Land Rover Discovery Sport TD4 180: entrar a la marca por todo lo alto
Jorge Arenas
Disfrutar de todo un Land Rover sin recurrir a precios prohibitivos es posible con el Discovery Sport siempre que no se recurra a combinaciones de motor/tracción/acabado muy pretenciosas. Sin duda, este es un modelo necesario para redondear la gama de la marca.
Todas las firmas, incluidas las más premium, necesitan un modelo de acceso capaz de hacer grandes volúmenes de ventas. Land Rover tenía hasta hace poco el Freelander, un coche a mitad de camino entre SUV y todoterreno, de estética desenfadada y con un precio suficientemente asequible como para abrir el abanico de clientes potenciales.
Pero el Freelander, tras varias generaciones vendidas a lo largo de 14 años, pasó a mejor vida hace poco tiempo. La estrategia de Land Rover en este escalón de acceso se diversificó entonces en dos modelos: primero llegó el Range Rover Evoque, un SUV compacto dotado de un cierto aire elitista, que supo aprovechar el tirón de este prolífico segmento gracias a un diseño muy acertado; después salió a la palestra el Land Rover Discovery Sport, de precio similar, pero con un enfoque mucho más práctico. Este modelo se aleja de la idea de coche capricho para ofrecer una habitabilidad y una practicidad superiores, pero sin dejar de lado ese aire de marca inconfundible. Comparados con el extinto Freelander, cualquiera de los dos supone un salto evolutivo importante. La puesta en escena, la tecnología, los acabados... se mire por donde se mire, estos dos Land Rover se han convertido en un gran punto de partida para la marca.
Hoy nos ponemos a los mandos del Discovery Sport en su versión diésel TD4 de 180 CV, con cambio automático de 9 velocidades y acabado Luxury. Lo primero que debemos decir es que, a pesar de su nombre, este coche nada tiene que ver con el Discovery 'a secas'. Un modelo que sigue a la venta y que se posiciona por encima, tanto en precio como en aptitudes off road. En realidad no sabemos por qué el nuevo se llama igual con el añadido 'Sport', de hecho, pensamos que induce a error. Pero como siempre, el marketing impone su ley y suponemos que será una decisión bien meditada por parte de la marca.
Una presentación a la altura de las circunstancias
Tras comprobar que la presentación interior es muy buena, con un diseño moderno y funcional además de una sensación de calidad percibida elevada, comprobamos también que el espacio en ambas filas de asientos es sobresaliente. Este es, quizá, el punto a tener más en cuenta, ya tanto el conductor como los pasajeros disfrutan de unas cotas de altura y anchura más desahogadas que en la mayoría de rivales. Además, el Discovery Sport puede tener hasta siete plazas si se elige la tercera fila de asientos opcional que, a pesar de encarecer el producto final en 1.350 euros y no ser precisamente cómoda ni apta para adultos, sí puede llegar a salvar más de una situación, sobre todo cuando se viaja con niños.
En cuanto al maletero, los 454 litros que ofrece de volumen mínimo con dos filas de asientos en uso, no son como para tirar cohetes ya que incluso un Nissan Qashqai se queda cerca de esa cifra. Pero siempre queda la opción de jugar con la regulación longitudinal de los asientos traseros (opcional), que permite ganarle espacio a la zona de carga hasta llegar a los 541 litros, lo que ya sí empieza a ser una capacidad respetable.
Cualquiera diría que hay más caballos bajo el capó
En cualquier caso, lo que más nos ha llamado la atención de este Discovery Sport, diseño y versatilidad al margen, es su motor TD4. Parece mentira que este diésel de 2 litros y 180 CV se capaz de mover con tanta solvencia a un coche que pesa en torno a 1.800 kilogramos y tiene la aerodinámica propia de un SUV, que no es precisamente la mejor.
Gracias al cambio automático de 9 velocidades y a un par de 430 Nm disponible desde bajas vueltas, este propulsor da la sensación de ser más potente de lo que es. Y además es silencioso o, al menos, entra poco ruido mecánico al habitáculo. Sólo podemos decir que nos ha dejado muy buen sabor de boca y que, de no ser porque el consumo real se aleja de esos 5,3 litros a los cien que anuncia la marca, le daríamos un sobresaliente. Lo dejaremos en un notable alto, que no es poco.
Si hablamos de comportamiento dinámico, en carretera este coche se mueve como uno espera, incluso con algo más de firmeza gracias a un tarado de suspensión que contiene bien los balanceos. Buena dinámica la que ofrece también en campo, que es el punto fuerte de cualquier Land Rover. Este modelo no llega a ser un todoterreno con mayúsculas, pero sí cuenta con tracción integral y otros elementos como el control de descensos o el selector de modos de conducción (normal, deslizante y otros dos para entornos off road), que le permiten salir airosos de ciertas situaciones medianamente complicadas. El Discovery Sport no es un simple SUV con aspecto de todoterreno y poco más, como son la inmensa mayoría. Aquí hay poco postureo y mucho bagaje de marca, lo que se traduce en una mayor solvencia en todo tipo de terrenos. No diremos que se mueva igual de bien que un Range Rover o que un Discovery normal en entornos complicados, pero sí que hace sus pintos muy dignamente.
El nivel de equipamiento eleva las pretensiones
Sí, porque a pesar de que definíamos unas líneas antes a este coche como el acceso a la gama Land Rover, si nos decantamos por el acabado Luxury la cosa puede acabar rompiéndole los esquemas a más de uno. La culpa la tienen los 59.350 euros (60.720 euros con 7 asientos) que se asocian a unas terminaciones exquisitas y a un nivel tecnológico elevado aunque que no sobresaliente ya que muchos elementos quedan reservados al catálogo de opciones.
El punto de partida está en el motor diésel con tracción 4x2 y acabado básico, que cuesta 35.200 euros. Un precio que sí es coherente con la idea de apertura de gama en la marca, pero claro, entre esto y el tope de equipamiento de la unidad que hemos probado hay un mundo. Un mundo que duplica la factura final y que hará que más de uno se lo piense. Porque otra cosa no habrá, pero oferta dentro de este segmento, hay para dar y tomar.
Lo más destacable
- Prestaciones del motor TD4
- Comportamiento dinámico refinado
- Aptitudes off road
Lo mejorable
- Precio final
- Maletero sólo correcto
- Dotación de serie mejorable en acabado Luxury
Ficha técnica
Motor: diésel 4 cilindros, 1.999 cc
Potencia: 180 CV a 4.000 rpm
Par motor: 430 Nm a 1.750 rpm
Consumo mixto oficial: 5,3 l/100 km
Transmisión: automática, 9 velocidades
Dimensiones: 4,589 m / 2,069 m / 1,724 m
Maletero: 454 litros