Cristina Cifuentes no irá a Supervivientes: las razones de su renuncia
Lola Gambau
Cristina Cifuentes se convirtió en noticia este martes por su supuesta participación en Supervivientes, el reality de Mediaset que contó con Isabel Pantoja en su última edición. La ex presidenta de la Comunidad de Madrid sería una magnífica sucesora de la tonadillera como fichaje estrella del formato, pero fuentes de toda solvencia aseguran a Informalia que la noticia de su contratación "es falsa". Y sabemos por qué.
Todavía faltan 50 días para que se estrene Supervivientes 2020 y las cosas podrían cambiar, pero fuentes muy cercanas a la expresidenta son tajantes: "Es falso al cien por cien".
Es cierto, sin embargo ,que ha sido tentada, pero ella tiene sus razones para no ir, aunque también tenía razones para embarcarse en la aventura que no vivirá. Casi todos los que participan en este programa tienen dos metas: ganar dinero y rehabilitarse ante su público delante de la pantalla.
El ejemplo más notorio es el de Isabel Pantoja y ahora era Cristina Cifuentes la bomba que tenía preparada Vasile y sus secuaces, entendiendo secuaces como genios del entretenimiento. La que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular fue pillada robando, aunque el suyo fue un hurto inocente, pero es verdad que a ambas les viene bien recuperar su imagen. Y su economía.
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Cifuentes cambió su rol político por otro en la empresa de una amiga suya en Francia, aunque nunca se llegó a trasladar al país vecino, sino que realizaba su tarea de manera online, aunque su sueldo no es el que ella quisiera. En Supervivientes lo sabían y le pusieron delante hasta 30.000 eurazos a la semana, más o menos el caché de Mila Ximénez en el último Supervivientes. Se dice que Mila, sin ser la ganadora del concurso, habría acumulado más de 300.000 euros durante su estancia en la isla. No está mal si además le prometen tratarla como a Isabel Pantoja, con cláusulas y favoritismos descomunales.
"No acepta por dignidad"
Cristina "no acepta por dignidad", nos dicen. "Y porque le da vergüenza", nos explican. Si aceptase, se convertiría en la nueva protagonista de Telecinco. Motivos para el sí tendría: además del sueldo de estrella (aunque a años luz de caché brutal de la Pantoja), Cifuentes tendría la oportunidad de contar su historia, de reivindicar su verdad, de convertirse en popular y querida por el público como le ha pasado a la tonadillera desde que protagonizara el reality. La ex política del Partido Popular es republicana, agnóstica, motera, tiene cinco tatuajes y en los años noventa dirigió un colegio mayor femenino. Porque ella lo vale, según opina de sí misma.
Cifuentes traería consigo el interés y el morbo de ver a un juguete roto de la política en un programa de entretenimiento, cosa que rara vez ocurre en España (a diferencia de, por ejemplo, Estados Unidos, donde el propio Trump trabajó en uno, antes de llegar a la Casa Blanca). Hay contadas excepciones, como Olvido Hormigos, exconcejala de Yébenes y después concursante de GH VIP, o Rafa Lomana, el diputado de Vox que pasó por Supervivientes en 2014. Pero el caso de Olvido es distinto: ella llegó a la fama por el famoso vídeo en el que salía masturbándose y que alguien filtró. El vídeo de Cifuentes robando cremas (presuntamente) sería a la política madrileña lo que el del vídeo erótico a la de los Yébenes.
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También se ha especulado con que el fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, haya sido tentado para viajar a Honduras y demostrar su espíritu de superviviente. Pero resulta menos creíble dado que Pablo Iglesias se convertirá en breve en vicepresidente del gobierno de Pedro Sánchez y no nos imaginamos a Monedero asesorándole desde la isla caribeña.
Animal televisivo
No sería la primera vez que Cristina Cifuentes y Mediaset trabajan juntos. Aunque fuentes de Telecinco ni confirman ni desmienten oficialmente el fichaje, lo cierto es que la relación de Cristina Cifuentes con la cadena es buena. Hace apenas unos meses debutó como tertuliana en El programa de Ana Rosa, donde también concedió su primera entrevista tras abandonar la política en mayo de 2018. Después, en septiembre de 2019, cuando llevaba año y medio fuera de la política y pocos días como imputada en la Operación Púnica, fichaba por el programa de Ana Rosa Quintana como colaboradora. La expolítica aparecía también en el programa Sálvame, donde quiso dar una sorpresa a su amiga Carlota Corredera, tras la publicación de su segundo libro, Hablemos de nosotras.
Recordemos que la expresidenta de la Comunidad de Madrid por el PP presentó su renuncia como parlamentaria tras la polémica generada por el master de la Universidad Juan Carlos I y el vídeo publicado en la prensa en la que se la veía tras haber protagonizado un hurto en un supermercado en el año 2011.
