    Ana Soria compartía este viernes una fotografía junto a Ponce con esta declaración de amor "El corazón más noble que he conocido nunca. Te quiero (más que ayer, y menos que mañana) ??", escribía en su perfil de Instagram. El valenciano respondía a la imagen proclamando su amor con palabras en inglés y en castellano: «Te AMO más que a mi vida!!! ???? Forever!!!".