"Él nunca lo haría": vehículos clásicos abandonados que merecían un final más digno
Miguel Ángel Linares
Fueron auténticas bellezas en su día... pero no tuvieron el final deseado. Cementerios de clásicos, tumbas de auténticas bellezas sobre ruedas que terminaron sus días en lamentables condiciones por desidia, por ruinas económicas o por desastres naturales y artificiales.
Cuyama Car Garden: coches, naturaleza, arte... y óxido
En la California profunda, al norte de Santa Bárbara, en Los Padres National Forest, casi 2.000 vehículos clásicos se oxidan al sol. Pero no el Cuyama Car Garden no fue concebido como un cementerio de clásicos, sino como una fusión artística, del coche con la naturaleza, obra de Tom Merkel, artista y ávido coleccionista de coches, que de hecho vivía en una cabaña junto a sus "obras", hasta que murió en 2016. Hoy el "jardín" está cerrado al público, mientras sus "obras de arte" siguen viendo pasar el tiempo en absoluto silencio.
Oradour-sur-Glane: los desastres de la guerra
El 10 de junio de 1944 el ejército nazi soltó la rabia contenida por el reciente desembarco aliado en Normandía unos días antes de la mejor forma que sabía: asesinando a inocentes. El pequeño pueblo francés de Oradour-sur-Glane vivió en aquella fecha su día más trágico: por un lado, 190 hombres fueron fusilados en la plaza del pueblo. Y por el otro, 245 mujeres y 207 niños fueron encerrados y abrasados en la iglesia de Oradour. Al terminar la guerra, De Gaulle decidió no tocar el arrasado Oradour-sur-Glane para que la historia no olvidase aquella tragedia, y mandó erigir un nuevo Oradour al lado del antiguo. Hoy, una veintena de coches, muchos de ellos en estado esquelético, ayudan a comprender la bajeza del género humano.
Chatillon: el bosque de los coches olvidados
Durante varias décadas, más de medio millar de vehículos de los años 40 y anteriores "descansaron en paz" en un bosque de Bélgica, Chatillon. Sus dueños habían sido soldados aliados, norteamericanos y canadienses, que los escondieron en el bosque para volver en algún momento a por ellos, tras adquirirlos a precios tirados a causa de la Segunda Guerra Mundial. Pero los gastos de transporte eran demasiado elevados, y ni uno solo de los coches fue recuperado. Los vehículos se fueron fundiendo con la naturaleza, y muchos de ellos robados, hasta que hace unos pocos años el cementerio de coches más famoso fue desmantelado por motivos medioambientales.
Los taxis no sobreviven en China
China ha vivido en los últimos años el "último milagro económico". Los nuevos tiempos para el país de la Gran Muralla trajeron una bonanza económica que permitió a millones de chinos poder, por primera vez, adquirir un coche en propiedad. Y el principal "efecto colateral" de ello fue el abandono de cientos de miles de taxis, hasta entonces el principal medio de transporte de los ciudadanos chinos en las grandes ciudades.
Bastnas: el "Chatillon" sueco
En el sur de Suecia, cerca de la frontera con Noruega, existe uno de los cementerios de coches más grandes de la actualidad, tras la desaparición del bosque de Chatillon belga. Se trata del "Bastnas Car Cemetery", donde se acumulan cientos de clásicos de los años 40, 50 y 60 principalmente, algunos físicamente apilados encima de otros. Otro enclave romántico-misterioso donde se ve de forma trágica cómo el tiempo pasa para todos.
Bodie: los fantasmas de la "fiebre del oro"
El pueblo de Bodie nació en la California más profunda en 1849 a los albores de la mítica "fiebre del oro". Llegó a contar con 7.000 habitantes. Sin embargo, como tantos otros enclaves en aquel periodo de la historia norteamericana, murió tan solo unas décadas después. Las construcciones, sin embargo, se han mantenido en bastante buen estado hasta entonces, incluidos muchos vehículos de principios del siglo XX. Quizá la razón de ello es la maldición que muchos dicen que sufre Bodie, que afecta a cualquier "dominguero" que se atreva a robar cualquier objeto de esta "ciudad fantasma".
Bellezas olvidadas en garajes alemanes
En la vieja Europa también encontramos ejemplos de que el género humano no se porta bien con algunos de sus "juguetes". Y para muestra esta imagen, en la que vemos a un maravilloso BMW clásico languidecer entre cuatro infames paredes en un garaje abandonado de Berlín.
Cadillac Ranch: el arte en forma de coche
Aunque estos Cadillac no están realmente abandonados, su estampa, con los morros enterrados en la arena del desierto de Texas, cerca de la localidad de Amarillo, se ha convertido en mítica desde su "construcción". Este "monumento", formado en 1974 por diez Cadillac quemados y semienterrados, son obra de Chip Lord, Hudson Márquez y Doug Michels, miembros del grupo artístico Ant Farm, fundado en 1968 en San Francisco.
El Bugatti Veyron abandonado en Moscú
Del Bugatti Veyron solo se fabricaron 450 unidades. Pues bien, una de ellas lleva años abandonado en un parking de Moscú, tras quedar destrozado en un choque con un... Aston Martin. Ya sospechábamos que el género humano no está preparado para ciertas "delicias", y esta triste imagen es buena prueba de ello.
Un XK fundido con la naturaleza
Si aquí en España tenemos a ex ministras que se encontraban Jaguar desconocidos en su garaje, en Estados Unidos, en cualquiera de sus inmensos bosques, podemos encontrar otro modelo de Jaguar, un clásico XK, perfectamente integrado en la naturaleza. Vamos, que incluso un árbol ha crecido en su interior. ¿Casualidad?
Un Rolls-Royce olvidado en Rusia
Si un poco más al norte de este artículo veíamos un Bugatti Veyron abandonado en Moscú, Rusia vuelve a darnos una triste imagen de un supercoche abandonado. En este caso se trata de un Rolls Royce Phantom Centurión que un día perteneció a una celebridad de Las Vegas. Adquirido por un "nuevo millonario ruso", desconocemos la causa por la que el vehículo ha terminado su vida tirado al lado de una vía a las afueras de Moscú. Otro indigno final para un vehículo impresionante.
Las huellas del Katrina
Los desastres naturales también son culpables del abandono de vehículos, aunque en este caso sean coches de una atracción de un parque abandonado. En este caso hablamos del "Six Flags Amusement Park" de Nueva Orleáns, que no pudo superar las profundas heridas que le provocó el huracán Katrina en 2005. Y es que las víctimas de desastres naturales pueden ser de todo tipo.
El cementerio de los "hierros olvidados"
En este triste artículo nos fijamos también en las motocicletas. Porque los "hierros" también tienen sus cementerios de elefantes. Como este, denominado "Motorcycle Salvage Yard" en Tempe (Arizona, EE. UU.). Otro canto a la nostalgia, esta vez sobre dos ruedas, con el amor que los moteros sienten por sus monturas.
"American dream", la limusina olvidada
Los coches famosos viven, como los humanos, sus momentos de gloria... y de desdicha. Así le ocurrió a la "American Dream", la que en su día fue la limusina más larga de la historia, con 30,5 metros, tres ejes y 26 ruedas. Obra de Jay Ohrberg, uno de los transformadores de coches más famosos (autor, entre otros, del Ford Gran Torino de la serie de TV "Starsky y Hutch"), la "American Dream" tenía capacidad para 75 personas, que disponían de jacuzzi, un minigolf e incluso un helipuerto. Como tamaño "monstruo" apenas podía maniobrar por las carreteras de Las Vegas, terminó tristemente sus días en el parking de un centro comercial.