Actualidad

El empresario Alfonso Cortina, ingresado en Toledo con síntomas de coronavirus


    Esther Torres

    El expresidente de Repsol ingresó hace unos días en un hospital de Toledo tras desarrollar síntomas compatibles con el coronavirus. A sus 76 años, Alfonso Cortina se encuentra en buen estado, la fiebre ha remitido en las últimas horas y su entorno afirma que está "muy bien de ánimo".

    Cortina, su mujer Miriam Lapique y uno de sus dos hijos respetaban el confinamiento ordenado por el Gobierno en la finca toledana del empresario, situada en Retuerta del Tajo, según El Confidencial.

    Lea también: El príncipe Carlos de Inglaterra, infectado por coronavirus a los 71 años

    Alfonso Cortina Alcocer, nieto del exalcalde madrileño Alberto Alcocer, se licenció en Ingeniería Industrial y goza de una impecable carrera empresarial. En 1984, se incorporó al grupo Construcciones y Contratas para gestionar la cementera Portland Valderrivas, de la que fue nombrado vicepresidente, consejero delegado y presidente. En 1992, firmó con Cementos Portland la integración de ambas. El 6 de junio de 1996 fue nombrado presidente de Repsol y, tres años después, presidente y gerente general de YPF. El 7 de julio de 1999, Repsol cambió su denominación por la de Repsol-YPF. Tras presidir la inmobiliaria Colonial entre 2004 y 2006, en el año 2007 fue nombrado máximo representante de la firma de capital riesgo Texas Pacific Group (TPG) en el mercado español.

    Amigo de Carlos Falcó

    Compartía su pasión por el campo y los viñedos con su gran amigo Carlos Falcó, marqués de Griñón, fallecido el pasado viernes 20 por coronavirus. Sus vinos Pago de Vallegarcía tienen denominación de origen: "Siempre estaré agradecido a Carlos porque desde el principio me aconsejó y me prestó a su enólogo. Y lo habitual es que esos secretos no se compartan", dijo hace unos años.

    Además de sus vinos, el excuñado de Esther Koplowitz es un amante de la cultura y el arte. Además de presidir la Junta de Amigos del Teatro Real, es conocido por su exquisita colección de Tàpies, Valdés, Chillida, Palazuelo o Saura, que han convertido su finca en Ciudad Real en un auténtico museo.