El nuevo Suzuki Jimny sigue siendo un todoterreno de verdad
Jorge Arenas
¿Se acuerdan de los Suzuki SJ y Samurai de los años 80 y 90? Sin duda, aquellos pequeños todoterrenos marcaron una época por su sencillez y sus buenas aptitudes en campo. La siguiente generación, que llegó en 1999, fue bautizada como Jimny y supo recoger el testigo para continuar la saga.
Pero a este último ya le tocaba jubilarse tras casi 20 años en el mercado, una vida comercial realmente extensa al alcance de muy pocos modelos. El sucesor es el nuevo Suzuki Jimny 2019. Un coche que, para sorpresa de muchos, conserva intactas las aptitudes de todoterreno auténtico. Esto es una muy buena noticia en plena era SUV, donde la mayoría de modelos son más asiáticos que camperos. El Jimny que veremos a finales de este mismo año respeta el concepto original. ¿Sus claves?
- Chasis de largueros y travesaños
- Tracción total conectable
- Reductora
- Control de descensos (parece que será opcional)
- Esquema de suspensiones con eje rígido
Una vez más, la sencillez y la efectividad vuelven a hacer acto de presencia en este pequeño todoterreno que, presumiblemente, no llegará a los 4 metros de longitud (el modelo que aún se vende mide poco más de 3,6 metros). No existe en este subsegmento ningún otro rival de semejantes características, por lo que el futuro Jimny se moverá a sus anchas sin más presión que las de los pequeños todocaminos que pudieran hacerle sombra. Aunque dudamos que el cliente que se fije en este Suzuki se conforme con un SUV cualquiera, dado que sus pretensiones no son precisamente las mismas.
El diseño del Suzuki Jimny 2019 se ha renovado, pero deja ver esa inspiración puramente clásica dominada por las líneas rectas, que de alguna manera remarcan el carácter puramente TT: formas cuadradas, faros redondos, parrilla de elementos verticales. De un vistazo rápido, el ojo parece querer ver de refilón a un Jeep Willys o a un mini Mercedes Clase G, salvando las distancias. Este es el espíritu que quiere transmitir el pequeño todoterreno nipón.
El interior es quizá la parte más sorprendente del coche. El salpicadero tiene un diseño robusto, con asidero para el copiloto y tornillos vistos en algunos puntos. Esto contrasta con la consola de corte moderno, con pantalla táctil incluida, herencia de los Suzuki de última hornada que han ido llegando a la gama en los últimos dos años. No faltará en el nuevo Jimny una amplia dotación tecnológica en materia de confort y seguridad, aunque de momento no se conocen fichas de equipamiento concretas.
Tampoco se sabe nada acerca de los motores, aunque cabe esperar que no haya opciones diésel pero sí modernos motores de gasolina sobrealimentados de la familia 'boosterjet', seguramente con microhibridación complementaria para conseguir incluso la etiqueta ambiental ECO. El precio es a estas alturas una incógnita, pero muy probablemente seguirá siendo uno de sus mayores atractivos, igual que lo ha sido -y es- en el Jimny actual. En otoño de este mismo año será una realidad en las calles y pistas de nuestras geografía.