Isabel II impone una 'boda de tercera' a su nieta Beatriz: a puerta cerrada, barata y lejos de Ascot
Europa Press
La implicación del príncipe Andrés en el Caso Epstein y su posterior entrevista explicando su relación con el fallecido pedófilo ha supuesto una auténtica bomba en el Palacio de Buckingham, que atraviesa una de las mayores crisis de los últimos años. Una polémica dentro de palacio que ya se ha cobrado su primera víctima: Beatriz de York, que ha perdido la posibilidad de vivir la boda de sus sueños.
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Los medios ingleses han puesto el foco sobre la hija mayor de Sarah Fergurson y el duque de York, quien estaría con su padre cuando se gestó la fatídica entrevista que ha hundido su imagen ante la opinión pública y supuesto la destitución de sus obligaciones como miembro de la Casa Real británica. La noticia ha pillado a Beatriz mientras organiza su boda con Eduardo Mapelli, la cual prometía ser uno de los grandes eventos que reuniría a los Windsor ante las miradas del mundo entero durante el año que viene. Finalmente, nada que ver.
La reina Isabel II relegó la boda de Beatriz de York a un tercer plano entre las prioridades del castillo, ocultando todo lo que tiene que ver con el enlace. Según los medios británicos, Beatriz estaba muy afectada y no paraba de llorar desde que la controversia saltó a la palestra pública.
Pero parece que la reina ya ha levantado el veto a la boda de su nieta y Beatriz de York comienza a ver la luz al final del túnel. Eso sí, el enlace no tendrá nada que ver con el que la joven había soñado. Debido a los acontecimientos, no se ha hecho público todavía ni la fecha de la boda ni el lugar pero tal y como ha publicado el Daily Mail, la reina ya le ha permitido a Beatriz que lo comunique una vez pasada la celebración de Año Nuevo, por lo que es muy probable que lo anuncie en la segunda semana de enero.
Desde el mismo medio han asegurado que se celebrará a puerta cerrada y que será una boda íntima, nada que ver con la del príncipe Harry y Meghan Markle o la de su hermana Eugenia. Otra de las condiciones de la reina ha sido que no coincida con la semana de Ascot, siendo las carreras de caballos una de sus grandes pasiones, por lo que la boda tendrá que celebrarse o antes o después de la semana del 16 de junio.