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Cayetano Martínez de Irujo dice que él acabó con la "administración corrupta" de la Casa de Alba
Martín Alegre
El acto de entrega a Cayetano Martínez de Irujo de la Medalla de Honor de la Real Academia de Medicina volvió a despertar en el hijo de la duquesa de Alba intensas emociones, tristeza y el profundo abismo que separa al jinete del resto de la familia.
Hacía apenas unas horas que había atacado a su hermana Eugenia Martínez de Irujo, y del primogénito y duque de Alba ya se le han acabado los adjetivos feos. El hecho es que de sus cinco hermanos, solo Fernando asistió a la ceremonia, además de "otras personas que me quieren", dijo el duque de Arjona, refiriéndose al periodista y académico Luis María Ansón, al que considera su segundo padre; a sus dos hijos Luis y Amina; a su ex mujer Genoveva Casanova y a su novia, Bárbara Mirján, todos ellos presentes en la sala.
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Tampoco faltaron Alfonso Díez, el tercer marido de la duquesa, el doctor Ángel Villamor, uno de los cirujanos que operaron al rey don Juan Carlos de sus problemas de cadera, Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, el club del que es seguidor Cayetano, y Manuel Berdonce, el entrenador que convirtió al aristócrata en un aficionado al boxeo y es también uno de sus mejores amigos.
Cayetano recibió esta distinción a instancias del doctor Enrique Moreno, al que el aristócrata define como el cirujano que "me salvó la vida cuando tocaba la muerte con las dos manos", recordó emocionado. Enrique Moreno, eminencia mundial en trasplantes y quien le dio la vida a Raphael, necesitado con urgencia de un hígado nuevo, hizo mención a los méritos del hijo de Cayetana, como alguien solidario con muchas causas sociales, "a quien aprecia la ciudadanía y que ha acercado a la gente a la Casa más importante de la nobleza, redescubriendo los auténticos valores de la aristocracia", dijo el galeno para justificar la medalla que se le entregaba a su amigo, una distinción que algunos no entienden. Una persona presente en el evento y que no quiere dar su nombre reconoce hay personas que ven a Cayetano como un "niño mimado que ha tardado en madurar", "un veleta caprichoso que si no llega a ser hijo de la duquesa de Alba podría haber sido considerado un pobre drogadicto, en el mejor de los casos, un enfermo, cuando no un egoísta e irresponsable".
Cayetano tomó la palabra para explicar su trabajo para pasar la Casa de Alba del siglo XX al XXI, algo que, según él, hizo por mandato expreso de su madre, porque le consideró el más inteligente y capaz de sus hijos para modernizar las estructuras de una familia con 600 años de historia. Eso es al menos lo que sostiene el jinete.
Cayetano desveló que en 2009 la duquesa de Alba entregó un sobre lacrado a cada uno de sus hijos, nombrándoles por sus respectivos títulos nobiliarios. En la carta les explicaba que había encargado a Cayetano llevar la economía de sus posesiones en Salamanca, Córdoba y Sevilla, tierras que suman 35.000 hectáreas. "Una carta que sorprendió y produjo entre shock y reacciones violentas", comentó el duque de Arjona a los asistentes.
Según Cayetano, tiempo después, la duquesa les dijo al finalizar un almuerzo que estaba muy satisfecha con la gestión de su hijo y deseaba que llevara la totalidad de los asuntos y negocios de la familia. El duque de Arjona reprodujo así las palabras de su madre: "Carlos, te pido que ayudes y cooperes con Cayetano". Cuenta cayetano que se dirigió a su hijo mayor así. "Y se levantó de la mesa sin darnos el beso habitual. El ambiente era gélido", recordaba Cayetano.
El galardonado explicó al borde de las lágrimas que trabajó duro para ordenar una administración mal organizada y "profundamente corrupta", que consiguió reflotar las dañadas finanzas de la casa, que puso en marcha las visitas a los palacios y la comercialización de los productos Casa de Alba. Y sobre todo, que fue leal a su madre y al primogénito, a los que mantenía informados de sus gestiones.
Y ante la "amenaza de un nuevo matrimonio de su madre con Alfonso Díez", del que por entonces todos desconfiaban, Cayetano consiguió que la duquesa les donara en vida la herencia que les correspondía. Finalmente se dieron cuenta que el nuevo marido de Cayetana hizo a su madre feliz y no tenía ambición alguna.
Cuenta Cayetano que a la muerte de la aristócrata en noviembre de 2014, el nuevo duque de Alba, su hermano Carlos, cortó de raíz este trabajo, al que destituyó de manera fulminante de la gestión encomendada por su madre, le hizo abandonar el palacio de Liria, donde vivía desde su separación de Genoveva Casanova, y le negó su apoyo para emprender una nueva vida laboral. "He pagado con creces haber sido el elegido por mi madre", confesó con tristeza Cayetano. "No estoy de acuerdo con cómo se hacen las cosas ahora, pero lo respeto. Que sea la Historia quien juzgue", dijo.