Muere Olivia de Havilland, la mítica Melania de 'Lo que el viento se llevó', a los 104 años
Informalia
Este domingo conocíamos la noticia de que la actriz Olivia de Havilland había muerto a los 104 años. La mítica Melania de Lo que el viento se llevó era la última gran estrella del Hollywood clásico. De Havilland, que residía en París desde los años sesenta, vivía de forma discreta y no se prodigaba hace décadas en los medios. Ha muerto por causas naturales.
Participó en títulos como Las aventuras de Robin Hood, Nido de víboras y La Heredera. La noticia de su fallecimiento ha sido confirmada por su antigua abogada Suzelle M. Smith a la revista Variety. "Anoche (el sábado 25 de julio), el mundo perdió un tesoro internacional, y yo perdí a una amiga y cliente querida. Murió en paz en París".
De origen británico-estadounidense obtuvo los dos Oscar a mejor actriz protagonista por La vida íntima de Julia Norris y La heredera, el clásico dirigido en William Wyler en 1949, donde compartió escena con Montgomery Clift.
Recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Havilland, ganadora de dos premios Oscar,
Enemiga de su hermana Joan Fontaine
Pero sin duda la mayor parte de la gente recuerda a a gran dama de Hollywood por su papel de Melania, en 1939, que la catapultó para convertirse en una estrella del Séptimo Arte. Un año más tarde era su hermana Joan Fontaine quien daba también el salto preciso para ser otra de las actrices más admiradas de su tiempo. Ambas rivalizaron dentro y fuera de los estudios. Se odiaban a muerte.
Olivia de Havilland era la última superviviente de aquella lejana época hollywoodense, seguida por su buen amigo Kirk Douglas, que tambiñen nos dejó el año pasado. Joan Fontaine, su hermana, un año menor, falleció en 2013, a los noventa y seis años. Ambas nacieron en Tokio.
Su padre, el abogado Walter de Havilland se ganaba la vida en la capital nipona con su bufete, en tanto la madre, Lilian Auguste Rusel, era actriz. Un matrimonio inglés que se separó cuando sus hijas tenían muy corta edad. Entonces, a causa de la enfermedad de Joan, la madre decidió radicarse en los Estados Unidos. Y fue en California donde las pequeñas fueron creciendo.
Lilian Auguste ejerció una influencia notable en ellas, sobre todo en la primogénita. Olivia y Joan se peleaban constantemente, la primera llegó incluso a maltratarla. Ya jovencitas, esa pugna infantil se acrecentó. Y cuando las dos se convirtieron en actrices, su enemistad no desapareció.
A la hora de adoptar un nombre artístico, Olivia de Havilland lo tuvo claro: se llamaría tal cual como en su pasaporte. Joan tuvo que buscarse un apellido y en principio usó el de Burfield, pero finalmente se decidió por Fontaine, que era el de su padrastro, tras la segunda boda de su madre, quien también lo utilizó una época, anunciándose como Lilian Fontaine.
Joan Fontaine pudo haber sido la Melania de Lo que el viento se llevó, pero rechazó el papel, que fue para Olivia, lo cual destrozó las ya de por sí malas relaciones de las dos hermanas.
Joan Fontaine se llevó el Oscar por su interpretación en Sospecha, de Alfred Hitchcock, director que también le brindó otro éxito con Rebeca.
Las anécdotas de desencuentros entre las dos extraordinarias y bellísimas actrices son inumerables y muy conocidas. Joan Fontaine asistió al Festival de Cine de San Sebastián en 1982, y declaró: "No tenemos ninguna relación en absoluto".
Cuando falleció la madre de ambas, Joan Fontaine recriminó a Olivia que no la llamara por teléfono cuando sabía que se moría y le envió un telegrama, de modo que Joan no llegó a tiempo al entierro.
Parece que los celos de la niñez pudieron ser causa deese odio fraternal. La madre dedicaba más atenciones a Olivia. Para desgracia de Joan, la única hija que tuvo se llevaba muy bien con su tía Olivia.
Fallecida ya Joan, Olivia la defendió a capa y espada cuando se enteró que en la serie de televisión estadounidense Feud: Bette and Joan, basada en las rencillas entre Bette Davis y Joan Crawford durante el rodaje de Que fue de Baby Jane, de Robert Aldrich.
En la serie Feud, emitida por HBO, ambas salían malparadas. Catherine Zeta-Jones encarna el papel de Olivia de Havilland, y el guión lobliga a referirise a su hermana como "bitch" (zorra), dedicada a Joan Fontaine.
Olivia, desde su residencia en París, donde vivía desde comienzo de los años 50, emprendió una demanda contra la productora norteamericana de la película, aunque la perdió finalmente.
Tanto una como otra gozaron de la fama cinematográfica entre los años 40 y 50. Luego, como solía ser natural, iban poco a poco siendo sustituidas en los repartos por otras actrices más jóvenes. Aun así, Olivia de Havilland rodó su última película en 1986, con un papel en Anastasia: el misterio de Ana.
En 2017, la británica fue condecorada por la reina Isabel II (diez años más joven que la actriz),convirtiéndose en Dama del Imperio Británico.
Joan Fontaine, que se despidió del cine en 1966 con Las brujas, comentaba que Rebeca, su más señalada película, no la había vuelto a contemplar desde el día de su estreno, en 1940.
Olivia se casó en 1946 con el novelista Marcus Goodrich, del que tuvo un hijo, Benjamin, muerto de cáncer en 1991. Se divorció en 1953. Dos años más tarde contrajo segundo matrimonio con Pierre Galante, hasta divorciarse también, en 1979, unión de la que nació su hija Gisèle.
Joan Fontaine tuvo cuatro maridos: Brian Aherne, entre 1939 y 1945; William Dozer, desde 1946 hasta 1951, con quien tuvo a su hija Debbie; Collier Young, nueve años desde 1952 y 1961, para finalmente matrimoniarse con Alfred Wright Jr. en 1964, durando su convivencia sólo cinco años. Luego, Joan adoptó una niña peruana, Martita, que se escapó de su casa.