Buena esposa, buena madre y amante de los animales
Esta propuesta televisiva le llega a Cristina Cifuentes los 55 años, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Si esta vez no acepta la oferta de Supervivientes, aún le queda tiempo de repensarse la idea y someterse en sucesivas ocasiones al rito de lanzarse desde un helicóptero al mar de Cayos Cochinos (Honduras) y nadar hasta la isla donde se desarrolla el concurso.
A cambio, sería la estrella de uno de los programas más vistos de la televisión española. El abril pasado, cuando Isabel Pantoja se lanzó desde su helicóptero, alcanzó el 36,5% de cuota de pantalla (unos cuatro millones de espectadores). Y paralizó el país. Cuando, en julio, la tonadillera regresó al plató de Madrid, dos semanas antes de que terminase el programa, su presencia aún impresionaba a la audiencia: tuvo un 32% de cuota de pantalla (tres millones y medio de espectadores). En 2019, Supervivientes nunca bajó el 30% de cuota.
Los telespectadores también tendrían ocasión de ver que la expolítica es una buena esposa (está casada con el arquitecto Francisco Javier Aguilar), que adora a sus hijos Cristina y Javier y que le gustan los animales (tiene tres gatos, Catalina, Olimpia y Julio), pero también los toros (suele acudir a Las Ventas). Nos perderemos esas escenas pero al menos nos queda en el recuerdo aquel programa de Bertín Osborne, cuando la expresidenta habló de toda su familia: "Cuando Javier, mi marido, pasó dificultades económicas (por la crisis en la construcción), en algunos medios de comunicación le machacaron. A mi hija la han llegado a investigar en redes sociales, a mi hermano igual. A la familia hay que protegerla de todo eso. Cuando era delegada del Gobierno no te llegas a imaginar las barbaridades que me decían en redes sociales".
Y añadía: "Mi marido (con el que lleva casada tres décadas) se encarga de cocinar, la compra, la intendencia... Yo me ocupo del montaje de las cosas". Así pues, no nos la imaginamos tonteando con un maromo durante los tres meses de supervivencia en el programa. De la misma forma que Pantoja supo estar a la altura de las circunstancias, aunque acabó haciéndose más amiga de Omar, el ex novio de su hija, que la propia Chabelita. Tanto que la tonadillera y su ex yerno han pasado las Navidades juntos en amor y compañía, y lo han hecho en Cantora, la casa de la cantante. Claro que a Omar lo invitó Kiko Rivera precisamente para que no acudiera Isa Pantoja a la celebración.
En Supervivientes, Cifuentes podría haber vivido emociones únicas y lucir sus cinco tatuajes: una letra china en la muñeca derecha que significa "proteger", un tribal en la parte baja de la espalda, una rosa en el hombro y una estrella y un sol en cada uno de los tobillos. Además podría hablar de cine y literatura, sus grandes pasiones, y sacar lo mejor de sí misma.
Ya negó la mayor
Cristina nació en Madrid el 1 de julio de 1964, aunque dice que tiene alma gallega por su padre, que era de Galicia y donde pasaba la mayor parte de sus veranos. Séptima en una familia de ocho hermanos, es hija de un general de artillería coruñés (José Luis Cifuentes) y de una ama de casa orensana (Fuencisla Cuencas). Cifuentes cursó estudios básicos en el Colegio del Sagrado Corazón Rosales de la calle Ferraz, en el madrileño barrio de Argüelles, y se afilió a las Nuevas Generaciones de Alianza Popular en 1980, con dieciséis años. El primer carnet de AP a nombre de Cifuentes se lo firmó Jorge Verstrynge, mano derecha de Fraga por entonces y ahora miembro de Podemos. Sus primeros pasos en la política los dio de la mano de dos jóvenes promesas que años después darían grandes titulares: Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón.
Licenciada en Derecho y funcionaria de la Universidad Complutense de Madrid, Cifuentes se convirtió en 1991 en diputada en la Asamblea de Madrid. Aquella joven que no mostraba recato a la hora de vestir minifalda en el Hemiciclo madrileño tuvo su primer cargo de responsabilidad en 1995. Ese año la designaron directora del colegio mayor universitario Miguel Antonio Caro, cuando apenas había superado la treintena. Poco antes se había sacado la oposición de técnico superior de la Universidad Complutense. Ocupó el cargo de delegada del Gobierno de Madrid entre 2012 y 2015 y entre 2017 y 2018 fue presidenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid. Se declara liberal, republicana y es agnóstica, aunque marca la casilla de la iglesia en la declaración de la renta.
