Peugeot 308 GTi: el zarpazo del león
Jorge Arenas
El GTi compacto de Peugeot planta cara a sus competidores con un motor turbo de 250 CV y una dinámica ejemplar. Que nadie piense que los generalistas no saben hilar fino cuando de deportivos se trata. A las pruebas nos remitimos.
El Peugeot 308 GTi es un vehículo compacto (4,25 metros de longitud) con carrocería de cinco puertas y aspiraciones deportivas. No en vano, juega en la liga de los modelos del segmento C con una potencia superior a los 220 CV. Esta cifra, que es la de un VW Golf GTi, queda ampliamente superada por el Peugeot, que además cuenta con un precio de salida más atractivo.
Este GTi de Peugeot no es un coche para cualquiera. En realidad podría serlo, porque no deja de ser utilizable en el día a día: es amplio, tiene buen maletero y su amortiguación no es nada radical. Sin embargo, sólo sabrán apreciar sus excelencias los clientes que disfruten de una conducción bastante deportiva. Y es que este modelo no es un simple 308 con maquillaje. Nada más lejos de la realidad. El equipo de ingenieros de la división Sport de Peugeot ha puesto al servicio de la marca todos sus conocimientos para lograr un producto realmente bien hecho, capaz de ponerle los pelos de punta a quien busque sensaciones fuertes.
¿Da la talla el GTi de acceso?
De las dos versiones que hay, hoy probamos la de acceso. Tiene un motor menos potente y su planteamiento es algo menos agresivo, pero a cambio ofrece un precio de salida más contenido. Sin duda resulta interesante por ello. Bajo el capó esconde el motor THP de 1,6 litros, sobrealimentado con un turbocompresor y capaz de rendir 250 CV. Si se compara con la variante más potente (270 CV) pierde 20 caballos, pero calca las cifras de par (330 Nm) y consumo (6 l/100 km). Ni si quiera las prestaciones puras se ven muy afectadas, como demuestra el 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, que apenas es 2 décimas de segundo más lento que en el 308 GTi más potente.
Con esto queremos decir que, todo aquel que no busque marcar la vuelta rápida en circuito, tendrá más que suficiente con este motor de 250 CV. Eso sí, la versión de acceso, que cuesta 2.500 euros menos, renuncia a ciertos elementos como las llantas de 19 pulgadas, los asientos deportivos tipo bacquet o el diferencial autoblocante mecánico Torsen que mejora la motricidad en diversas situaciones. Esto quizá sí pueda resultar definitivo para ese tipo de usuario que busca no sólo que su coche sea deportivo sino que además lo parezca. Cada uno deberá valorar la situación y hacer uso de su propia balanza de pros y contras en base a su lista de prioridades. Nosotros tenemos claro que el 308 GTi 250 que acabamos de probar es un coche suficientemente rápido y pasional para disfrutar a sus mandos como un enano, pero no podemos obviar que el 308 GTi 270 (que también hemos tenido ocasión de probar a fondo) ofrece una puesta en escena más auténtica y una eficacia en conducción de ataque ligeramente superior, sobre todo por el autoblocante.
Solo con cambio manual
Por cierto, los amantes del cambio automático deben saber que ni uno ni otro puede llevarlo. Todos los 308 GTi son manuales. Se trata de una caja de seis velocidades que, si bien gusta por sus acertados desarrollos que permiten exprimir al máximo las prestaciones del motor, no acaba de gustar del todo por su tacto, que es menos preciso y agradable que el de algunos rivales del segmento.
En el apartado de chasis sólo podemos alabar, una vez más, el trabajo de Peugeot Sport, que ha vuelto a dar en el clavo con una puesta a punto perfectamente equilibrada entre deportividad y confort. El GTi cuenta con una dirección más rápida e informativa, unos ejes más anchos y con ajustes específicos en la suspensión, un equipo de frenos sobredimensionado y un control de estabilidad más permisivo y totalmente desconectable. El resultado es un comportamiento dinámico ejemplar, con maneras similares a las de otros modelos de Peugeot Sport (208 GTi o RCZ R), que permite ir muy rápido con total efectividad y sin sobresaltos de ningún tipo. Sinceramente, en este apartado creemos que es uno de los compactos deportivos mejor hechos del momento. Quizá su presentación, sus acabados, su ergonomía y algún que otro detalle no esté al mismo nivel de otros modelos similares de aspiraciones más premium, pero lo que sí tenemos claro es que sobre el asfalto se mueve igual de bien o mejor que ellos.
Todo cambia en el modo deportivo
Antes de dar carpetazo a esta prueba queremos hablar de las funciones más destacadas del coche. Es el botón que activa el modo deportivo y que, de alguna manera, saca a relucir al Mr. Hyde que se esconde tras el Dr. Jekyll. Al pulsarlo la instrumentación se ilumina en color rojo, el sonido del motor se vuelve más agresivo, la pantalla de los relojes muestra información sobre la potencia, el par y la presión del turbo, y la respuesta del acelerador se hace instantánea a las solicitudes del pie derecho. Tenemos que decir que, en líneas generales, aporta un toque picante a la conducción que no está nada mal. Sin embargo, a nuestro juicio tiene un par de pegas: la primera es que la respuesta del gas es muy 'todo o nada', es decir, si se pisa un milímetro de más entra toda la potencia de golpe, de un modo quizá inesperado.
Esto puede estar bien en un tramo de montaña o en circuito cuando se rueda con el cuchillo entre los dientes, pero nada más. En cualquier otra situación es mucho mejor ir con el modo normal, incluso en conducción alegre; lo segundo que no acaba de convencer es ese sonido que entra por los altavoces y que nos quiere hacer creer que bajo el capó se esconde un motor más gordo que el que llevamos en realidad. No es que no guste esta solución, que ya la hemos visto en muchos otros modelos y puede llegar a resultar convincente, pero de alguna manera el sonido mecánico que se percibe en el habitáculo, si bien es más agresivo, resulta demasiado artificial. Una vuelta más de tuerca en este sentido no hubiera estado de más para lograr un resultado redondo.
Lo más destacable
- Prestaciones
- Comportamiento
- Precio
Lo mejorable
- Tacto del cambio
- Respuesta en modo Sport
- Postura al volante no apta para todos los conductores
Ficha técnica
Motor: gasolina, turbo, 4 cilindros, 1.598 cc
Potencia: 250 CV a 6.000 rpm
Par motor: 330 Nm a 1.900 rpm
Consumo mixto oficial: 6,0 l/100 km
Transmisión: manual, 6 velocidades
Dimensiones: 4,253 m / 1,804 m / 1,446 m
Maletero: 398 litros
Velocidad máxima: 250 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 6,2 s
Precio: 29.900 euros