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Cien razones para interesarse por la boda de Tita Astolfi y Fernando Mora-Figueroa


    Informalia

    Tita Astolfi y Fernando Mora-Figueroa se casan este viernes en la intimidad. Dieron un ágape para los más cercanos en el Club de Golf El Buzo, en el Puerto de Santa María, según nos explica un miembro de la familia de la novia. La misma fuente confirma que la boda es en Las Lomas, la finca familiar del novio situada entre Benalup-Casas Viejas y Vejer de la Frontera, en Cádiz. 

    No todo el mundo conoce a Tita Astolfi, aunque con ese apellido haya quien recuerde algo parecido a un novio jinete que tuvo la infanta Elena antes de casarse con Jaime de Marichalar. Pero hay más razones para prestar atención al apellido Astolfi: en el año 2007, otro jinete, llamado Gigi Sarasola, se casó con una Astolfi. Era Tita, una joven sevillana que por entonces tendría la edad de la famosa novia de Enrique Ponce, Ana Soria.

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    Gigi tendría por entonces el doble de edad que su amada. Tita, que hoy tiene 33 años, ejerció de modelo pero luego estudió y se preparó para ser licenciada en Derecho, las Relaciones Internacionales y la política. Por cierto: sí, fue cuñada de Kike Sarasola, ese señor cuyo padre se llevaba bien con Felipe González, y que les deja pisos baratos a Albert Rivera o a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la CAM.

    Ni dos años

    Vamos, que Tita era casi una adolescente aquel 12 de octubre de 2007, cuando se hizo mujer de Gigi en la iglesia de San Eutropio, en El Espinar, en Segovia. Gigi es hijo del fallecido empresario Enrique Sarasola y de Cecilia Marulanda. Al enlace asistieron desde Colate Vallejo Nágera (junto a su mujer Paulina Rubio), hasta Eugenia Silva, o Carmen Martínez Bordiú. Desde  Alfonso Cortina, que en gloria esté, a  Cari Lapique. Desde Ana Obregón y su polaco macizo, llamado Darek) a Jaime Ostos y la doctora Grajal.

    Pero el número y la popularidad de los invitados, y la intensidad del boato fueron inversamente proporcionales a la intensidad de la unión y de su amor, que se diluyó en menos de 20 meses. Teresa llegó al templo del brazo de su padre, enfundada en un diseño de Christian Lacroix, el mismo modelo que lució en el  convite que luego sirvió para celebrar la unión en La Yeguada El Espinar, instalaciones hípicas ubicadas en al finca del padre de Gigi y de Kike Sarasola.

    Gigi, ahora padre y felizmente casado con Sara Encinillas, había sido olímpico en los Juegos de Atlanta en 1996 y en Sidney 2000. De hecho, sigue siendo aún hoy uno de los mejores jinetes españoles. Como su primera mujer, es licenciado en Derecho, aunque se dedica a la cría de caballos. El noviómetro de Gigi es de álbum de cromos: salió con Marta Sánchez y con Penélope Cruz.

    Pero la diferencia de edad (ojalá a Ponce y Soria no les pase) destrozó las conversaciones entre Gigi y Tita, y hasta Dios lo comprendió porque en 2015 consiguieron la nulidad eclesiástica. Tita, después, fue relacionada con Fran Rivera, cuando el torero se había separado de Eugenia Martínez de Irujo. También salió con Rosauro Varo, novio y padre de los hijos de Amaia Salamanca.

    Tita es hija de Juan Astolfi Pérez de Guzmán y Mayte González-Moguena. La sevillana pertenece por tanto a una familia aristocrática, muy vinculada al mundo de la ganadería y sobre todo con el de la hípica. Su tío es aquel jinete que salió o no salió o lo que ustedes quieran con la infanta Elena, como apuntábamos. Desde luego, lo que sí es ese Astolfi es profesor de categoría, de equitación. Dio clases a la princesa saudí Lama Bint Turki Al Saud. Tita fue educada en colegios de pago, de mucho pago, de su ciudad natal. Luego estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, y en 2009 se licenció (con matrícula de honor) en Derecho Comunitario.

    También hizo un curso de especialización de Asuntos Europeos y Protocolo en la Escuela Diplomática de España y un Programa de Liderazgo para la Gestión Pública en el IESE Business School. Su postgrado en Liderazgo para la Competitividad Global lo realizó en la Universidad de Georgetown, la de Felipe de Borbón y Grecia. Tita habla español con acento sevillano, inglés y francés.

    Como abogada ha ejercido en Albiñana & Suárez de Lezo y en 2010 fue asesora en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y en la Comisión de Asuntos Constitucionales en el Parlamento Europeo en Bruselas donde estuvo dos años. Luego fue jefa de prensa y relaciones institucionales del Secretario de Estado para la UE en el Ministerio de Asuntos Exteriores, cargo que ocupó durante los siguientes tres años, tiempo durante el cual fue también jefa de la Delegación de España en la Cumbre de Jóvenes del G20 (Youth 20) de la G20 Foundation (de 2012 a 2016). 

    Con apenas 28 años, la fichó el ministro Méndez de Vigo como directora adjunta del Gabinete del Ministro de Educación, Cultura y Deporte donde se encargó de las relaciones internacionales. Un año después fue nombrada directora de Gabinete del portavoz del PP y Asuntos Exteriores en el Congreso de los diputados, donde estuvo hasta mayo de 2019.

    Aquel 2015, la veinteañera y brillante jurista fue en el puesto número 10 en las listas del PP por la provincia de Sevilla, candidatura liderada por Juan Manuel Moreno. Las elecciones las la socialista Susana Díaz pero no tuvo la mayoría para ser presidenta de la Junta. Se habló entonces de la buena relación de Tita con Jorge Moragas, (mano derecha de Rajoy)  y de los Astolfi con el magistrado Juan Ignacio Zoido, ministro de Interior y en su día alcalde de Sevilla. Teresa Astolfi es consultora sobre diplomacia pública, relaciones internacionales y ejerce como directora de Relaciones Internacionales de la Asociación Women in a Legal World.

    ¿Y quién es él?

    Fernando Mora-Figueroa, el hombre inmensamente rico que se casa con Tita este viernes en la más estricta intimidad, pertenece a una de las 100 familias más ricas de España.

    No va a haber fotos de paparazzi porque el enlace es en su finca, un gigantesco latifundio de 12.000 hectáreas donde cazan don Juan Carlos o Juan Abelló. El patrimonio de la familia del novio no baja de los 700 millones de euros. Solo en Andalucía cuentan con propiedades como el Palacio Domecq en Jerez de la Frontera o el Santa María Polo Club de Sotogrande. La explotación agrícola, con fincas en Sevilla, Córdoba, Cádiz y Badajoz, y las bodegas son su fuente de riqueza.

    Su gran negocio, o uno de los mejores, data de 2013, cuando los Mora-Figueroa vendieron Rendelsur, la embotelladora de Coca-Cola en el sur de España, a Sol Daurrella, presidenta de Coca-Cola European Partners.

    Pero es que además, por parte materna, Fernando es un Goizueta, constructores y promotores de la urbanización de lujo Guadalmina de Marbella. Y una cosa más: ¿Adivinan quién presentó a Eva Sannum a Felipe de Borbón? Sí, fueron los Mora Figueroa.