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Santiago Abascal tiene una profesora particular de comportamiento mediático


    Silvia Armesto

    La tensa entrevista de Santiago Abascal en TVE de este jueves, ha vuelto a llevar a los titulares al líder de Vox. Reclamó los datos por nacionalidades de agresores sexuales, vinculó inmigración a delincuencia y negó la violencia de género.

    Después, desde Vox aseguran que el presentador del Telediario Carlos Franganillo le hizo una encerrona porque trató de rebatir con datos algunos de los argumentos ofrecidos por la formación de extrema derecha, por ejemplo sobre asuntos como el veto parental. Franganillo, que dio la mano a su invitado tras la entrevista, fue acusado después de afear las palabras y contestaciones de Abascal, por hacer ver que sus opiniones estaban basadas en falsedades y en  descontextualizaciones.

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    La cuestión es que Abascal hizo mejor audiencia que Pablo casado o que Pedro Sánchez, y que luego ha logrado seguir en el candelero polemizando sobre la entrevista. Recordemos que el líder del Vox  y su noche en El Hormiguero de Pablo Motos (donde presentó su mejor cara) fue lo más visto de la TV allá por el mes de octubre, con más de cuatro millones de espectadores y el 25,5% de cuota de pantalla. Y es que el diputado cuenta con una experta que le guía en estas lides y la tiene en casa...

    La influencer Lidia Bedman tiene 34 años, es alicantina ycuenta con casi 6.000 seguidores en  YouTube, mientras que en Instagram supera con holgura los 200.000. Los viajes, la moda, el estilo de vida o las dietas con algunos de sus temas pero también dedica piezas a su vida personal. Bedman, licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas en la universidad San Pablo CEU de Madrid, completó su educación con un Máster en Dirección Comercial y Marketing y un postgrado de Comunicación de Moda y Belleza de las revistas Yo Dona y Telva.

    Lidia y Santiago Abascal se conocieron hace cinco años, por las elecciones autonómicas de 2015, cuando la joven acudió en las listas de Vox a la Asamblea de Madrid. Empezaron una relación que un principio mantuvieron en secreto hasta que decidieron hacerla pública.

    Lidia procura no hablar de política en sus redes sociales y las líneas maestras del ideario de Vox apenas aparecen en los comentarios públicos de Bedman. Tampoco su marido está presente en exceso. Desde que Abascal y su partido tomaron cuerpo como tercera fuerza del Congreso en la pasadas elecciones, le hemos visto en contadas ocasiones en los post de su mujer, aunque sí ha aparecido, besándose.

    Las marcas de moda prefieren a personajes políticamente neutros y aunque Abascal se ha convertido en la novedad política, la publicidad busca imágenes suavizadas, menos  duras, que no polaricen a sus clientes y limiten su potencialidad. 

    Pero sabemos que Santiago hace mucho caso a Lidia y dicen que en el éxito en redes sociales del líder de la ultraderecha tienen que ver los consejos de su mujer. Abascal cuida al extremo sus redes sociales. Sus imágenes están siempre muy cuidadas, transmiten fuerza, aprovecha su buen físico, lo muestra más que otros políticos. Incluso hubo quien habló en su día de "homoerotismo", aludiendo a que Santi Abascal podía ser perfectamente un icono gay, aunque no lo sea por voluntad. 

    Por no hablar de las decenas de piropos que recibe a diario, no sólo por sus ideas y su lucha en la carrera electoral sino también por sus imponentes músculos. En Instagram presume de bíceps y cuádriceps sin reparos.

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    Lidia y Santiago se casaron en 2017 y el evento fue retransmitido por la influencer a través de sus redes sociales. Son padres de Jimena de cinco años y Santi de tres. Para Santiago es su segundo matrimonio. En 2002 se casó por lo civil (a pesar de declararse católico convencido), y de esta primera unión nacieron los dos hijos mayores del presidente de Vox.

    El primer matrimonio de Abascal acabó con un divorcio que no fue amistoso en 2010. A pesar defender los ideales cristianos, Abascal no considera que su divorcio sea una contradicción. Al ser interrogado sobre el asunto, el diputado ultraconservador sostenía que "esos conflictos se los plantean los progres y la Izquierda, no nosotros". Abascal admitía que aunque "todo el mundo desea que su proyecto familiar no se trunque, a veces no se tiene suerte. Sigo siendo defensor de la familia, y si alguien me critica por eso, me importa un bledo". Abascal defiende acabar con el matrimonio gay y el aborto. 

