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Estos son los diez coches más espectaculares del rally Montecarlo histórico


    Jorge Arenas

    El Rallye de Montecarlo histórico levanta pasiones al comienzo de cada año. En la edición 2019 ha habido más de 300 coches inscritos. Para ser exactos, 309 joyas del automovilismo deportivo fabricadas entre 1955 y 1980, que han recorrido los tramos más sinuosos de las carreteras alpinas en condiciones meteorológicas realmente duras. Protagonistas ha habido muchos, pero los más destacados son los que figuran en esta lista.

    Mini Cooper S

    El rallye de Montecarlo casi siempre va acompañado de nieve y si hay algo que necesite un coche para ir rápido en suelo resbaladizo es una buena capacidad de tracción. Y eso es precisamente lo que ofrecían el Mini como argumento ganador por encima de la potencia bruta. La obra maestra de sir Alec Issigonis en versión de competición fue un desarrollo del equipo de F1 de Johhn Cooper. Con apenas 1.070 cc y 90 CV, el pequeño Mini Cooper se merendaba a auténticas bestias de rally de su época hasta llegar a subir al primer escalón del podio en 1964. También ganó el Montecarlo en 1966 y 1967, si bien en 1966 fue descalificado porque la organización alegó que los equipos llevaban bombillas ilegales.

    Alpine A110

    Alpine nació como una firma de deportivos basados en modelos de Renault. Jean Rédélé fue su fundador y el A110 (con base Renault 8) fue uno de los grandes triunfadores en los rallies de los años 60. Motor descolgado tras el eje trasero (como en los Porsche 911), mínima altura de carrocería y gran anchura de vías. Estas eran las claves de un modelo que aún hoy se considera mítico y que, por cierto, ha estrenado generación moderna hace bien poco. El Alpine empezó con un motor 1.1 de potencia cercana a los 100 CV y acabó con 1.800 y casi 200 CV. En los años 1971 y 1973 este francés de pura cepa fue vencedor del Montecarlo.

    Porsche 911

    Mítico entre los míticos, el Porsche 911 supuso una revolución cuando llegó al rallye de Montecarlo, ya que, a pesar de su configuración mecánica poco equilibrada, era un coche capaz de ir rápido sobre asfalto seco, hielo, nieve y tierra. Una máquina que volaba en los tramos y que compensaba la imprecisión de su eje delantero con una capacidad de tracción sensacional que le hacía ganar segundos al crono. El Porsche 911 ganó en Montecarlo en los años 1968 (Porsche 911 T), 1969 (Porsche 911 S), 1970 (Porsche 911 S) y 1979 (Porsche 911 SC).

    Lancia Fulvia HF

    Casi sin querer, Lancia creó un magnífico coche de rallies en 1965 con el Fulvia Coupé. Con una distancia entre ejes 15 cm más corta que la berlina, tracción delantera y el innovador motor V4 bajo el capó delantero, el Coupé era un "súper-Mini" ideal para este tipo de competición. En 1967 apareció la deportiva versión "HF" con motor 1.300 y capó y puertas de aluminio. Pero la versión definitiva fue la 1.600 HF del año siguiente (apodada "fanalone" por sus grandes faros interiores). Con hasta 132 CV, cambio de cinco marchas y un "peso pluma" de 850 Kg, era el coche ideal los tramos nevados del Montecarlo.

    Ford Escort RS

    Tras el éxito del Cortina-Lotus, el departamento de competición de Ford se sacó de la manga un modelo aún mejor para correr en rallies. La primera generación del Escort nació a finales de los 60 con un futuro prometedor; cuando recibió el motor Cosworth de 16 válvulas directamente se convirtió en el modelo a batir (en la primera mitad de los 70). Nunca ganó el Montecarlo pero sí se alzó con el título del Mundial en 1979. Palabras mayores.

    Citroën DS

    Grande, pesado, poco potente y con una mecánica difícil por sus sistemas hidráulicos. El Citroën DS era un coche tan vistoso como poco apropiado para correr rallies. Sin embargo, su tracción delantera y el empeño de los equipos que apostaron por él desde el principio fueron los responsables de que terminara en el primer puesto en el Montecarlo de 1959. No cabe duda de que no todo en esta vida son caballos y velocidad.

    Seat 124 Especial 1800

    ¡El taxi español de los años 70 corriendo a todo trapo por los Alpes marítimos franceses! Pues sí, el Seat 124 se homologó para competir en Grupo 4 con un potente motor 1.8 con culata multiválvulas, cuya potencia rozaba los 200 CV. Llegó a subirse al podio en 1977, dejando tras de sí espectaculares cruzadas y tramos a ritmo de vértigo.

    Lancia Stratos HF

    Otro grande de la historia de la competición es el Lancia Stratos. Su silueta en forma de cuña diseñada por Bertone, su carrocería compacta y ligera o su motor Ferrari V6 con hasta 320 CV se convirtieron en los ingredientes necesarios para volar raso en todo tipo de escenarios. Este Lancia rápido y ratonero ganó multitud de rallies durante su estancia en la competición.

    Opel Kadett GT/E

    El Escort alemán lo llamaban. Y no iban nada desencaminados quienes lo hacían, porque el Opel Kadett tipo C en su variante deportiva GT/E llegó a tener bajo el capó un solvente motor de 228 CV. El mismísimo Walter Rohrl se puso a sus mandos en los años 70.

    GAZ Volga M21

    Esta berlina nacida en la Unión Soviética en plena Guerra Fría era el coche oficial por excelencia de los organismos estatales. Incluso la KGB contaba con una flota de Volgas hipervitaminados con motor V8. No era el caso de los que corrían en rallies, que montaban motores de cuatro cilindros más modestos en cubicaje y potencia, lo que no supuso problema alguno para que llegaran a saborear las mieles del éxito en algún rally de los años 60. Este coche era un dos ruedas motrices y contaba con una caja de cambios manual de tres marchas, lo que daba aún más mérito a sus victorias.





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