Así es Fernando Simón, el tranquilizador del coronavirus: casado desde los 90, con tres hijos y apasionado de la naturaleza
Vicky Ballesteros
Fernando Simón se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de los últimos días, en los que todo el país está pegado al televisor para informarse de los últimos avances del coronavirus. Este médico epidemiólogo de 59 años, que también fue el portavoz del comité especial sobre el Ébola en 2014, es el encargado de tranquilar a la población día tras día.
Este profesional es de origen aragonés y está casado desde 1990 con la científica María Romay-Barja, especializada en enfermedades tropicales y, a su vez, encargada de las redes sociales de Red de Investigación Cooperativa en Enfermedades Tropicales (RICET) en el Instituto de Salud Carlos III.
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Viven en el madrileño barrio de Alameda de Osuna y con ella tiene tres hijos en común. Los dos mayores se dedican también al mundo de la ciencia, mientras que el pequeño de 10 años se encuentra cursando los estudios escolares. A ellos también les ha inculcado desde la niñez su pasión por la naturaleza, pues en sus ratos libres suele hacer montañismo y escalada.
Desde muy pequeño supo que lo suyo era la medicina. Se licenció por la Universidad de Zaragoza y se especializó en Inglaterra y Francia, donde se diplomó en Epidemiología en la London School of Hygiene and Tropical Medicine. Sus primeros pasos profesionales los dio dentro del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades y ejerciendo su profesión en algunos pequeños municipios de Huesca, como Binéfar, Naval o Estadilla.
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Dejó España con su mujer para poner rumbo a África, donde se puso al frente del Hospital de Ntita en Burundi o del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales de Manhica, en Mozambique, entre otros centros. Tras dejar África ejercieron su profesión en Guatemala, Ecuador y París, donde se asentaron para trabajar en el Instituto de Vigilancia Epidemiológica. Volvieron a España en 1998 y lo hicieron pensando en el bien de sus tres hijos.
Ya en España, desde 2003 a 2011 desempeñó el puesto de jefe en la Unidad de Alerta y Respuesta del Instituto Español de Salud Carlos III. Después dio el salto al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, donde asume la coordinación nacional desde 2012. También es el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y ejerce de profesor en el Instituto Carlos III.
En 2014 saltó a las pantallas de todos los españoles cuando la por aquel entonces Ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, le ofreció ser el portavoz de la crisis sanitaria del Ébola.
En su entorno más cercano lo definen como una excelente persona: "Es igual que se ve en pantalla, una persona muy accesible, muy agradable, muy dispuesto y muy transparente. Es lo que ve", confiesa una fuente de su círculo íntimo a El País. En el trabajo también cala bien: "No conozco a nadie en el Ministerio que pueda decir algo en su contra. De verdad. No es pose", señalan otras fuentes al mismo diario. La anterior Ministra de Sanidad, la socialista María Luisa Carcedo, también lo colma de elogios: "Excelente profesional, muy serio y riguroso. No escatima esfuerzos y disponibilidad. Y, si me permites, buena persona".