La recomendación de Jaime Peñafiel a la reina Letizia: "Alteza, abra las piernas"

Protocolos, visitas, besamanos, inauguraciones, viajes. Un sin vivir, un cansancio tremendo al que se le debe hacer frente con una buena sonrisa y algún truco que alivie o disimule el agotamiento. Letizia Ortiz, nuestra reina plebeya, lo debe saber bien.

Cuenta Jaime Peñafiel en su libro, Anécdotas de oro, que Isabel II no quiere que sus súbditos perciban en ella el cansancio tras largas horas de pie. Para evitarlo practica un truco evidente que le contó a una periodista: "Abra ligeramente las piernas, mantenga los pies bien paralelos. Asegúrese de repartir su peso de igual manera sobre cada uno. Es todo lo que hay que hacer". A Peñafiel le gustó la idea y no tardó en recomendársela a nuestra reina Letizia, que a veces parece más cansada de lo recomendable tras las recepciones en el Palacio Real.

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Efectivamente, ese momento debió ser el inicio de una gran amistad que, quizá por otros motivos que no vienen al caso, se fue al traste. Hoy Peñafiel y la reina Letizia no se pueden ni ver.

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Hay más trucos: ¿cómo evitar el dolor cuando llevas todo el día dando la mano a un sinfín de personas? Muy fácil , sólo hay que "mantener la mano flácida y con el pulgar vuelto hacia la palma. Eso disuade al invitado de apretar demasiado". Aunque un poco pringoso, el truco funciona de maravilla y podría engrosar, junto a otros, un útil y esperado tratado práctico al estilo de "cómo ser de la realeza y no morir en el intento".