Mariló Montero y Carlos Herrera, en guerra por la venta de su casa

Carlos Herrera (62) y Mariló Montero (54) rompieron su matrimonio hace ya casi nueve años. Desde entonces, ambos han mantenido una extraordinaria relación, sobre todo por el bien de sus dos hijos, Alberto Herrera (28) y Rocío Crusset (25). Sin embargo, la amistad del locutor y la presentadora podría haber dado paso a una guerra sin cuartel por los asuntos patrimoniales que aún les unen.

El primero y más importante es el chalet a pie de playa que tienen en común en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Herrera está "muy interesado" en vender la vivienda, pero Mariló se niega, según cuenta El Español. La actitud de la navarra está desesperando al andaluz, tal y como explican fuentes cercanas a ambos al mismo medio.

Lea también - Mariló Montero habla del pin antifascista de Pablo Iglesias y las redes se mofan

"Carlos estaba barajando la posibilidad de comprarse una casa para él, pero él ya tiene una, la de Sanlúcar de Barrameda, en la que Mariló hace mucha vida. Él ha intentado negociar, incluso le ha dicho que le compra su parte, pero Mariló no quiere. Está cerrada en banda", desvelan. Montero no quiere desprenderse del que considera su "lugar en el mundo". De hecho, este sitio le sirvió de inspiración para escribir su novela La maestra, publicada recientemente, y allí veranea junto a sus amigas, entre ellas, Toñi Moreno.

No es el único asunto que une a Carlos y a Mariló. De las tres empresas que posee el locutor de la Cadena Cope, en una de ellas aparece junto a su ex mujer. Se trata del Grupo Herrera Crusset Sociedad Limitada, sociedad fundada en 1985 para gestionar sus actividades de radiodifusión. Mariló figura como apoderada desde febrero de 1997.

Además, en las últimas semanas se ha producido un movimiento que podría ser clave en su relación. Y es que Herrera ha fichado por Canal Sur, cadena en la que trabaja Mariló. El locutor presentará un programa de entrevistas en prime time. Habrá que ver si ser compañeros de cadena ayuda a firmar la paz...o no.