    Carrera fulgurante

    Santiago Abascal es ahora mismo el líder de la tercera fuerza política a nivel nacional y así se refleja en el parlamento, aunque lleva desde los 18 años vinculado a la política de un modo u otro. Se afilió al Partido Popular cuando fue mayor de edad. El interés le viene de familia. Su padre, Santiago Abascal Escuza, fue dirigente del PP en Álava durante más de 35 años. Antes, formó parte de Unión Nacional Española, un partido de derecha tradicionalista, conservadora y carlista y, más tarde, de Alianza Popular. Fue concejal en el Ayuntamiento de Amurrio, miembro de la ejecutiva del Partido Popular en el País Vasco y portavoz de su grupo juntero en las Juntas Generales de Álava.

    Abascal padre estuvo amenazado por ETA y su hijo también asegura que fue blanco de los terroristas, motivo por el que siempre sale a la calle con una pistola Smith & Weeson. Pero no es el único en la familia que ha pasado por el mundo político, pues su abuelo ostentó un cargo de alcalde durante el franquismo, desde el año 1963 hasta 1979.

    Hace 20 años, cuando contaba solo 23 años, el presidente de Vox obtuvo su primer cargo público de la mano del PP, siendo elegido concejal del Ayuntamiento de Llodio, en la provincia de Álava. Ya en el año 2000 fue elegido presidente de Nuevas Generaciones del Partido Popular del País Vasco y ocupó ese cargo durante cinco años. En esa época también fue miembro de la Junta Directiva Nacional del PP y hasta el 2013 perteneció a la ejecutiva del Partido Popular del País Vasco. Pero ese mismo año presentó su baja del partido por diferencias irreconciliables con la cúpula y comenzaría su andadura con su nuevo partido.

    También fue diputado del Parlamento Vasco, después de sustituir en dos ocasiones a dos de sus compañeros que renunciaron al acta, por lo que entró sin ser elegido, al aparecer el siguiente en la lista. Sin embargo, en las siguientes autonómicas no logró escaño. Tras las elecciones de Mariano Rajoy en 2011, el actual líder de Vox volvió a entrar en el Parlamento Vasco, pero el nuevo líder del PP en el País Vasco le vetó la entrada, situación que aclaró más tarde: "me pidieron la renuncia preventiva y previa al acta de diputado que me correspondía en caso de que (Carlos) Urquijo tuviera que renunciar a ella para asumir el cargo de delegado del Gobierno en el País Vasco".

    Esto solo empeoró su malestar con la cúpula del partido y poco después se desligaría de los populares. En su propia página personal, Santiago Abascal asegura que su trayectoria profesional ligada al PP le viene desde su hogar: "me encontré el carné en casa. No tuve opción".

    Su posicionamiento ideológico siempre estuvo muy marcado, lo que hizo que en el año 2006 creara la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), una fundación que "tiene desde su origen la pretensión de recuperar e impulsar desde la sociedad civil el conocimiento y la reivindicación de la Nación Española; su realidad histórica, política, social y cultural; así como fortalecer sus instituciones políticas y jurídicas comunes, y reivindicar sus símbolos y lazos de unión". En el año 2014 abandonó el cargo de presidente de la fundación para dedicarse completamente a su actividad política con Vox.

    El líder político que ha ganado adeptos con su discurso basado en frenar al independentismo, la "inmigración masiva" y la derogación de medidas como el aborto y la ley de violencia de género, cursó estudios de sociología en la exclusiva y elitista Universidad de Deusto y ha realizado colaboraciones y participado con diversos medios de comunicación.

    Una figura importante dentro de la política española que hizo de madrina de la carrera profesional de Santiago Abascal fue Esperanza Aguirre, con la que siempre ha mantenido muy buena relación. En febrero de 2010, Aguirre le nombró director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid, cargo que ocupó hasta diciembre de 2012.

    Cuando se cerró esta empresa pública, Abascal fue recolocado por la expresidenta regional como director gerente de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social, cuya actividad era inexistente y donde solo había un empleado trabajando, además de él. A pesar de esto, el sueldo a percibir por Santiago Abascal rondaba los 83.000 euros brutos anuales, más un complemento de productividad de 11.363,16 de los 183.000 euros que recibían en concepto de subvención pública.

    El sueldo que se le asignó fue exactamente el mismo que había tenido en la Agencia de Protección de Datos, la Comunidad de Madrid acordó la disolución de la fundación en diciembre de 2013, por lo que Santiago Abascal tuvo que abandonar el cargo. Curiosamente, Abascal siempre ha criticado públicamente los nombramientos a dedo.