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Jorge Javier Vázquez sigue erre que erre con su bronca con Belén Esteban: "Me da rabia haber contribuido a la crispación del país"
Domy I. Navas
Jorge Javier Vázquez protagonizó una monumental bronca con Belén Esteban en el plató de Sálvame, donde arremetió contra ella después de que la tertuliana expresara su descontento con el Gobierno de Pedro Sánchez. Días después de la pelea, el presentador ha reflexionado acerca de su enfrentamiento en su blog de Lecturas.
"Con los años se aprenden a manejar situaciones convulsas. Solo con los años. Y hasta que no aprendes, pasarlo mal es parte del proceso. No queda otra. Pero si logras trabajar esos procesos –con la ayuda de profesionales, claro– llega un momento en el que ese tipo de situaciones no solo no te desestabilizan, sino que te ayudan a crecer como persona. La última que he vivido ha sido el encontronazo con Belén", comienza diciendo Jorge Javier.
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Tras lo sucedido, Vázquez decidió incomunicarse y leer la prensa por encima: "Hoy sábado, una semana después de que se produjera, los principales periódicos del país siguen hablando de él. Leo solo titulares, pero no el contenido, que es una manera muy básica de protegerme. Desde que pasó lo que pasó, decidí incomunicarme durante un par de días, porque en esos momentos en los que los acontecimientos están tan recientes cualquier comentario, cualquier frase, cualquier mensaje puede desestabilizarte. En esos casos, lo mejor es aislarte, dejar que las cosas se enfríen, no alimentar el enfrentamiento ni buscar aliados entre tus amigos para que acaben dándote la razón. Silencio. Y el cerebro agradece la paz y empieza a ordenarse de una manera natural. Hay examen, pero no dolor. Hay revisión de los hechos, pero sin tortura", explica.
El catalán cuenta qué hizo el día después de su pelea: "El día después del desencuentro lo pasé tomando el sol, ajeno a lo que se estaba montando fuera. Visto lo visto, acerté. Porque para mí lo que sucedió el sábado en el plató del 'Deluxe' quedará como una anécdota más en la historia de la relación que me une a Belén desde hace 20 años. ¡Y los que nos quedan!", dice.
Eso sí, Jorge Javier admite que le da rabia "contribuir" a la crispación del país: "En esta ocasión la pelea se vio amplificada por el momento que vive el país. Con unos sentimientos a flor de piel tras hacer frente a una situación tan impredecible como catastrófica, cualquier motivo es bueno para posicionarse y resaltar nuestras diferencias. Con la (poca) perspectiva que da una semana me da rabia haber contribuido a la crispación con unas maneras equivocadas. Pero si siempre se ha dicho que 'Sálvame' es un programa muy pegado a la actualidad, difícil resulta no dejarse salpicar por esos sentimientos tan extremos que está viviendo nuestra sociedad", cuenta.
"?No quiero que suene a excusa ni a justificación, pero un presentador no es ni debe ser una máquina, al menos a mi entender. Y no debe tener miedo a mostrar sus emociones en público, incluso aquellas de las que no se siente especialmente orgulloso", alega.
La estrella de Mediaset también desvela cómo se sintió el pasado viernes cocinando con Belén en La última cena, programa derivado de Sálvame: "Cociné el viernes con Belén como si no hubiera pasado nada. Entiendo que haya gente que no comprenda esta relación, pero es nuestra relación. Sé cómo ella va a reaccionar en cada momento, y a ella le pasa lo mismo conmigo. Cuando discutimos el sábado, surgieron los bandos, y yo pensaba: 'Madre mía, la gente posicionándose y lo que no sabe es que en una semana nosotros ya habremos pasado página'. Lo del sábado quedará como una pelea más. Belén me reprochará no haberle pedido perdón y me llamará 'cabronazo' cada vez que se acuerde del incidente. Yo le contestaré que 'amar es no tener que decir nunca lo siento' y ella se cabreará todavía más porque es muy cumplida", reflexiona.
Pese a todo, Jorge Javier sabe que podrá contar con la princesa del pueblo para siempre: "Pero pasarán lo años y ahí nos tendremos el uno al otro, porque hemos aprendido a aceptarnos con nuestras defectos y contradicciones. Porque al final, fíjate tú lo que te digo, une más un error que un acierto; un defecto que una virtud; una pelea a tiempo en vez de cien años de estabilidad", sentencia.