Rocío Flores lucha contra la celulitis días después de someterse a un tratamiento muy puntero

Rocío Flores experimentó un cambio físico increíble en su paso por Supervivientes, pues en la isla de Honduras llegó a adelgazar una gran cantidad de kilos hasta acabar pareciendo otra persona. La hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores se cuida tras su regreso a España para no perder el tipazo y para ello recurre a algún que otro truco estilístico y tratamiento estético con el que deja a más de uno con la boca abierta.

La nieta de la desaparecida Rocío Jurado aprovecha su tirón mediático para labrarse su camino como influencer en Instagram, desde donde saca tajada económica promocionando las prendas que luce. Sin ir más lejos, este miércoles desveló que usa unos pantalones anticelulitis muy acordes a su estilo: "Hacen tener el glúteo muchísimo más levantado y el vientre más plano. Los utilizo tanto para estar en casa y como para salir a la calle", aseguró grabándose frente al espejo mientras presumía de estilizada figura.

En cuanto a su paso por clínicas estéticas, hace un par de semanas ella misma desveló que se había sometido a la innovadora técnica de la maderoterapia, en la que también confían otras famosas del panorama patrio como su tía Gloria Camila y Cristina Pedroche. La ex superviviente contó que es una técnica holística que ayuda a reducir la celulitis, a activar el sistema circulatorio y sistema linfático, a reafirmar y tonificar los músculos y, por supuesto, también a perder peso y volumen.

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A la vista está que le está sentando a las mil maravillas, pues tan solo hay que ver sus últimas fotos en la red social del postureo: "Que no te de miedo ser tú", dijo muy segura en una de ellas, en la que aparece posando frente al espejo mientras se enfunda en una minifalda roja con originales estampados, un ajustado top blanco y una elegante a la vez que casual camisa abotonada negra. También se puede comprobar en otra que subió con su enamorado, el joven Manuel Bedmar. Si echamos la vista atrás, es imposible que su radical metamorfosis no nos deje estupefactos.