Ana Obregón, con mirada triste y de riguroso luto, se despide de su hijo Aless en un funeral muy emotivo
Martín Alegre
Aless Lequio merecía un funeral a la medida de su carácter optimista, positivo, alegre, el de un joven de 27 años con toda la vida por delante. Su madre Ana García Obregón lo preparó a conciencia, con mucho amor y una decoración bonita y sencilla. Llenó de flores blancas la iglesia de Nuestra Señora de La Moraleja, a muy poca distancia de la casa madrileña donde la actriz y su hijo tenían su residencia.
A la derecha del altar, bien visible la foto de Aless con su perra Luna, fallecida pocos días después de su joven amo, en una imagen alegre y entrañable. Vestida con un traje negro, con escote cubierto de tul, con el nombre bordado de su hijo en hilo negro, y falda midi, Ana llegó a la iglesia, rodeada de sus hermanas Amalia y Celia y de la mano de Carolina, la novia que acompañó a Aless hasta el último momento de su vida.
Entre la música que sonó durante la ceremonia, interpretada en vivo y en directo por el Grupo Alborada, había piezas de Bach, Mozart, Haydn, Haendel, pero no las obras fúnebres de estos grandes clásicos, sino composiciones religiosas aunque esperanzadoras. Y también algunas de las obras favoritas de Aless, como el Gabriel Oboe, compuesta por el genial italiano Ennio Morricone para la banda sonora de La Misión; el Aleluya de Leonard Cohen, el Agnus Dei de Andrew Lloyd Webber y una sorprendente versión de la Marcha Real, nuestro himno nacional.
La misa acabó con la Salve Popular Rociera para que los amigos, familiares y gente cercana a los Obregón-Lequio, no se fueran con tanto pesar. Sin embargo casi nadie pudo contener la emoción cuando al terminar la misa Ana Obregón se dirigió a los asistentes, recordando a su hijo, con frases que hicieron llorar a muchos: "Yo no he sido quien te ha dado la vida. Quien me ha dado la vida has sido tú a mi, que me has hecho vivir los 27 años más felices...", dijo. Y volvió a repetir una idea que transmite últimamente en sus redes sociales, las ganas y el deseo de reunirse pronto con su hijo, un sentimiento que preocupa a los suyos, que desean su recuperación y que salga adelante. Un aplauso unánime y espontáneo cerró la emotiva intervención de Ana.
Después de las palabras de la madre de Aless, uno de los mejores amigos del joven también quiso recordarle públicamente, como alguien inolvidable por su entereza, su sentido del humor, con ideas brillantes y una concepción íntegra de la amistad. Recordó entre lágrimas, sus momentos de fiestas, las juergas en la piscina y su forma de encarar la enfermedad. Y cuando mencionó la admiración y el amor que Aless tenía por su padre, Alessandro Lequio, sentado en la primera fila del ala derecha del templo, junto a su esposa María Palacios, se echó a llorar.
Los cuatro hermanos de Ana estuvieron a su lado y uno de ellos, Juancho, nos decía que sus padres, Antonio y Ana, "están bien pero muy mayores para pasar por este momento de tanta emoción". Sorprendió la presencia del líder del Partido Popular, Pablo Casado, al parecer muy amigo de la familia Obregón. No podía faltar en cambio, Ramón García, compañero de Ana en tantas noches de plató. Terelu Campos, María Zurita, Fiona Ferrer, Boris Izaguirre, Susana Uribarri.
Ana recibió el cariño incondicional de sus hermanas Amelia y Celia y es que ambas acompañaron a la actriz en todo momento hasta las puertas de la iglesia.
Junto a ellas también la novia de Álex, Carolina Monje, demostró que mantiene una muy buena relación con toda la familia y es que la joven no pudo evitar las lágrimas a la llegada a la iglesia.
Como no podía ser de otra forma, Alessanddro Lequio contó con el cariño incondicional de su mujer María Palacios y es que, en un segundo plano, ella se ha convertido en un pilar fundamental para el italiano en estos momentos.
Entre los asistentes también los otros hermanos de Ana, Javier García Obregón, que llegó junto a su mujer María Tevenet y Juan Antonio, que lo hizo de la mano de Marta Vázquez de Castro. Haciendo gala de la buena relación que mantiene con la que fuera su familia política, la presentadora Paloma Lago acompañó a su hijo Javier en este duro trance.
Como amigos de la familia, también muchos rostros conocidos acudieron a la iglesia para despedir a Álex como fue el caso de Luis Rollán, Terelu Campos, Susana Uribarri, Fiona Ferrer o Ramón García junto a su mujer Patricia Olmedilla.
De riguroso luto, Ana Obregón lució para la ocasión un vestido midi con la parte superior de tull creación de su amigo el diseñador Alejandro de Miguel. A juego con el vestido, también una mascarilla con un corazón en color rojo bordado en uno de los laterales y en el otro el nombre de su hijo.