Pruebas

A prueba el DS 4 Blue HDI 180 CV: el niño mimado de PSA


    Jorge Arenas

    A veces está bien salirse del camino marcado. ¿Y qué mejor que hacerlo a bordo de un compacto como el DS 4 con el motor HDI más potente, que elimina de un plumazo las etiquetas generalistas y se viste con un llamativo traje de diseño?

    Para quien todavía ande perdido con la marca DS, aquí van unos datos para entrar en situación. Si bien hace unos años, cuando nació, era algo así como una división de lujo dentro de Citroën, ahora ya es una firma independiente que, junto a Peugeot y Citroën, compone la triada del grupo PSA. ¿Y a qué debe su denominación? Nada menos que al Citroën DS (el conocido Tiburón), que allá por los años 60 se convirtió en un auténtico ejemplo de lujo, vanguardia y modernidad aplicados al automovilismo. Exactamente los mismos valores que hoy el consorcio francés quiere transmitir con su gama DS.

    Pues bien, en este contexto surge el DS 4 como el vehículo compacto de la familia. Se sitúa en el punto medio por tamaño y, para más señas, se trata de un Citroën C4 vestido con otro traje, tanto por dentro como por fuera. La vista exterior es bastante más agradable que la del modelo del que deriva. Por decirlo de alguna manera, es menos generalista y más premium. El diseño de su carrocería, de los grupos ópticos, de las llantas e incluso los colores en los que puede ir pintado son mucho más llamativos. Es otro coche por fuera, nada que ver con el C4.

    Interior propio

    También en el interior se respira un ambiente distinto, ya que las tapicerías y recubrimientos, los asientos, la instrumentación, la botonera, la consola... En fin, casi todo, tiene una mejor presentación que en el 'hermano pobre' de la firma de los chevrones. Pero ojo, que no todo es tan bonito como pudiera parecer. Con tanto esfuerzo por lograr una puesta en escena diferenciadora, parece que a los diseñadores se les ha escapado un apartado importante: el de la versatilidad en las plazas traseras. Pase que sus cotas de habitabilidad no sean las mejores -herencia del Citroën C4-, pero, ¿cómo se explica que sus cristales traseros sean fijos? Las ventanillas posteriores se deben poder bajar, mucho o poco, pero algo. Aunque sólo sea por una cuestión de desahogo.

    Además, el acceso a esta fila de asientos desde el exterior es complicado porque hay poco espacio disponible. Así que tirón de orejas a DS en este apartado, ya que entendemos que nada, ni siquiera el diseño, debe comprometer un punto tan básico como este. El maletero, eso sí, está se sitúa en la media del segmento con unos correctos 370 litros.

    Un motor muy enérgico

    Lo que sí ha resultado muy convincente es su motor. De todas las opciones disponibles en la gama el diésel BlueHDI de 180 CV de nuestra unidad de pruebas es el segundo más potente -sólo superado por el gasolina THP de 210 CV- y también el más caro. Se trata de un dos litros de generosa potencia y par (400 Nm), que va siempre asociado al cambio automático EAT6. Quizá no sea el motor más suave en términos de sonoridad y vibraciones, sobre todo en parado, pero lo cierto es que ofrece unas prestaciones bastante buenas. Su capacidad de aceleración es sobresaliente y se lleva muy bien con el convertidor de par de seis velocidades que, si bien no es el más rápido del mercado, sí es capaz de hacer las transiciones entre marchas de forma ágil y, sobre todo, permite aprovechar al máximo las posibilidades del motor.

    Como decimos, un motor muy solvente y adecuado para quien busque desahogo en sus desplazamientos. Con los 180 CV de este Blue HDI las maniobras de adelantamiento se hacen con rapidez y siempre existe una reserva de potencia bajo el pie derecho para cuando se pueda necesitar. Además, los consumos en una conducción normal son contenidos (por debajo de 6 l/100 km). Una opción bastante agradable y con un punto de rabia, enfocada a aquellos conductores que no buscan un simple diésel para hacer cruceros a velocidad sostenida, sin más.

    Los dos únicos peros que se le puede poner son su precio -el DS 4 con este motor se acerca peligrosamente a los 30.000 euros o incluso los rebasa en el acabado más alto- y el hecho de que sólo se puede asociar al cambio automático. En cualquier caso, la gama es amplia, y quien no demande ese nivel de prestaciones siempre puede decantarse por los BlueHDI de 100, 120 o 150 CV, mientras en gasolina las opciones son el tricilíndrico PureTech de 130 CV y los THP de 165 y 210 CV. Todos ellos, a excepción del THP 165, pueden llevar cambio manual, bien como única opción o bien como alternativa a la caja EAT6.

    Conclusión

    Con el acabado Sport, el DS 4 BlueHDI de 180 CV es un coche muy completo en cuanto equipamiento. Casi todos los dispositivos que se le pueden pedir a un compacto en materia de seguridad y confort forman parte de la dotación de serie, y apenas la tapicería de cuero y un par de detalles más quedan relegados al catálogo de opciones.

    Esto, unido al aura de exclusividad que se supone envuelve a un DS, justifican en cierta medida los 31.780 euros que cuesta esta unidad. Lo cierto es que el coche está bien presentado, ofrece buenas prestaciones, un comportamiento dinámico bastante firme y aplomado -algo más duro de suspensión de lo esperado, en parte por el tarado de serie y en parte por las llantas de 19 pulgadas opcionales de nuestra unidad de pruebas- y, para colmo, anda bien y gasta poco.

    Pero si analizamos más en profundidad encontramos algunos detalles que parecen mejorables. El primero, que existe una brecha de precio importante entre un Citroën C4 y un DS 4, más amplia que la diferencia de calidad que pueda haber entre ambos. Un DS 4 no es mucho mejor en sus materiales y su fabricación como pueda parecer a simple vista y sin embargo la factura final dice lo contrario; el segundo es que, a pesar de que la puesta en escena es llamativa, en realidad el interior ya se empieza a ver algo desfasado frente a la competencia actual: la pantalla de la consola es pequeña, la interfaz del sistema de entretenimiento es menos intuitiva y fácil de manejar de lo que uno espera; lo tercero ya lo hemos comentado y tiene que ver con la zona trasera del habitáculo, donde hay más diseño que funcionalidad.

    Dicho esto, ¿merece la pena? Para quien sea un enamorado del grupo PSA y quiera llevarse a casa un coche diferente, sí. El usuario que quiera sacarle el mayor partido a su dinero, probablemente haga una compra mejor llevándose a casa un modelo más generalista y menos premium de cualquiera de las otras dos marcas del grupo.

    Lo más destacable

    -Imagen diferenciadora

    -Prestaciones

    -Equipamiento

    Lo mejorable

    -Menos lujo y vanguardia lo que promete la marca

    -Habitabilidad y maletero sólo correctos

    -Precio algo elevado

    FICHA TÉCNICA

    -Motor: diésel, 4 cil, 1.997 cc

    -Potencia: 180 CV a 3.750 rpm

    -Par motor: 400 Nm a 2000 rpm

    -Consumo mixto oficial: 4,4 l/100 km

    -Transmisión: automática, 6 vel.

    -Maletero: 370 litros

    -Velocidad máxima: 205 km/h

    -Aceleración 0-100 km/h: 8,6 seg

    -Precio: 31.780 euros




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