Inés Arrimadas, en la recta final de su embarazo, pero trabajando (desde casa) casi hasta el momento del parto

Inés Arrimadas  (Jerez de la Frontera, 3 de julio de 1981) se encuentra en la recta final de su embarazo y confinada, como todo el mundo, con la situación añadida y la prudencia que exige su avanzado estado de gestación. Pero la presidenta de Ciudadanos no descansa y este miércoles se enfrentó a todo y a todos, dentro y fuera de su partido, a derecha e izquierda.

En 'casa' se bate en duelo contra sus compañeros Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía, o Toni Cantó, jefe de la formación naranja en Valencia. 

Ambos batallan contra la lideresa Arrimadas para evitar que coloque a compañeros afines en sus autonomías y exigen libertad para designar a sus allegados tanto a nivel regional como en el Consejo General.

Pero de algún modo Arrimadas ya ejerce de madre o al menos se pone en la piel de las madres y los padres en lo relatico al polémico asunto de los menús fast food para niños en Madrid: "A veces hay que elegir entre Guatemala y Guatepeor", dijo la diputada. La presidenta de Ciudadanos justifica que se den menús de cadenas de comida rápida en la Comunidad de Madrid, donde se ofrecen a familias con derecho a beca de comedor, para garantizar el servicio, pese a las dificultades añadidas por la pandemia del coronavirus. Arrimadas entiende que la prioridad es que a los niños no les falte comida.

Madre concienciada

"Soy una persona muy concienciada con la salud, la nutrición y la obesidad infantil, pero estamos en una epidemia aquí muchas veces hay que elegir entre Guatemala y Guatepeor", dijo en una entrevista en Onda Cero. Le preguntaban por las declaraciones de Isabel Díaz Ayuso, que defiende los menús que el Gobierno regional ofrece a familias perceptoras de la Renta Mínima de Inserción (RMI) a través de empresas como Telepizza, Rodilla o Viena Capellanes.

En su comparecencia en la Asamblea, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que gobierna en coalición con el partido de Arrimadas, se ha mostró convencida de que "muchos padres" durante estas semanas de confinamiento, han dado alguna vez "alguna pizza o algún sándwich" a sus hijos", y de que esto, si es esporádico, no supone ningún problema. "Juraría que al cien por cien de los niños les encanta", añadó Ayuso, indicando que la solución para Podemos sería "ofrecer los menús de Venezuela, que es nada".

Situación dramática

Arrimadas defiende que el Gobierno en el que Aguado es vicepresidente junto al Partido Popular en la Comunidad de Madrid ha gestionado este asunto "de la mejor manera posible" y destacó que, en una situación "tan dramática" se haya logrado mantener servicios básicos. "Es fácil criticar, pero no se dan alternativas", expresó la futura mamá, deseosa de que pronto se vuelva "a la normalidad" en muchos ámbitos, incluido el de los servicios sociales. Sin duda, la alimentación, la dieta y la salud de su hijo o de sus hijos será muy pronto una preocupación prioritaria de mamá Arrimadas y de su marido, Xavier Cimas. A punto de convertirse en madre, se enfrenta a uno de los momentos más importantes de su vida: la presidenta de Ciudadanos afronta el parto confinada en casa con su marido, pero sin dejar de trabajar. Arrimadas nunca olvidará el mes de mayo que comienza este viernes.

Hace tres semanas, el pasado jueves santo, tras una frenética jornada telelaboral, Inés se dirigía a sus seguidores junto a su marido desde su cuenta de Instagram para decirnos algo personal: "Trabajando mucho pero desde casa, confinados y con muchas ganas de conocer a nuestro bebé", escribía esta licenciada en Derecho que se ha encontrado con el encargo de juntar los pedazos de un partido sepultado bajo la desastrosa labor de Albert Rivera quien, curiosamente, también espera a ser padre en pleno confinamiento, él, junto a su novia, la cantante Malú, ya fuera de la política activa y con un trabajo en un importante despacho de abogados.

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Arrimadas renunció a su escaño de diputada autonómica en Cataluña para concurrir a las elecciones generales de hace 12 meses, un año que ha cambiado su vida: su jefe se ha desvanecido como politico, su partido casi ha desaparecido, se quedó embarazada, y el 8 de marzo de 2020, meses después de la debacle electoral, se convirtió en presidenta de Ciudadanos. En este momento, recta final de su embarazo y ante la situación que vivimos, Arrimadas clama por la unión de todo: "Si no lo hacemos ahora, ¿cuándo conseguiremos unos pactos de reconstrucción?", se preguntaba esta semana. La presidenta de Ciudadanos apremia al Gobierno a diseñar un "método" que "articule las reuniones y sus formatos con rapidez" . Dado su estado, desde que se supo de la amenaza del virus, Inés Arrimadas sólo ha salido de casa una vez. Fue para ir al médico. "El embarazo evoluciona bien", ha dicho.  

La prudencia y el miedo a contagiarse es mucho mayor en una situación así. "No es que el virus ataque especialmente a las embarazadas, pero sí hay que tener precaución porque, si se surge una complicación, puede adelantarse el parto. Además, los tratamientos para el virus no suelen poder recibirlos las embarazadas. Estoy cumpliendo a rajatabla el confinamiento. Sólo he salido para una revisión", declaró.

Es muy lógico que Inés Arrimadas este preocupada por partida doble, tanto por la crisis sanitaria del coronavirus como por hallarse en el momento final de su embarazo. La líder de Ciudadanos lanzaba hace dos semanas un mensaje en el que señalaba que se siente identificada con el resto de mujeres que están esperando a un bebé en estos tiempos y alegaba que "esta grave crisis añade muchas incertidumbres nuevas".

La diputada era solidaria con el resto de mujeres que darán a luz en medio de esta crisis sanitaria: "Esta grave crisis nos añade muchas incertidumbres nuevas. Ánimo a todas las mujeres en esta situación", escribía.

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Arrimadas no es la única embarazada en estos momentos. La novia de su amigo y antiguo jefe, la cantante Malú, se encuentra también en avanzado estado de gestación. De hecho, la publicación en la revista Lecturas de que iba a dar a luz en casa por miedo al contagio la obligó a salir a desmentirlo y muy enfadada dijo estar hasta de bulos.