Sara Sálamo propone aislar a quienes participan en caceroladas "en un pueblo deshabitado"
Informalia
A sus 28 años, los mismos que su novio millonario y futbolista, Sara Sálamo es mucho más que la WAG más guapa y mediática del Real Madrid. La canaria despunta como actriz y ahora además ha demostrado que es escritora. Pero desde julio del año pasado Sara Ainhoa Concepción Sálamo (Santa Cruz de Tenerife, 1992) es sobre todo madre de Theo.
Conocida además en las redes sociales por sus firmes defensas de causas como el feminismo o el amor a los animales, ha sido últimamente la rival del torero Cayetano Rivera tras posicionarse en contra de las ayudas a la tauromaquia. "Subvencionados, titiriteros, rojos...! Ah, no, toreros", rezaba un tuit más irónico que amistoso de la actriz.
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Sea intencionado o no, ese impulso aún mayor a su popularidad, conseguida por su profesión y por su relación con Isco Alarcón, le ayuda en su promoción del libro que ha escrito, El ocaso del mono que arañaba la pared (Ediciones Martínez Roca). "La novela cuenta la historia de una escritora perfeccionista, desconfiada, espontánea, divertida, paranoica, atea y amante de los girasoles y el capuchino.
La obra se gestó, según explica en La Razón la autora, a la vez que su embarazo. "Tenía otros guiones y premisas en los que había estado trabajando desde hacía tiempo y, quizá, hubiera sido más sencillo seguir desarrollándolos para iniciarme en el mundo literario, pero el embarazo es un proceso tan sumamente poderoso, que opté por escribir desde las entrañas y desde esas sensaciones nuevas que ocupaban mi cuerpo y mi mente", le cuenta a Cristina Fernández en el citado periódico.
La madre del segundo hijo de Isco Alarcón todavía no ha estrenado la desescalada: "Soy una persona bastante miedosa y prudente. Yo continúo en fase cero con respecto a los reencuentros. Y no porque no tenga ganas, sino por miedo a las repercusiones. Me muero de ganas por ver a mi familia y amigos, a los cuales tengo lejísimos, pero me abruma el número de víctimas", asegura. Sobre los que se manifiestan con caceroladas contra la gestión del Gobierno, Sara es contundente y clara. "Habría que meterlos en un pueblo deshabitado", dice. "Siento muchísimo respeto por el trabajo de los sanitarios y por los fallecidos y sus familias. Creo que hay otras formas de reivindicar lo que uno piensa o con lo que uno no está de acuerdo, sin saltarse la distancia de seguridad y las normas sanitarias".
Sobre su militancia feminista y animalista, asegura que está presente en su estreno literario: "El feminismo, por ejemplo, no puede tener discusión. Cuando me expongo para defender el respeto hacia cualquier ser, ya sea humano o animal, no pienso en las repercusiones. Simplemente creo que, ya que tengo un altavoz, debo utilizarlo con responsabilidad".
Arranca la Liga
A pocos días de que Isco le ponga los cuernos con su profesión y arranque la Liga este 11 de junio, Sara se muestra comprensiva. "Si han tomado esa decisión es porque les consta que se puede llevar a cabo sin exponernos tanto a los jugadores como a sus familiares. Confío en el buen hacer de las personas que trabajan en el sector. Además, lo que sí que me consta de primera mano es lo escrupulosos que están siendo a diario con las medidas de higiene", dice quien es novia del futbolista Isco Alarcón desde hace tres años.