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Peugeot Django 125 Evasión: un scooter retro muy pintón


    Jorge Arenas

    Peugeot apuesta por la movilidad urbana con su scooter Django, que combina diseño y practicidad a partes iguales. Lo hemos conducido y aquí te contamos lo que nos ha gustado -y lo que no- de este atrevido francés.

    El Peugeot Django es uno de esos scooter urbanos de pequeña cilindrada que apuesta por una estética diferenciadora. Sí, ya sabemos que lo retro está de moda y que este modelo precisamente recoge la herencia de diseño de los Peugeot S55 y S57 de mediados del siglo pasado, pero de alguna manera sus formas son distintas a todo lo que estamos acostumbrados a ver por las calles. Este scooter llama la atención y gira cabezas a su paso como pocos, así que es un modelo perfecto para todos aquellos usuarios que no quieren pasar desapercibidos.

    Personalidad marcada

    De todos los acabados posibles (universos los llaman en la marca), el Evasión es uno de los más pintones. Se diferencia de los demás por su pintura bicolor sobre fondo crema, sus neumáticos con el flanco pintado en blanco, su cúpula cortavientos y su portaequipajes delantero. Todos estos elementos aumentan la practicidad y dan un toque más vintage, si cabe, al scooter francés. Con este acabado también forma parte de la dotación de serie el sistema de frenada integral, que mejora la seguridad a bordo.

    El Peugeot Django 125 está pesado para moverse por la ciudad de forma ágil. Su pequeño motor monocilíndrico de 125 cc proporciona una capacidad de aceleración suficiente para moverse solo o con acompañante, con un consumo de combustible contenido. No podemos decir que vaya sobrado en este apartado, ya que algunos modelos equiparables tienen más nervio, sobre todo en la arrancada, pero sí tenemos claro que quien no busque hacer la vuelta rápida en sus desplazamientos diarios puede quedar satisfecho. Al fin y al cabo podríamos decir que sus prestaciones están en la media de lo que suele ofrecer este tipo de motores. Mientras tanto, en todo lo que tiene que ver con la parte ciclo, el Django es muy correcto en líneas generales. El comportamiento dinámico en términos de estabilidad, tacto de amortiguación, frenada y demás, admite pocos peros.

    En el apartado práctico destaca el hueco bajo el asiento, con capacidad para un casco no excesivamente grande o la doble guantera situada en la parte frontal (una esconde la boca de llenado del depósito de carburante; la otra sirve para guardar objetos y tiene una toma de corriente para cargar el teléfono móvil). La versatilidad aumenta con el suelo plano, el gancho para colgar bolsas y el asiento dividido en dos partes, en las que conductor y acompañante viajan con holgura.

    Elementos que pueden mejorar

    Como decíamos, un poco más de rabia en su motor de 125 no estaría de más, de cara a mejorar la agilidad en determinadas maniobras. Tampoco estaría de más un freno de estacionamiento -de serie en algunos rivales- y unas estriberas traseras más fáciles de accionar.

    Por último, los 3.199 euros que cuesta nos parecen un tanto excesivos. Entendemos que quiera posicionarse como un modelo de capricho, pero en realidad, sus componentes no dejan de tener una calidad muy similar a la de ciertos competidores mucho más baratos. De hecho, probablemente este sea uno de sus principales argumentos en contra.

    En cualquier caso, el Peugeot Django 125 Evasión es un scooter divertido y de aire desenfadado que permite ratonear por la urbe de forma desahogada. Por cierto, si a alguien se le pudiera quedar corto, acaba de llegar una nueva versión de 150 cc a la gama, que quizá pueda resultar más interesante por su potencia extra.




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