Compra de coches: las marcas con una fábrica en la zona arrasan en el mercado
Juan Ferrari
Se conoce como "finanzas conductuales" y estudia la relación que existe entre nuestra psique y cualquier decisión económica, como una inversión o una compra. Lejos de una decisión meditada y sesuda, la adquisición de un coche, el segundo bien más importante en términos económicos tras la vivienda, se mueve mucho por los instintos. Y entre ellos, la cercanía de una fábrica incide claramente en la decisión.
Con los datos en la mano, es una evidencia abrumadora que en las regiones españolas donde hay instalada una planta de producción de vehículos, la marca arrasa en los ranking de ventas.
País atípico
España es un caso atípico, pues aunque no tiene una sola marca automovilística de capital propio –Seat pertenece al grupo alemán Volkwagen–, es la novena potencia mundial en fabricación de vehículos (en 2018 ha perdido una posición en favor de Brasil) y la segunda europea tras Alemania, aunque la primera en vehículos comerciales e industriales. De los 95 millones de vehículos que se fabricaron el pasado año en todo el mundo, 2,81 millones se montaron en España.
Nueve fabricantes mundiales tienen repartidas por la geografía española 17 plantas, aunque no todas ellas de montaje de vehículos. En Galicia (Vigo) el grupo PSA tiene una fábrica donde se producen modelos de Peugeot, Citroën y Opel, en Castilla y León Renault cuenta con dos, en Valladolid y Palencia, Iveco otra en Valladolid y Nissan una Ávila que se ha quedado como un centro logístico.
En Navarra, Volkswagen cuenta en Landaben con una fábrica; el grupo PSA una segunda en Aragón, originariamente Opel, en la Comunidad Valenciana, en Almusaffes (Valencia), Ford tiene otra planta y en Cataluña, Seat cuenta con instalaciones en Barcelona, al igual que Nissan.
Madrid y País Vasco son especiales, pues se centran en vehículos industriales y comerciales; camiones de Iveco en Madrid y furgonetas de Mercedes en Vitoria, aunque en Madrid hay una tercera planta del grupo PSA, la más pequeña de las españolas, aunque monta un modelo tan emblemático como el Cactus de Citroën.
Luego hay algunas plantas que no hacen coches, como en Cantabria donde hay instalaciones de Mercedes y de Nissan y en Sevilla, una fábrica de motores y cajas de cambio del grupo Renault.
Turismos
Al analizar los datos de ventas por regiones, tanto de turismos de primera mano como los de segunda del pasado 2018, la relación es innegable. En Galicia, la marca más comprada tanto nuevos como de ocasión es Peugeot, del grupo PSA. En Castilla y León, Renault manda con holgura tanto en los nuevos como los de ocasión y en Aragón, Opel cuya fábrica supone un importante porcentaje del PIB de la región, es imbatible. Al igual que en la Comunidad Valenciana donde los modelos de Ford son los más demandado, tanto en los concesionarios como en los compraventas.
En Cataluña, el axioma se cumple para el caso de Seat, una marca muy ligada a la Ciudad Condal, triunfando en el ranking de compras tanto de usados como de nuevos. Esta marca, a pesar de ser española, no tiene un predominio claro sobre las ventas totales a nivel nacional, aunque el pasado 2018 retomó al primer puesto después de varios años alejada del oro.
Pero sin bien es cierto que Seat domina en Cataluña, Nissan, que tiene también una fábrica en Barcelona no aparece entre las tres marcas más codiciadas. Quizá influye, al igual que en Madrid y País Vasco, que la planta catalana está especializada en vehículos comerciales.
Navarra es la única excepción a la regla, en realidad una media excepción. La fábrica de Volkswagen tiene mucho que ver para que en el caso de los vehículos de ocasión sea la marca preferida por los navarros, aunque en nuevos, el año pasado ganó Fiat al colocar el 500X, el 500 y el Panda, como los tres modelos más vendidos. Pero desde el sector apuntan que podría deberse a operaciones de exportación hacia otros países.
Motivos
res pueden ser los motivos que expliquen porqué los residentes de una comunidad autónoma con una fábrica de automóviles se decantan por algún modelo de esa marca, según apuntan desde el sector. El primero es meramente monetario, el segunda es pura sicología y el tercero es un paso intermedio entre los dos anteriores.
Empezando por el económico, las fábricas hacen descuento a sus trabajadores y familias, lo que eleva las ventas de la marca en la zona. No obstante, es un porcentaje pequeño en el conjunto de las matriculaciones de una comunidad.
El segundo es una mezca de economía y sicología. Una fábrica genera mucha riqueza, generando empleo directo de calidad como indirecto con fábricas de proveedores o lógística. Mucha gente vive de ella, y una parte de la población quiere mantenerla.
Pero existe un tercer factor, meramente sicológico que tiene que ver con el atractivo del "made in" en en la decisión de compra. Es un fenómeno universal que se da en todos los países. Como ejemplo, Italia con Fiat que copa el 40 por ciento de las compras.