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Rafa Nadal y Mery Perelló blindan su boda con la ayuda del obispo de Mallorca
Silvia Armesto
En realidad, poco va a cambiar en la vida de Rafa Nadal y Mery Perelló dentro de diez días, cuando el gran tenista y su novia de toda la vida sellen su historia de amor con su boda eclesiástica, puesto que llevan juntos 15 años. Lo que quieren es pasar un día maravilloso con sus invitados, para recordarlo siempre, con los hijos y los nietos que vengan... Y sobre todo quieren privacidad: la obsesión de Nadal es tal que se ha aliado con el obispo de Mallorca para poder casarse en un recinto privado. Éste es el plan.
Recordemos cómo se enfadó el campeón cuando la revista Hola dio la primicia de su boda. Su propósito era casarse por la iglesia pero sin el espectáculo mediático de cientos de periodistas, cámaras de televisión del mundo entero y demás parafernalia contaminando un momento tan especial para ellos. En la información del semanario que irritó a Nadal se desvelaba incluso la fecha y el lugar del enlace.
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La exclusiva no gustó al tenista y estalló ante los medios. "No voy a contar nada, ya me ha molestado bastante que saliera en prensa...", contestaba Rafa a las preguntas de los periodistas apostados a las puertas de su domicilio en Manacor en enero de este año. Nadal se mostró muy enfadado con la repercusión de la noticia y dejó clara su intención de no decir absolutamente nada sobre el enlace que les unirá este 19 de octubre: "Nunca informo de nada de esto, no voy a hacerlo ahora", alegó.
El problema es que casarse, por ejemplo, en la catedral de Mallorca u otro templo emblemático habría convertido en una verdadera misión imposible evitar el acoso de la prensa. Y por eso optaron por el plan que ya conocemos: celebrar el matrimonio eclesiástico en la finca Sa Fortalesa, un recinto idílico, que reúne todos los requisitos buscados por los contrayentes, incluido el del blindaje y la seguridad que buscan, pero que no tiene un templo en el que se puedan oficiar una ceremonia eclesiástica sin el permiso del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.
Dicho y hecho. Los novios se dirigieron entonces al prelado y éste accedió al considerar que existían motivos suficientes para concederles el permiso. Además, un sacerdote amigo de ambos será el encargado de oficiar la ceremonia. Se llama Bartomeu Catalá, conocido en la isla por su labor como fundador y presidente de Proyecto Hombre Baleares. La mismísima reina Sofía le bendice con su amistad. El religioso cuenta que se enteró por la prensa de que era uno de los candidatos para casar al deportista y de la hora de la ceremonia. "Tuve que llamarles para saber si era cierto", declara en el Diario de Mallorca. "Solo voy a casar a dos personas que se quieren", dice el sacerdote. Rafa y Mary le han pedido que su enlace sea "sencillo, personal e íntimo".
La diseñadora del vestido de novia de Xisca es Rosa Clará y será "muy de su estilo, romántico, clásico aunque no demasiado, y muy bien trabajado y armado", según el periodista Esteban Mercer. Hablamos por supuesto de un modelo de "Alta Costura y hecho a medida, creado especialmente para ella, siguiendo sus gustos y muy acorde con su discreta aunque elegante personalidad".
Invitados de postín
Probablemente hasta el mismo día 19 de octubre o incluso más tarde no sepamos si entre los asistentes estarán doña Sofía y don Juan Carlos, o al menos el Emérito solo, amigo personal del tenista. Invitados están, desde luego. La lista de famosos que serán testigos del enlace puede ser interminable: desde Roger Federer, amigo de Nadal, hasta Carlos Moyá, entrenador del tenista, y su mujer Carolina Cerezuela, hasta los socios de Rafa en sus negocios: Enrique Iglesias, Pau Gasol, los Matutes o Rudy Fernández y Helen Lindes, que por cierto se casaron en el mimso lugar que Xisca y Rafa.
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