La primera gran controversia de Cristina en Supervivientes habría sido tener que bregar con sus enemigos en la isla cuando le preguntaran por el polémico Máster en Derecho Autonómico por la Universidad Rey Juan Carlos. La expresidenta acreditaba este título en su currículum, pero una investigación llevada a cabo por Eldiario.es sostuvo que había falsificado las calificaciones al contar con dos asignaturas como suspensas. Eran momentos muy tensos y que ponían contra las cuerdas a la expresidenta del Partido Popular de Madrid. Cifuentes negó siempre la mayor y se defendió con uñas y dientes, pero decidiría declinar la utilización de su título. No sirvió de mucho puesto que la jueza Carmen Rodríguez-Medel la acabaría procesando tras su imputación por la falsificación del acta del Trabajo de Fin de Máster. El Ministerio Público solicita para ella 3 años y 3 meses de cárcel.
Poco después encontrábamos a Cristina Cifuentes dando explicaciones a un guardia de seguridad tras robar unas cremas hidratantes en un supermercado de Vallecas, muy cercano a la Asamblea de Madrid, horas antes de que arrancara la campaña para las elecciones autonómicas de 2011. Nuevamente, buscó defenderse del juicio público al que fue sometida: "Han dicho de mí que soy cleptómana y es mentira. Las cremas llegaron a mi bolso porque las meto yo, pero por equivocación. Llevaba la cesta y el bolso y las metí sin querer en el bolso", afirmó en su día Cifuentes en la entrevista con Ana Rosa Quintana.
Verdad o mentira, ambos sucesos motivaron que presentase su dimisión irrevocable como presidenta autonómica madrileña el 25 de abril de 2018. Aunque en su vida política ya había pasado por tragos complicados, como fue el tremendo escrache que sufrió en el año 2012. Las imágenes de Cifuentes rodeada de cientos de personas que la insultaban y gritaban, ocuparon las portadas de numerosos medios de comunicación. Incluso llegó a recibir amenazas de muerte a través de redes sociales.
Tiempo después, la expolítica reconocería que tenía tomada la decisión de dejar la política antes de que estallase el escándalo de las cremas y el máster. Eso sí, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid se iba matando, o al menos intentándolo. Baste ver uno de sus mejores tuits de la época: "No sé por qué yo tengo que ser políticamente correcta todo el rato y sin embargo algunos se dedican a tocarme los cojones sistemáticamente". ¿Alguien se imagina a Cifuentes en un arranque visceral como éste en plena crisis de subsistencia en la isla hondureña?
"Me resigné a morir"
La expolítica sufrió un accidente, en agosto de 2013, cuando viajaba en moto por el centro de Madrid. Estuvo en coma, a punto de fallecer. Ese 20 de agosto de 2013 estuvo a punto de costarle la vida, pues a la delegada del Gobierno se le paró el corazón en dos ocasiones. La primera, en la ambulancia que la llevó al hospital Ramón y Cajal, y la segunda, a los dos días de su ingreso, cuando se encontraba en la UVI. En ambas ocasiones salió adelante gracias a los facultativos que la atendieron en esos momentos críticos y por ello siempre se ha mostrado enormemente agradecida.
El recuerdo más visible de aquellos días fue la cicatriz que le dejó la traqueotomía y que no se quiere quitar. "Me resigné a morir", ha llegado a confesar sobre aquellos momentos. A pesar de lo pronto que retomó las riendas de la seguridad en Madrid, Cifuentes siguió siendo una mujer convaleciente de puertas adentro. Su debilidad física se evidenciaba en situaciones más cotidianas. Por ejemplo, durante un tiempo le produjo pavor el estar cerca de gente acatarrada ante el miedo a contraer una infección. Aún le afecta recordar aquellos momentos y la pesadilla que vivió: "Trece fracturas, una vértebra aplastada, el pulmón derecho machacado y el corazón completamente traumatizado. No podía hablar, ni moverme, ni explicar cómo me encontraba. Sentía cómo pasaban las horas sin distinguir el día de la noche. Fue terrible", ha confesado.
Las secuelas que le han dejado ese tremendo accidente sería otro de los inconvenientes serios en el caso de que decidiera participar en Supervivientes, ya que los concursantes viven situaciones extremas y pierden muchos kilos durante los tres meses que viven en la isla.
Además, a Cifuentes ni le gusta cocinar, ni sabe, ni ha puesto empeño nunca. Odia la cebolla y sus menús preferidos son los huevos rotos con jamón y la hamburguesa Whopper, bastante difícil de conseguir por aquellos lares. Brinda con vino blanco y cerveza y le gusta ir de cañas, otro inconveniente a la hora de adaptarse a un paraje natural. Y si no que le pregunten a Mila Ximénez lo que ha sufrido con tanta naturaleza: se pasaba los días malhumorada y quejándose todo el tiempo.
En cualquier caso, lamentamos que Cristina Cifuentes no vaya a participar en Supervivientes 2020. Hubiera sido el bombazo televisivo del año. La ex presidenta de la Comunidad de Madrid habría recibido la propuesta de Telecinco y de la productora Bulldog TV antes de Navidad. Fue en la sección de crónica social del programa de Ana Rosa donde se dejó caer la posibilidad de su posible participación en Supervivientes, pero finalmente no la veremos.