Pruebas

Mini Clubman Cooper S: olvida todo lo demás, este es el Mini realmente espacioso

    Mini Clubman 2016

    Jorge Arenas

    Más refinado y amplio que ningún otro Mini, el nuevo Clubman se plantea como una alternativa real para quien busque espacio y practicidad en un compacto. La versión Cooper S con motor de gasolina de 192 CV y cambio manual tiene buenas maneras.

    El nuevo Mini Clubman ya está en el mercado y lo hemos probado fondo en su versión Cooper S, con motor turbo de gasolina y cambio manual. Es un modelo completamente nuevo, no se trata de un simple lavado de cara del anterior Clubman y, si bien conserva las cualidades propias de esta variante, las lleva varios pasos más allá.

    Lo primero es lo primero. Toca presentarse. ¿De dónde viene y dónde se encuadra este Mini? A diferencia de otras generaciones, el nuevo Clubman toma una plataforma diferente, en este caso la del recién llegado Serie 2 Active Tourer. Como la idea era lograr el máximo aprovechamiento del espacio en una carrocería medianamente capaz, la estructura del monovolumen se planteaba perfecta para esta tarea. El resultado es un coche que se encuadra en el segmento C (compacto), con 4,25 metros de longitud, 2,67 metros de batalla (distancia entre ejes) y un maletero de 360 litros. Además tiene seis puertas (sí, seis) y su interior está pensado para dar cabida a cinco ocupantes.

    Redefiniendo la filosofía de marca

    Evidentemente, poco tiene de Mini. Pero, si lo pensamos bien, ¿cuántos versiones de la gama son realmente 'Mini'? Pocas, muy pocas. Salvando el modelo original de tres puertas y su variante descapotable, todas las demás son una especie derivados que, aunque buscan el éxito comercial, en realidad no esconden rastro alguno de la filosofía que Alec Issigonis dejó impresa en sus primeros dibujos de 1959.

    Pero el nuevo Clubman tiene mucho que decir dentro de esa categoría de compactos premium en la que se mueve. Y es que si analizamos su apartado clave, la habitabilidad, es capaz de dejar en evidencia a rivales como el Audi A3 Sportback o el Mercedes-Benz Clase A. La altura libre al techo permite que personas de 1,80 metros o más viajen sin problemas, y tanto la anchura para los hombros como el espacio longitudinal para las piernas en todas las plazas son más que correctos. También sorprende su maletero con doble puerta que, además de abrirse pulsando un botón independiente en cada tirador, es muy aprovechable por sus formas y ofrece el mayor volumen de toda la gama Mini. Hablamos de 360 litros, que es la misma capacidad que tiene un BMW Serie 1 y muy cercana a la de un Volkswagen Golf.

    Podemos decir entonces que el Clubman es un vehículo de cómodo acceso gracias a sus cuatro puertas laterales, amplio y fácil de cargar. Esto deja bien claro que su cliente potencial es alguien interesado en la estética del Mini pero que de verdad necesita un coche capaz, sin las medias tintas de otros modelos de la gama. Eso sí, hay que tener las cosas claras, porque su precio no es del todo bajo. A igualdad de condiciones, es sensiblemente más caro que un Mini 5p aunque, todo sea dicho, no supera la factura de los competidores alemanes que hemos citado unas líneas antes.

    El exceso de peso es un peaje que hay que pagar

    Otro de los elementos destacables en esta unidad de pruebas es su motor. La versión Cooper S esconde bajo el capó un cuatro cilindros de 2,0 litros de cilindrada y 192 CV, que logra gracias a la sobrealimentación de un turbocompresor. De este propulsor nos quedamos con su refinamiento (la invasión de motores de 3 cilindros lo convierte ya en un rara avis) y su capacidad de empuje a bajas vueltas. También gusta mucho el tacto de su cambio manual de seis velocidades, de tacto firme y preciso, que viene de serie con una función que simula el doble embrague en las reducciones. Esto aporta un puntito racing a la conducción e incrementa el confort porque iguala las revoluciones del motor al engranar marchas, evitando así molestos tirones.

    De todas formas, quizá sea porque su peso es más elevado, pero el caso es que este Clubman no es especialmente agresivo si hablamos de prestaciones. Son casi 200 CV turbo para un compacto y las sensaciones que llegan a las manos son algo descafeinadas. Conocemos este motor en otros Mini donde, sin duda, transmite mayor deportividad. Por eso llama la atención tanta suavidad y silencio de marcha. Dado que lleva el apellido Cooper S impreso en la parte trasera, no estaría de más un poco más de garra en su respuesta.

    Por lo demás sólo podemos decir que es un coche muy correcto en todo, con un diseño exterior que no pasa inadvertido y un interior tan expresivo como bien resuelto, que además ofrece un tacto de conducción aplomado y certero (aunque mucho menos ratonero y ágil que el de un Mini pequeño). ¿Su precio? 29.900 euros. Una cifra que, como decíamos, no es baja, pero sí acorde a las circunstancias. Quien esté interesado en el cambio automático, puede incorporar el de 8 velocidades por 2.100 euros extra. Entre sus virtudes figura una reducción del consumo medio de casi 0,5 l/100 km.

    Lo más destacable

    - Espacio

    - Confort de marcha

    - Diseño y equipamiento

    Lo mejorable

    - Prestaciones poco deportivas

    - Se echa de menos la agilidad propia de un Mini

    - Consumo real elevado

    Ficha técnica

    Motor: gasolina, 4 cilindros, 1.998 cc

    Potencia: 192 CV a 5.000 rpm

    Par motor: 280 Nm a 1.250 rpm

    Consumo mixto oficial: 6,2 l/100 km

    Transmisión: manual, 6 velocidades

    Dimensiones: 4,253 m / 1,800 m / 1,441 m

    Maletero: 360 litros

    Velocidad máxima: 228 km/h

    Aceleración 0-100 km/h: 7,2 segundos

    Precio: 29.900 euros




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