El nuevo negocio de Ágatha Ruiz de la Prada: pactó las fotografías junto a su nuevo amor y cobra por ir a programas
Felipe Rodríguez
La capacidad de Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 22 de julio de 1960) para reinventarse en las adversidades es asombrosa. Rompió con Luis Miguel Rodríguez por unas fotos del empresario abrazando a una tal Marcia di Lele, publicadas dos días después de que el magnate de la chatarra y la ex de Pedro J. Ramírez aparecieran en Vanity Fair posando a lo grande.
Ágatha se quitó del medio huyendo a París, igual que había hecho cuando el padre de sus hijos le anunció que la dejaba porque se había enamorado de la abogada Cruz Sánchez de Lara. Tres días antes de la ruptura, el matrimonio posaba en exclusiva para el número de diciembre de 2016 de la revista Vogue, en un reportaje recorriendo los rincones de su original casa de Madrid.
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Al regreso de su escapada a París para reflexionar sobre la supuesta infidelidad de Luismi, Agatha tuvo un encuentro con el rey del desguace, a la salida de un restaurante en Aranjuez. Fotos románticas a la luz de una farola, publicadas previo pago en Hola, que se ha convertido en la revista oficial de Agatha. Ella a su vez fabrica camisetas con la marca del semanario. Nunca en sus tres décadas junto a Pedro Jota, la publicación había dedicado tanto espacio a los padres de Tristán y Cósima, cuya vida de pareja era aparentemente perfecta a pesar de episodios tan sonados como el vídeo de Pedro J, una despreciable jugada contra el ex director de El Mundo.
Reportaje pagado
Pero, como decimos, Ágatha es capaz como nadie de darle la vuelta a los avatares de la vida y hacer de la necesidad virtud. Con la historia de Luismi agotada y la economía de su empresa destrozada por el coronavirus, de la Prada se ha sacado un novio nuevo de la manga, aunque no sabemos si Luis Gasset, un viudo más joven que ella, de buena planta y experto en el mundo del lujo, es un novio de atrezzo. Pero al menos ahora sí sabemos que sus fotos juntos en la portada de Hola están pagadas por la revista. Aunque no nos consta que él participe en los beneficios.
Lo cierto es que Agatha, amante de posar en las alfombras rojas y de hablar ante cualquier micrófono, ha descubierto que los paseos robados o las exclusivas sobre rupturas, infidelidades y novios, son tan rentables como sus camisetas de diseño. O tal vez más.
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Esta semana, la premiada diseñadora tenía una cita con Juntos, un programa de Telemadrid, cadena pública autonómica donde no se paga a los invitados, volcado en informar sobre la pandemia, de forma instructiva y amena. El tema a tratar eran las mascarillas que Agatha ha diseñado con su particular estilo alegre y colorista. Nada de amores, rupturas ni vida privada.
Dos veces fue citada, dos veces aceptó, y dos veces anuló. Dicen que a la tercera va la vencida, pero no fue así. Porque esa tercera vez que se había comprometido para visitar el espacio de prime time de la televisión madrileña fue el pasado miércoles, justo el día que apareció su portada en Hola junto a su nuevo amor.
Proteger la 'exclusiva'
Dada la situación, la representante de Ágatha llamó al programa y alegó que como Hola estaba en los kioskos con la primicia de su representada había que esperar un tiempo hasta que ella apareciera en un medio. Esta es la regla cuando hay un reportaje pagado, o pactado pero obviamente nunca cuando las fotografías han sido robadas. Otra cosa son las imágenes de ambos de terraceo, que aparecieron cuando se había publicado la exclusiva y que serían efectivamente robadas.
La representante de Ágatha es Edith Pérez, vinculada a Kananga producciones y especialistas en personajes como Alba Carrillo, algunos concursantes de Mujeres, Hombres y Viceversa, o en su día de José Campos y Carmen Martínez Bordiú; otra novia de Luis Miguel, por cierto: ¡qué gracioso! ¡Unidas por su representante!
Pero no fue su representante sino la propia Agatha quien aclaró a la producción del programa su espantada. "Ahora cobro por ir a los programas porque es una parte importante de mi trabajo. No puedo ir a Telemadrid gratis cuando en Sálvame, que se portan conmigo de coña, me pagan 50.000 euros, y eso sería hacerles un feo a los de Sálvame", explicó la propia Ágatha.