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¿Quiere ser Ivanka Trump la Evita Perón o la Juana de Arco del coronavirus en EEUU?
Silvia Armesto
Los test ya son diarios en la Casa Blanca y una asistente personal de Ivanka Trump ha dado positivo en coronavirus, según afirma la cadena de noticias CNN citando una fuente "familiarizada con los hechos". La noticia llega poco después de la confirmación de la infección de Katie Miller, la portavoz del vicepresidente estadounidense, Mike Pence. Estas son las cifras que deja el coronavirus en EEUU: 1,309,541 contagiados 78,794 muertos 212,534 recuperados.
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En el país con más contagios y muertes del planeta, la figura de la hija del presidente Donald Trump ha pasado de ser un bello robot de sofisticada y calculada belleza artificial a una Juana de Arco afectada por la tragedia. Nada como un poquito de naturalidad para acercar el Gobierno de Donald Trump a un pueblo desesperado. La verdadera primera dama norteamericana, a falta de que Melania ejerza, es esta joven que quiere ser la Evita Perón de EEUU en el peor momento del país desde la Segunda Guerra Mundial.
La "hijasesora" del presidente de los Estados Unidos ha dicho que está plenamente concienciada de la importancia de quedarse en casa y frenar al coronavirus. Como influencer utiliza a sus más de seis millones de seguidores y les envía gestos como el vídeo con la cara lavada, consciente de que nada despierta más curiosidad en la gente que saber cómo son las celebrities (ella lo es) en la intimidad de su hogar.
Esas escenas sin maquillaje contrastan mucho más en el caso de una persona que invariablemente exhibe la imagen perfecta que conocemos, como salida de una producción de moda realizada por un gran equipo de estilistas. El impacto está asegurado cuando los americanos pasan de verla en esas instantáneas suyas que podrían ser portadas de revistas de moda a las fotografías y vídeos hechos con su teléfono móvil, ataviada con una sudadera y con un moño de urgencia.
Del artificio estilístico permanente y cuidado hasta el detalle más ínfimo, ha pasado a la aparente naturalidad, y la hija del presidente Trump se ha convertido así en la Juana de Arco de de los Estados Unidos, con ese no-maquillaje dramático que nada tiene que ver con la imagen que normalmente compartía con su madrastra: cincelada a base de polvos de sol para perfilar su rostro y convertirlo en una estatua. Ivanka también ha renunciado a su máscara de pestañas, que suele llevar con extensiones. La verdadera cara de Ivanka utiliza la naturalidad de su imagen para transmitir su sentimiento por el drama que vive EEUU y en sus enormes ojos, limpios, sin pintar, descubrimos una mirada desconocida en ella, expresiva como un ser humano y no como un robot. Cuenta Ivanka Trump con la ventaja de contar con una piel hidratada y cuidada al extremo, además de joven: no tiene manchas ni flacidez ni arrugas.
Lo más probable es que Ivanka no esté contagiada. Pero tiene excusa para ser una mártir. La asistente que ha dado positivo, asintomática, llevaba teletrabajando cerca de dos meses, por lo que no ha estado cerca de la hija del presidente desde hace varias semanas. De hecho, Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner, han dado negativo en la prueba diagnóstica de la Covid-19 este viernes.
Pero tanto el caso de la asistente personal de Ivanka Trump como el de Miller se han confirmado un día después de otro positivo registrado entre el personal de la Casa Blanca, un ayudante del presidente miembro de la Marina. Con respecto a Katie Miller, secretaria de prensa del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, este viernes positivo por Covid-19, un día después de conocerse que un asistente personal de Donald Trump, resultara también contagiado del coronavirus, lo que llevó a que se ordenara practicar exámenes diarios en la Casa Blanca. "Hay un miembro del equipo del vicepresidente que es positivo para el coronavirus", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, en una conferencia de prensa en la que señaló que el presidente se somete al test "regularmente" y que será él quien tome la decisión sobre si usar o no máscarilla sanitaria en público.
La citada portavoz aseguró que "él o ella", en alusión al asistente de Pence, "posiblemente había estado en contacto con seis personas que tenían programado volar" este viernes junto al vicepresidente a Des Moines, la capital de Iowa, pero "fueron retirados del vuelo". Tiempo después, la cadena CBS News confirmó que se trataba de la portavoz Katie Miller.
Este es el segundo colaborador de Pence que resulta contagiado con la enfermedad, después de que el pasado 21 de marzo el propio vicepresidente anunciara que un integrante de su equipo había dado positivo por Covid-19 y confirmara que él y su esposa, Karen, se someterían a una prueba que finalmente resultó negativa.
Este jueves, la Casa Blanca informaba de que Trump volvió a dar negativo en el test de coronavirus después de que uno de sus asistentes personales diese positivo. "Fuimos recientemente notificados por la Unidad Médica de la Casa Blanca de que un miembro de las Fuerzas Armadas de EE.UU. que trabaja en la Casa Blanca dio positivo por coronavirus", indicó Hogan Gidley, portavoz presidencial adjunto en un comunicado. "Desde entonces, el presidente y el vicepresidente han vuelto a ser sometidos al test y han dado negativo, y ambos se mantienen con buena salud", agregó Gidley.
Posteriormente, en declaraciones a los periodistas durante una reunión con el gobernador de Texas, Greg Abbott, el mandatario estadounidense indicó que había ordenado que los exámenes al personal interno de la Casa Blanca se hagan diariamente, en lugar de semanalmente, como se venían haciendo hasta ahora.