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OX: el camión 'desmontable' que se fabrica en casa
Ecomotor.es
Gordon Murray es un diseñador de automóviles que se ha ganado un gran prestigio gracias a creaciones como el McLaren F1 y el modelo urbano T.27; sin embargo, ahora su apuesta es aún más ingeniosa y revolucionaria: un camión que se entrega al cliente desmontado y en varias cajas.
En colaboración con Global Vehicle Trust, que es la empresa que lo fabrica, Gordon propone una nueva fórmula de comercialización de vehículos a fin de abaratar gastos. Se trata de enviar el camión en cajas y desmontado a fin de que sea considerado una 'carga de piezas' y no un vehículo como tal, con lo que se logra sortear el pago de aranceles y de impuestos que se le aplica a la importación de estos en casi todo el mundo. Además, así se consigue eliminar los costes asociados al montaje del vehículo.
El objetivo primordial que se han marcado sus creadores es que países de África o Asia -principalmente- que están en fase de desarrollo puedan acceder a un vehículo con motor, un lujo que tan solo está al alcance del 20% de la población mundial. Según aseguran, ningún fabricante tiene intención de hacer llegar ningún tipo de vehículo asequible para lugares donde el poder adquisitivo es muy limitado, algo que pretenden combatir de forma desinteresada con la inversión -solo en diseño- de entre tres y cuatro millones de dólares que han realizado.
El cliente, por ende, será quien monte este pequeño camión, una tarea que puede llevarse a cabo en tan solo 12 horas entre tres personas y sin que ninguna de ellas esté especializada en el montaje de automóviles, según los fabricantes. Asimismo, cuentan que el camión montará un motor diésel 2.2 litros de Ford que le dota de la fuerza necesaria para transportar hasta dos toneladas de carga -tiene capacidad para llevar a 13 personas- y recorrer 1.000 kilómetros con una carga de combustible.
En cuanto al interior, llama la atención que el asiento del conductor está ubicado en el medio de las tres plazas con las que cuenta, al igual que sucede en el McLaren F1. Una similitud que, paradójicamente, choca con los fines con lo que nació cada uno de ellos: el McLaren, la exclusividad orientada hacia las mayores fortunas; OX, satisfacer a las economías más débiles.
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